Columnas

Tuesday, December 17, 2019

Los 25 años del Club Bayado


Rodobaldo Martínez Pérez
rodobaldo@ahora.cip.cu
La historia asciende en el Club de Vinicultores Bayado, de Holguín que, en este diciembre, llega a sus 25 años y acumula  en sus méritos, estar entre los más destacados del país.
 Su bebida insignia: el Marañón  recuerda al rio homónimo, el cual, junto al  Jigüe, son emblemáticos en el nacimiento de  la Ciudad de los Parques, con su cerro Bayado,  devenido, popularmente, Loma de la Cruz, uno de los símbolos identificativos de aquí, desde dónde el Papá Francisco bendijo la ciudad, en septiembre del 2015.
Aunque la modernidad, de esta bebida, armoniza con el pasado, cuando antes de Cristo, unos tres milenios atrás, la vid llega a Egipto y corre por los países mediterráneos, pero, desde el siglo V, circulaban vinos blancos, tintos o dulces, de varios tipos de uvas.

 En la historia de este Club de Vinos Artesanales, en el alumbramiento, sobresale la profesora Raquel López Durañona, su fundadora, quien, desde niña, comienza en este arte, inspirada por su abuelo paterno, el que llegó, a esta zona Oriental, desde su natal Villar, provincia española de León.
De retorno del V Festival de Tradiciones de Villa Clara, en 1994,  cuando alcanzó los primeros lugares y el premio de la popularidad,  Raquel embulla, a otros aficionados  de  la milagrosa bebida y crean el club, con unos 10 miembros.  Su primer nombre  surgió en 1995: Areito, en evocación del baile aborigen. En  1998  cambia para Bayado.
Hoy, con unos 30 miembros y dirigido  por Rosell Martínez Pérez, el Bayado posee mucho activismo y está incorporado a eventos como  las  Fiestas de la Cultura Iberoamericana,   Romerías de Mayo, Semana de la Cultura, Noches Holguineras, entre otros, para fomentar una categoría socio- cultural al vino artesanal de aquí.
Nombres como: Raquel,  Reynier Torres -  fundadores- los ya fallecidos Eduardo Cordobés,  Pedro Roque, Marta Gutiérrez, Dolores Cobas y Ramón Ronda son importantes en este recuento. Prestigian actualmente el grupo: Merlin Batista mulet Freddy Peña, Olga Rueda,  Gisela Castro, Ivett Pupo,  Rafael LLaurado, Magdalena Pons, Luis Fernández, Juan Carlos Carbazán, Eduardo Llaurel, Juan Luis Infante, Luis Bermúdez, Abilio y José Ramón Torres y  , quienes descuellan en la vinicultura holguinera, con su  punto de venta en la Plaza de la Marqueta. Fundadores Raquel
Actualmente no solo se utiliza la uvilla en el  vino cubano, son conocidas otras variedades nacionalmente como  el marañón, tamarindo, cereza, ciruela, caña, fruta de maya,  canistel, frutabomba, níspero, mora, jengibre y flores, como las de majagua, marpacífico,  rosa o romerillo.
Tanto Raquel como Rosell,  con varios años en el  oficio,  coinciden en afirmar que, aunque hay quienes consideran el  vino  solo de la vid,  ya es el momento de vindicar  la fermentación de otras frutas.
Rosell, quien avanza en el complejo andar de la cata, asevera: “En Cuba, de cualquier parte de la planta,  brota vino: fruto, grano, raíz, flor, todo depende del vinicultor, su destreza  y amor durante el proceso de fermentación”.
¿Cuál es el secreto para un excelente vino? combinar manos, corazón,  mente y tranquilidad. Selección optima de los componentes, el trabajo calmado,  de ahí viene la formación del mosto: azucares, frutas, agua y levadura y la trasformación de los azucares en alcohol,  Co2 (gas carbónico)  y el color, afirma Rosell, coordinador para las provincias Orientales de la Junta Nacional de Vinicultores Artesanales.
La calidad del vino holguinero ya es reconocida y, en  su cotidiano quehacer, defiende la cultura de  preferirlo por encima de cualquier otras bebidas, como siempre quiso el Comandante en jefe Fidel Castro.

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