Rodobaldo Martínez Pérez
rodo@enet.cu
Bastan unas simples preguntas en busca de razones
que justifiquen aprobar la constitución de la República de Cuba, este 24 de
febrero, fecha tan histórica para la Patria.
¿Qué le hubiera pasado a los afectados por el
tornado que azotó a la Capital, el ultimo 27 de enero, con mil 238 viviendas dañadas, falta de electricidad,
agua e instalaciones de salud pública, educación, gastronomía y otras con
fuertes impactos.
Ante la inminencia de un huracán y en otro sistema, ¿la
Defensa Civil se preocuparía por salvaguardar la vida de los pobladores y
restauraría los servicios eléctricos en el menor tiempo posible? Recuérdese de
Puerto Rico después del paso del huracán María ¿que le dio el gobierno de
Estados Unidos?.
Por citar solo un ejemplo: más de 5 mil personas
fueron evacuadas en las provincias centrales de Cuba por las inundaciones de la
tormenta subtropical Alberto.
¿Si no tuvieran dinero, cuál sería el futuro de los ingresados, quienes deben
operarse o los que requieren un tipo de servicio en Salud Pública?
En una nación,
con régimen capitalista, una operación de
carnosidad cuesta mil 160 dólares y una de catarata hasta 4 mil 650. Una cirugía a corazón abierto o de bypass en un país
latinoamericano, el costo podría incrementarse a 600 mil o 1 millón de pesos.
Se imaginan a padres cubanos preocupados por seguros
médicos, porque tienen que operar a su niño.
¿Cómo transcurrirían los inicios
del curso escolar en septiembre, cuando
el país entero es una gama de colores por los diferentes uniformes? En el actual
periodo escolar más de un millón 745 mil estudiantes acudieron a las aulas, 10
mil 717 instituciones abrieron sus
puertas, con más de 156 mil maestros y profesores frente a las aulas.
Solo en el curso 2017-2018 fueron más
de 10 mil 600 centros de enseñanzas abiertos, los cuales acogieron a un millón
750 mil estudiantes, aproximadamente.
Desde el triunfo de la Revolución cubana, en enero
de 1959, toda la enseñanza en el Archipiélago es completamente gratuita, desde
la inicial y preescolar hasta la de postgrado.
Esas interrogantes sencillas marcan las diferencias
de defender una Revolución socialista, cuyo humanismo permite pensar en la
mayoría de las personas. En un sistema diferente no ocurriría igual.
Marcar un Si en la boleta del referendo
constitucional, este domingo, significa darle
continuidad a un proceso diseñado pensando en el pueblo, ese en el
cual hay garantía para atender a los
hombres y alrededor de él giran todas las políticas gubernamentales.
Hablamos de derechos tanto a niños, jóvenes,
mujeres, hombres y ancianos, aspecto que se amplía en la nueva Carta Magna, así
como fortalece el poder popular desde la base. Muchos de estos derechos desde
hace tanto el tiempo las disfrutamos, que ya lo asumimos como normal. ¿Quienes
pueden imaginar una realidad diferente a lo que ocurre en el país cada comienzo
de la etapa lectiva?
En cuanto a la salud pública, en el
nuevo texto constitucional, queda más explícita la responsabilidad del Estado
en garantizar el acceso, la gratuidad, y la calidad de los servicios de
atención, protección y recuperación.
Respecto a la educación, reconoce
como un derecho de todas las personas a tener esos servicios de manera gratuita,
asequibles y de calidad para la formación integral, desde la primera infancia
hasta la enseñanza universitaria de post grado.
Pasa con la Ley de Leyes de un Estado, igual que el presupuesto, su
naturaleza lo caracteriza: Si responde a las grandes masas o a la defensa de
los intereses de una minoría. La nuestra no tiene equívocos, la certeza de
pensar en el pueblo es suficiente razón para decidir este 24: YoVotoSI.
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