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#Holguín Pintura: Martí y el vino |
Rodobaldo Martínez Pérez
rodo@ahora.cu
Una versión del conocido cuadro del Apóstol hecho
por su amigo sueco Herman Norman, nombran
aquí: Martí y el vino, del club de
vinicultores holguineros Bayado.
Norman refleja, como
figura principal al Maestro, sentado a la mesa de su despacho, en la mano
derecha la pluma, la izquierda sobre la mesa, vestido con levita negra,
camisa de cuello y corbata de lazo, en plena labor intelectual y, en la nueva versión holguinera, sostiene una copa de vino.
La vista del Apóstol se conserva detenida frente a Norman, quien refleja la frente ancha, la mirada reposada y con trazos más imprecisos, al fondo, un estante de libros y algunos diplomas sobre la pared.
La vista del Apóstol se conserva detenida frente a Norman, quien refleja la frente ancha, la mirada reposada y con trazos más imprecisos, al fondo, un estante de libros y algunos diplomas sobre la pared.
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#Holguín el pintor Felipe Ávila Peña |
El autor de
la nueva obra es el pintor holguinero Felipe
Ávila Peña, egresado de la escuela provincial
de Arte de Holguín, premio
nacional en grabado, quien fue asistente personal del pintor holguinero Cosme
Proenza.
Ávila Peña emplea la técnica acrílica sobre lienzo,
0.60 por 0.75 centímetros, y el Club
Bayado hizo público el retrato en la
sede de la UNEAC, en el programa “La Hora Martiana” de la Sociedad Cultural José Martí, en la
recién finalizada Feria Internacional del Libro, en la provincia.
Confesa Felipe que su amigo, Rosell Martínez Pérez,
presidente del Club Bayado, en varias conversaciones, insiste en la idea de un
cuadro de Martí, con una copa de vino. Sabía, afirma, lo complejo del empeño al
tratar de reproducir la imagen del Apóstol.
Acepta el reto y visita la biblioteca provincial
Alex Urquiola, en la ciudad de los Parques, donde visualiza varias imágenes de
Martí y estudia profundamente el hecho por Herman Norman, el cual revela, con
mucha exactitud las características esenciales del Autor Intelectual del asalto
al cuartel Moncada, alerta, erguido y con la pluma en combate.
El significado de la pintura es mezclar el trabajo
revolucionario del Maestro, en su
oficina de Nueva York, con algo distintivo entre sus gustos: beber una copa de
vino, como estimulante en su fatigoso desempeño cotidiano.
El retrato original
de Herman es de pequeño formato, con 30 x 43 centímetros, hecho al óleo sobre tela,
posiblemente en 1891. Es el único en vida realizado al Apóstol y forma parte de la colección del Museo Casa
Natal, en La Habana.
El cuadro estuvo en el despacho de Martí, en el cuarto piso del edificio From Street, en
Nueva York, donde el maestro atiende los asuntos consulares de Uruguay,
Paraguay y Argentina. Luego es la sede del Partido Revolucionario Cubano y de
redacción del periódico “Patria”.
Martí no era
amante a las bebidas alcohólicas, pero al igual que conocía los misterios de
todos los platos famosos del mundo como el mejor cocinero, sabía catar los
vinos y entre sus preferidos estaba el Mariani, reconstituyente de moda en
aquella época.
Según susamistades íntimas: “Era muy nervioso, un hombre ardilla; quería andar tan
deprisa como su pensamiento, lo que no era posible. Subía y bajaba las
escaleras como quién no tiene pulmones. Vivía errante, sin
casa, sin baúl y sin ropas; dormía en el hotel más cercano de donde
le cogía la noche o el sueño; comía donde fuera mejor y más barato, ordenaba
una comida admirablemente y, sin embargo, comía poco; días enteros se
pasaba con vino Mariani…”.
Este vino fue creado en
1863 por Angelo Mariani, quien le atribuía gran cantidad de
propiedades terapéuticas.
La bebida gozó de gran popularidad entre artistas e intelectuales europeos de la
época. Algunos afirman que los papas Pío X y León XIII fueron especialmente entusiastas del tónico.
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#Holguín Rody Martínez tiró las fotos e hizo la suya en la Bodega Marpé |
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#Holguín en la Bodega Marpé |
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