Columnas

Saturday, December 31, 2016

Saber ser #Fidel


#Cuba antes de 1959


#Cuba, ¡que Cuba aquella!




Rodobaldo Martínez Pérez
rodo@enet.cu
Como un chiste de  mal gusto, hay varios sitios en la Internet que califican a Cuba, antes de 1959, como una nación próspera e incluso aseguran que, según las estadistas, sino hubiera triunfado la Revolución, fuera una gran potencia mundial.
 Enumeran hechos en los cuales el país sobresale con respecto al mundo, claro, no se toca el aspecto socio-económico-cultural, sino acontecimientos intrascendentes y faranduleros, nada que ver con el desarrollo integral del Archipiélago.
Por ejemplo, expresan:  “La belleza de la mujer cubana hace que, en el año 1933, el hijo de Alfonso XIII, el Príncipe de Asturias, Alfonso de Borbón y Battenberg, renuncie a sus derechos como sucesor del trono español, para casarse con la cubana Edelmira Sampedro Rebato.

“El primer sistema de alumbrado público de toda Iberoamérica (incluyendo España y Portugal) se instaló en Cuba en 1889”. Habría que preguntarse ¿Y quienes tuvieron acceso? O ¿Por qué el candil reinaba en la mayoría de los hogares?

¿Tales hechos califican al país de aventajado? Pero, ¿Adelantado en qué?

Al tomar el poder el Gobierno Revolucionario halló a 9 mil maestros desempleados, 57 por ciento del pueblo era analfabeto, 800 mil niños del campo no asistía a la escuela, la tasa de mortalidad infantil, sin estadísticas seguras,  en un 60 por ciento, la materna disparada sin controles exactos y la esperanza de vida al nacer, alrededor de los 67 años.

Cuba era un caos, miseria por doquier, asesinatos y corrupción de los políticos. Así lo reflejó Fidel en La historia me absolverá, cuando el juicio por el Moncada.
Lo primero que hizo la Revolución inició, radicalmente, el cambio de esa caótica situación. A tres años del Triunfo llegó la Campaña de Alfabetización, con el primer territorio de América libre de analfabetismo.
Comenzó la formación de personal docente, de profesionales y técnicos de la Salud;  construcción de escuelas, viviendas, centros sociales, turísticos, carreteras e instalaciones hospitalarias y programas de beneficios para las mayorías.
La Revolución del Primero de Enero pensó en los desposeídos, con su profunda convicción social y humanista y  permitió que millones de cubanos, de origen muy humilde llegaran a ser médicos, abogados, periodistas, diplomáticos, artistas, deportistas, ingenieros... algo impensable antes de 1959.
Datos de la UNICEF revelan que Cuba, entre 2008 y 2012, la tasa total de alfabetización de adultos refleja el 99.8 por ciento, en el 2016 la tasa de mortalidad infantil, en menores de 5 años, es inferior a 5 por cada mil nacidos vivos y la esperanza de vida alrededor de 80 años.
En Cuba todo mundo tiene acceso a la educación, incluso la universitaria y al graduarse tiene asegurado su trabajo,  la emancipación de la mujer es palpable. La gran mayoría trabaja, gana el mismo sueldo que el hombre, aunque por la realidad del país hoy,  sabemos que en diversos sectores no alcanza el dinero, porque aún la pirámide está invertida y tiene acceso a jardines infantiles para cuidar sus hijos con una cuota módica.
Otro de los logros del Gobierno fue la instauración de un sistema de salud pública -Vídeo- que despierta  la admiración de muchos países en desarrollo, -Vídeos_ dañado por el cerco, comercial, económico y financiero de los Estados Unidos, país que, además,  con el programa parole estimula la migración de médicos cubanos. Vídeo
Cuando  repiten “Yo soy Fidel” es hacer lo que el Comandante hubiera hecho para defender la Patria y sus conquistas. Cada uno de los agradecidos y revolucionarios cubanos tenemos que saber cómo actuar cotidianamente para hacer realidad su definición de Revolución. Audio, - Vídeo-
Así lo juró en su primer discurso a pocas horas del triunfo: “Podrá estar seguro el pueblo de una cosa, que es que podemos equivocarnos una y muchas veces, lo único que no podrá decir jamás de nosotros es que robamos, que traicionamos.
Fidel en Santiago de Cuba, 1ro. de Enero de 1959
El Comandante reconoció públicamente sus equivocaciones, pero ninguna fue para hacer daños a los humildes y para los humildes, primer principio por lo que se hizo la Revolución.
La #Cuba aquella

