Hilda Pupo y Rodobaldo Martínez
Uno de los temas más comentados por estos días tanto
por los cubanos de adentro como por los de afuera es el reciente acuerdo del Consejo de
Ministros de Cuba sobre poner en vigor un cronograma de ejecución de las
medidas que conducirán a la unificación monetaria y cambiaria.
Unos con
optimismo, otros pesimistas, los ingenuos, los mal intencionados, los con fe,
los derrotistas, los simplistas, lo más lógicos y argumentados, quienes
escuchan el tañido de campanas y repiten el sonido sin tener la más mínima idea
del tema o los especialistas, un asunto en sí controversial y complejo, en fin,
contenido para no quedarse callado.
Primeramente aclaramos que lo por suceder en este
país, catalogado por Danilo Guzmán Dovao, presidente de la Asociación Nacional
de Economistas y Contadores de Cuba, es “uno de los procesos trascendentales para asegurar el
desempeño lógico de la economía”, pero de ningún modo ocurrirá
un acto de magia, en el cual amaneceríamos ricos, con las tiendas repletas de
productos y los bolsillos llenos de dinero.

En la actualidad, la dualidad monetaria puede ser
una de las causas del deterioro de las finanzas y no obstante de pretender
unificarla, persisten otros factores adversos como el poco desarrollo de las
fuerzas productivas y el no incremento sostenido de la producción.
Debemos estar convencidos que un
país no puede vivir con una doble moneda, pues se complejiza mucho medir los costos y si además debemos pagar un salario en la que menos valor adquisitivo tiene en el
mercado, la cuestión es más aguda y para los cubanos no puede haber incremento
sostenido de bienestar, eso está claro.
Por esta razón crece la brecha entre salarios y los precios que carecen
actualmente de correspondencia, eso contribuye a aumentar los problemas sociales y se estimula
espontáneamente la corrupción y el robo de bienes al Estado, que luego son vendidos
en el mercado negro.
El impacto de la dualidad sobre la sociedad es
evidente, pues el grueso de los salarios, ya de por sí insuficientes, se
entregan en CUP, pero se necesita recurrir al mercado en pesos convertibles
para resolver algunas necesidades
Nada se haría con aumentos salariales, porque como existe una pérdida significativa del salario real, los precios aumentan en 20-30 veces mientras
que el salario nominal lo hace solamente el 2,5 veces.
Dominamos consecuencias y sabemos que esa dualidad es el mayor obstáculo
para el desarrollo de la nación y, también, hay que estar consciente que se
produce una división en la población:
quienes cobran sus salarios o pensiones en CUP y los que tienen acceso al CUC,
usualmente trabajadores del turismo, del incipiente sector privado o personas
que reciben remesas del extranjero.
Así
lo dice Raúl: “Este paso
nos permitirá acometer transformaciones de mayor alcance y profundidad en
materia de salarios, pensiones, precios y tarifas”.
Pero bien señala
la nota oficial al respeto, el cambio debe ser mesurado y gradual y por si sola
la medida no conducirá al progreso, sino hay por medio los niveles productivos
que respalden tal situación, porque iríamos directamente a la inflación: dinero
y nada que comprar.
Se dará inicio al proceso por la unificación monetaria, para las
personas jurídicas y para las personas naturales. “Los principales cambios en
esta primera etapa, se producirán en el sector de las personas jurídicas, a fin
de propiciar las condiciones para el incremento de la eficiencia, la mejor
medición de los hechos económicos y el estímulo a los sectores que producen
bienes y servicios para la exportación y la sustitución de importaciones“
Como aseveró el presidente de la Asociación de Economistas mejoran las condiciones de operatividad
empresarial: «No es lo mismo recurrir a los cálculos de dos monedas y al
trasiego consecuente en el proceso de administración empresarial y de gestión
financiera, que cuando esto se realiza directamente y de manera más expedita”.
Después, acorde con el incremento de la productividad y la producción, se
irán incorporando el sector no estatal y la población, es decir hablamos de un
proceso que comienza en las empresas y termina en el bolsillo suyo y nuestro.¿Cuál serán los primeros im el peso cubano restaura su valor y estimula la actividad productiva y como moneda única permite ejercer con más acierto operaciones bancarias, financieras en general, y servir de medio para la redistribución de los recursos. De hecho contribuirá a una planificación más ajustada a la realidad. pactos positivos para ambas partes? Según Guzmán
«Para la economía del ciudadano, el acercamiento paulatino a la unificación monetaria lo aleja de manera progresiva de lo que resulta tortuoso en muchas ocasiones, cuando es necesario recurrir a un mercado en CUC para garantizar determinados medios básicos e imprescindibles en la dieta cubana o de enseres y recursos domésticos solo adquiribles en esta moneda».
Si la dualidad monetaria fue introducida en 1994
en plena crisis del llamado “periodo especial” tras la desaparición de la Unión
Soviética, cuando Cuba se vio forzada a abrirse al turismo masivo como medio
alternativo y a la larga introdujo distorsiones
macroeconómicas y para el ciudadano común, es muy lógico eliminarlas, aunque
esté catalogado de acto difícil.
Pero una
cosa debe quedar clara, en ningún momento es la culpable de los bajos salarios
y las medidas que se tomen no
perjudicarán a las personas que reciban lícitamente sus ingresos en CUP o CUC.
Concluimos confirmando
con nuestro Fidel: “Revolución es sentido del momento histórico, es cambiar
todo lo que debe ser cambiado (…)”.
Estamos
perfeccionando el Estado y actualizando el Modelo Económico, pero no significa
quitarle el humanismo a la Revolución Cubana.
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