Para los interesados en estadísticas: Un censo realizado por una asociación católica en el año 1957 en Cuba, que publicó luego la entonces Revista Carteles deja esta constancia:
·El obrero agrícola cubano no disponía, como promedio, de 25 centavos diarios para comer, vestir y calzar.
·El 60 por ciento de ellos vivía en bohíos de techo de guano y de piso de tierra, sin servicio ni letrina sanitaria, ni agua corriente.
·El 85 por ciento de esas covachas -rezagos increíbles de la vivienda aborigen precolombina- solamente tenían una o dos piezas en las que debía hacinarse toda la familia para dormir.
·El 85 por ciento carecía de servicio de agua corriente.
·El 44 por ciento no asistió, no pudo asistir jamás, a una escuela.
. En el 88 por ciento de esos bohíos encendían el quinqué, cuando se dispone de luz brillante. 
-Solamente el 3 por de los hogares rurales cubanos disponía de refrigerador o nevera.
-La conservación de los alimentos, pues casi no se conocía.
-El alimento fundamental de esas familias era a base de arroz, frijoles y viandas. Solamente un 4 por ciento comía carne; un 2por ciento consumía huevos; y un 11por ciento tomaba leche. Su alimentación tenía un déficit de más de 1 000 calorías diarias, con ausencia de vitaminas y minerales fundamentales.
-A la desnutrición, la ignorancia y la insalubridad habría que añadir la enfermedad y el parasitismo.
-El 14 por ciento de los obreros agrícolas  padeció de tuberculosis y el 13 por ciento sufrió la tifoidea.
-La capital cubana, con el 22 por ciento de la población disponía del 65 por ciento de los médicos y el 62 por ciento de las camas hospitalarias, solamente había un hospital rural con 10 camas y sin ningún médico.
-La mortalidad infantil superaba los sesenta fallecidos por cada mil nacidos vivos y la esperanza de vida apenas llegaba a los 58 años.
El seguro de enfermedad nunca existió y sus instituciones tenían siempre un gran déficit financiero. Durante casi siete años, el régimen de Batista llegó a manipular más de tres mil millones de pesos obtenidos por la vía de las recaudaciones y las emisiones de valores públicos.

Según EcuRed: El número de desempleados total o parcialmente (los que trabajaban menos de 40 horas semanales) en el período de máxima actividad económica -mayo de 1956 a abril 1957- ascendía a 584 000 personas, algo más del 25 por ciento de la población apta.
Para agravar la situación económica del pueblo cubano se unía el carácter estacional de su producción, vinculada fundamentalmente con la producción azucarera, trayendo como consecuencia el desempleo permanente y estacional, el subempleo y el desempleo tecnológico.
El mercado cubano estaba monopolizado por las mercancías norteamericanas. La política norteamericana, después de la Segunda Guerra Mundial, profundizó la dependencia de Cuba y contribuyó a que la crisis de la economía semicolonial se transformara en una crisis permanente e insoluble dentro de la mecánica del mundo capitalista.
La extracción, cada vez más intensa, de las riquezas cubanas, el saqueo de los fondos públicos, la dilapidación de las reservas nacionales, que como se estima, en 1952 Cuba poseía 500 millones de dólares y se transfirieron al extranjero por concepto de beneficios y fraudes más de 200 millones, por lo que en 1959 ya no alcanzaban los 100 millones y la consolidación del latifundio.
En síntesis esa era la situación de Cuba antes de 1959. Suficientes argumentos hay para no hablar de ese hipotético desarrollo antes del triunfo y mucho menos, alardear de un  “progreso” impedido por la Revolución Cubana.  Nada no se puede tapar el Sol con un dedo. Vídeos




Tuesday, December 27, 2016

Con la presencia de Raúl Castro, sesiona la Asamblea Nacional




Como de costumbre, el Palacio de las Convenciones de La Habana acoge la sesión de la ANPP. Foto. Ladyrene Pérez/ Cubadebate.
El presidente de los Consejos de Estado y de Ministro General de Ejército Raúl Castro Ruz participa el octavo Período ordinario de sesiones la VIII legislatura de la Asamblea Nacional.
Durante esta jornada se presentará los resultados económicos del año 2016 y propuesta del Plan para el año 2017. También se discutirán dos Proyectos de Ley: 1- El Presupuesto del Estado para el año 2017 y 2- El uso del nombre y la figura del compañero Fidel Castro Ruz.
Los diputados cubanos reunidos en el Palacio de las Convenciones recibirán además informaciones sobre los Acuerdos de la Asamblea Nacional para el experimento que se desarrolla en las provincias de Artemisa y Mayabeque y se elegirá un nuevo miembro del Consejo de Estado.
Durante la apertura de la sesiones la VIII legislatura de la Asamblea Nacional, su presidente Esteban Lazo informó que en la tarde ayer tomaron sus cargos nueve diputados de varias partes del país.
Teresa Valentín  Martínez, por San Antonio de los Baños; Leonardo Valdés Almenares por Bauta; Susely Morfa González en representación de Diez de Octubre; Félix Julio Alfonso López por La Habana Vieja; Julio César García García por Batabanó; Adolfo Rodríguez Nodal por Sagua La Grande; Isis Acevedo por Cabaiguán; Yunior Rodríguez por Holguín, y Wilmer Frómeta Guevara por el municipio de Contramaestre.
Al incio de la jornada de hoy, Lazo explicó que antes de rendir un minuto de silencio para el Comandante en Jefe porque “para nosotros sería difícil observar un minuto de silencio para el diputado Fidel Castro Ruz, que lo ha sido desde la constitución de la Asamblea Nacional del Poder Popular por el municipio de Santiago de Cuba”, sugirió asumir a conciencia el concepto de Revolución y cumplir con las ideas del Comandante.
La sesión comenzó con un video en homenaje al líder histórico de la Revolución en el que se rememoraban varios de sus más importantes discursos en el parlamento cubano.

Eligen a Susely Morfa como nuevo miembro del Consejo de Estado

La Asamblea Nacional en sustitución de Yuniaky Crespo Baquero eligió con el 100 % de los votos como nuevo miembro del Consejo de Estado a la diputada de 34 años y miembro del Comité Central Susely Morfa, actual secretaria de la Unión de Jóvenes Comunista.

Wednesday, December 21, 2016

Las realidades del “sueño americano”









Solo quedan unos días para finalizar el 2016. Estados Uni­dos festejó este año el aniversario 240 de su independencia del imperio británico. El documento conocido como la «De­claración de Independencia», promulgado el 4 de julio de 1776, estableció algunos de los principios fundamentales de la nación: «todos los hombres son creados iguales; son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad».
Sin embargo, la joven nación no pudo lograr la igualdad proclamada entre sus ciudadanos y tuvo que esperar casi un siglo para declarar la abolición de la esclavitud. El uso indiscriminado de la fuerza caracterizó a casi la totalidad de los go­biernos norteamericanos. De la matanza de la población originaria en las tierras conquistadas para conformar la Unión y la usurpación de territorios hacia el sur, a las guerras impe­riales de los siglos XX y XXI, se ha entronizado la cultura de la violencia. Las posiciones extremas, el odio y el empleo de las armas de fuego se convirtieron en los principales postulados ideológicos de determinados grupos sociales.
La discriminación en Estados Unidos perdura en el tiem­po. Aún persisten tendencias que defienden el «ideal norteamericano» de clase media y alta, conocidos como los «wasp» (acrónimo en inglés de «blanco, anglosajón y protestante»). Generalmente es asociado a los estadounidenses blancos que defienden los valores tradicionales y rechazan la influencia de cualquier etnia, nacionalidad o cultura ajena a la suya.
Pero la realidad es que la sociedad norteamericana es ca­da vez más heterogénea, polarizada políticamente y con una mar­cada desigualdad social. La nación se fue conformando por constantes flujos y oleadas inmigratorias. Constituyen el área más importante de inmigración en el mundo actual. La mayoría abandona sus países natales para cumplir el deno­minado «sueño americano»: igualdad de oportunidades y libertad que permite que todos sus habitantes logren sus ob­jetivos en la vida únicamente con el esfuerzo y la determi­nación, en­contrar un trabajo digno con perspectivas de futu­ro o para mon­tar su propio negocio, adquirir una casa, un au­tomóvil, en fin cualquier bien material que satisfaga sus aspiraciones. En resumen: naces pobre, trabajas duro y te haces rico.
Se debe reconocer que Estados Unidos a primera vista deslumbra a cualquier viajero que visite su territorio. Posee abundantes recursos naturales, una infraestructura desarrollada y una alta productividad. Es líder a nivel mundial en la investigación científica e innovación tecnológica y tiene un elevado desarrollo cultural en el cine, la música, el teatro, el baile, la arquitectura, la literatura y el deporte. Al propio José Martí desde su arribo a Nueva York en 1880, le impactó la nueva etapa de modernidad que experimentaba la nación norteña: «Todo empuja, precipita, exaspera, exacerba, arrastra. Se tiene miedo de quedarse atrás […] Todo es ferrocarril, teléfono, te­légrafo».
Pero Martí también pudo apreciar la desigualdad social entre sus habitantes, la que se fue incrementando con el tiempo. Lo que había proyectado el presidente Lincoln en 1863 de un «gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo», realmente se ha convertido en un sistema del «1 %, por el 1 % y para el 1 %». Según el estadounidense Joseph E. Stiglitz, Premio Nobel de Economía, el «sueño americano» es un mito: el 1 % de la población disfruta de las mejores viviendas, la mejor educación, los mejores médicos y el mejor nivel de vida. Los mercados por sí solos no son eficientes ni estables y tienden a acumular la riqueza en las manos de unos pocos, mientras los Estados y gobiernos que siguen los dictados neoliberales dan ventaja solo a los más ricos.
El candidato presidencial demócrata Bernie Sanders publicó en junio del 2016 un artículo en The New York Times, que ilustra la compleja situación social que atraviesa su país:
Casi 47 millones de estadounidenses viven en la pobre­za. Se estima que 28 millones no tienen seguro médico, mientras que muchos otros no poseen seguro suficiente. Millones de personas están luchando con niveles escandalosos de deuda estudiantil. Tal vez por primera vez en la historia moderna, nuestra generación más joven probablemente tendrá un nivel de vida menor que el de sus padres. Es alarmante que mi­llo­nes de estadounidenses pobremente educados tendrán una expectativa de vida menor que la de la generación anterior, a me­dida que sucumben a la desesperación, las drogas y el alcohol.
Diversas leyes y prácticas estadounidenses, sobre todo en materia de justicia penal y de menores, inmigración y segu­ridad nacional, violan derechos humanos reconocidos inter­nacionalmente. Las personas que tienen menos posibilidades de defender sus derechos ante los tribunales o a través del proceso político ―como miembros de minorías raciales y étnicas, inmigrantes, menores, personas de bajos recursos y reclusos― son las más expuestas a sufrir abusos. En Estados Unidos 2,37 millones de personas están encarceladas, lo que representa la mayor población penitenciaria del mundo. Alrededor de 12 millones de personas pasan por cárceles de condado cada año.
Según la Oficina del Censo de Estados Unidos, en el 2014 vi­vían en la pobreza 46,7 millones de personas (14,8 % de la población). Los blancos representaban aproximadamente el 77 % de la sociedad, los afrodescendientes el 13 % y los hispanos el 17 %. Sin embargo, solo el 12,7 % de los blancos eran pobres, en contraste con el 26,2 % de los afrodescendientes y el 23,6 % de los hispanos.
También la situación de las mujeres estadounidenses se está deteriorando y los niños viven en un ambiente preocupante. Por cada dólar de salario que reciben los hombres, las mujeres de Estados Unidos reciben 79 céntimos. El porcen­taje de mujeres en situación de pobreza se ha incrementado a lo largo de la pasada década, al pasar del 12,1 % al 14,5 %. La Organización Internacional de Trabajo de las Naciones Uni­das indicó que Estados Unidos es el único país industrializado que no cuenta con una ley general para las prestaciones mo­netarias que se les dan a las mujeres durante la baja por maternidad.
Las minorías en la nación norteamericana también estuvieron en una grave situación en cuanto a la desocupación laboral. Según los datos de la Oficina de Estadísticas Labora­les del Departamento de Trabajo de Estados Unidos, las tasas de desempleo en junio del 2016 fueron de 4,4 % para blancos, 8,6 % para negros y 5,6 % para hispanos. En los jóvenes entre 16 y 19 años, la situación empeoró. El 14,1% de los blancos de este rango de edad está desempleado; así como el 31,2 % de los negros y el 17,1% de los hispanos.
Existe un gran descenso del nivel de vida de la clase trabajadora en Estados Unidos, que ha experimentado una baja del 10 % en los salarios en los últimos 15 años. El descenso de los in­gresos a los trabajadores, ha creado la percepción que existe en la nación norteamericana de que «los hijos vivirán peor que sus padres».
Otro de los males que amenaza la sociedad norteameri­cana es el incremento del consumo de droga desde el 2007, como la heroína. Un informe publicado en el 2016 por la Ad­mi­nis­tración para el Control de Drogas de Estados Unidos, reveló que la heroína está disponible en grandes cantidades, es usada por un mayor número de personas y causa un nú­mero creciente de muertes por sobredosis. En el 2014 murieron 10 574 estadounidenses por sobredosis de heroína, más del triple de lo registrado en el 2010.
En un informe reciente de la agencia federal para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, en el 2015 las muertes por heroína (12 989) superaron a los homicidios con armas de fuego (12 979) por primera vez en la historia del país. En el 2007 los homicidios con armas de fuego causaban aun cinco veces más muertes que la heroína, lo que da una idea de la magnitud de la epidemia en los últimos años de esta sustancia, que sumada a otros opiáceos naturales y sintéticos (drogas ilegales y abuso de medicamentos) provocaron más de 30 000 muertos en el 2015 y se pronostican cifras peores al concluir el 2016.
También la esperanza de vida en Estados Unidos descendió por primera vez desde hace más de dos décadas. El au­mento de las muertes por enfermedades cardiovasculares, dia­betes, sobredosis de drogas y accidentes contribuyó a que en el 2015 empeoraron las expectativas como no lo habían hecho desde la epidemia de Sida de los años 90. En el 2015 se registraron un total de 2,7 millones de muertes, 86 000 más que en el año anterior. La tasa de mortalidad para el total de la población creció un 1,2 % de un año para otro, algo que no ocurría desde 1999.
La compleja situación social provocó que se incrementaran los niveles de inseguridad en todo el país. Jardines de niños, escuelas, universidades, iglesias, centros comerciales, oficinas y lugares recreativos han sido escenarios de sangrientos sucesos. Durante el 2015 se produjeron 372 tiroteos masivos y 367 muertos. Pero no solo hay más asesinatos múltiples que días. También hay más armas de fuego que personas en toda la Unión. Cada 28 horas como promedio muere un afroamericano o un latino en Estados Unidos a manos de la policía o las fuerzas de seguridad.
El número de muertes causadas por el uso abusivo de ar­mas por parte de la Policía estadounidense es cada vez más preocupante. En el 2015, 965 personas murieron disparadas por la Policía y tuvieron lugar 51 675 incidentes con armas de fuego que dejaron 13 136 muertos y 26 493 heridos. También la vida y la seguridad de las propiedades de los ciudadanos se vieron amenazadas por los delitos violentos. De acuerdo con el informe El crimen en Estados Unidos publicado por el FBI en el 2015, se estima que ocurrieron 1 165 383 crímenes violen­tos en todo el país en el 2014, de los cuales 14 249 fueron asesinatos; 84 041 fueron violaciones; 325 802, robos; y 741 291, asaltos a mano armada.
La realidad es que el «sueño americano» se ha convertido en una terrible pesadilla para los estadounidenses y principalmente para los que emigran hacia «la tierra de las oportunidades». En reiteradas ocasiones la comunidad in­ter­nacional, principalmente ante las Naciones Unidas, ha presentado sus preocupaciones por las violaciones de los derechos humanos en Es­tados Unidos; país que solo ha suscrito 18 ins­trumentos internacionales de los 61 existentes relativos a esta materia.
El previsible panorama mundial para los próximos 15 años también es bastante crítico. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) alertó en su informe El Estado Mun­dial de la Infancia 2016, del «panorama desolador» que se prevé para el 2030. Se calcula que 69 millones de niños mo­ri­rán debido a causas evitables, 167 millones de infantes vivirán en la pobreza, 750 millones de mujeres se habrán ca­sado siendo aún menores y 60 millones de niños en edad de asistir a la escuela primaria seguirán sin escolarizar.
Paradójicamente, los principales responsables de esta com­pleja situación, continúan politizando el tema de los derechos humanos. Por cierto, Cuba se ha adherido a 44 ins­trumentos internacionales vinculados al tema y es ejemplo de su cum­plimiento en un mundo cada vez más desigual y violento. Gra­cias a las políticas sociales y económicas de la Revo­lución, creadas por Fidel, seguiremos haciendo realidad, con la guía de Raúl, nuestros sueños de justicia e igualdad social pa­ra to­dos los cubanos.
(Tomado de Granma)