Rodobaldo Martínez Pérez
rodo@enet.cu
Para el Papa Francisco: “Los comunistas
piensan como los cristianos”, responde así en una entrevista, en Roma, donde
afirma: “Cristo ha hablado de una sociedad donde los pobres, los débiles y los excluidos
sean quienes decidan”.
El pontífice agrega: “No los
demagogos, los barrabás, sino el pueblo, los pobres, que tengan fe en Dios o
no, pero son ellos a quienes tenemos que ayudar a obtener la igualdad y la
libertad”
No es que el líder de la Iglesia
Católica abrazara la teoría de Carlos Marx y
tuviera como libro de cabecera al Capital, sino que desea el bien a los
hombres, condena a los explotadores y a todos aquellos que lucran con el
sufrimiento de los más humildes.
El comunismo tiene a las
mayorías en el centro de sus preocupaciones. Como concibir al capitalismo con
un gesto humanitario hacia las masas, sino hay ganancias, las acciones no
suceden.
Ernesto Che Guevara, al
hablar del tema, recordó a Martí cuando dijo: “Todo hombre verdadero debe
sentir en la mejilla el golpe dado a cualquier mejilla de hombre” y añadió que el revolucionario cabal, el miembro del
Partido, dirigente de la Revolución
deberá trabajar todas las horas, todos los minutos de su vida, en estos años de
lucha tan dura como nos esperan, con un interés siempre renovado y siempre
creciente.
Esos trabajos deben asociarse, con la entrega y el esfuerzo por su Patria. Tener presente la realidad revolucionaria y no olvidarse de los principios de cada quien. Para el Guerrillero Heroico eso significaba sentir la Revolución.
El comunista debe ser un hombre que sienta, íntimamente, en todo su ser, las nuevas verdades y cumplir las estrategias de desarrollo, pero nunca olvidarse de las necesidades de los demás y saber dar lo mejor de sí por los más necesitados, sin jamás perder el humanismo, la ternura ni el amor.
Fue el Che, quien expuso sus consideraciones en torno a las características
y el papel del Partido en la sociedad cubana y cómo debía estar, directamente
relacionado, con las masas. Sin ellas no es posible avanzar un solo paso, son
los principales protagonistas de una Revolución
Socialista y su razón de ser.
Mencionar a la falta de unidad como blanco de todos los ataques de nuestros enemigos.
Desde tiempos bíblicos sabemos que la sentencia divide y vencerás constituye la
táctica más usada por quienes oprimen, subyugan y agreden a los demás. ¿Qué
hubiera sido de la Revolución si el pueblo cubano se hubiera desmembrado en
varios partidos, con diversos programas, objetivos y direcciones diferentes?
Dividir es debilitar, es restarle fuerza a la mayoría. Y esa mayoría unida del pueblo es la que ha mantenido a la Revolución. Fidel siempre lo alertó: Las divisiones nos han derrotado, más de una vez, en la historia, excepto en la etapa final de nuestra lucha. Luego, la historia nos enseñó otra lección: la necesidad de estar unidos por encima de todo.
Cuando un pueblo pequeño, como el cubano, tiene adversarios poderosos no hay otra alternativa que mantenerse unido. Esa ha sido una de las mayores experiencias de la Revolución. Los cubanos, desde las tempranas edades, conocen que aquí nunca puede dividirse y, ante una acción del enemigo, la reacción, inmediata, es estrechar filas.
El comunismo, para nosotros, es independencia y pensar, siempre, en los más humildes. Con esos antecedentes defendamos la sociedad cubana. La propaganda capitalista, de los Estados Unidos, arremete contra el comunismo y tratan de denigrar todo lo que huela a él.
Dividir es debilitar, es restarle fuerza a la mayoría. Y esa mayoría unida del pueblo es la que ha mantenido a la Revolución. Fidel siempre lo alertó: Las divisiones nos han derrotado, más de una vez, en la historia, excepto en la etapa final de nuestra lucha. Luego, la historia nos enseñó otra lección: la necesidad de estar unidos por encima de todo.
Cuando un pueblo pequeño, como el cubano, tiene adversarios poderosos no hay otra alternativa que mantenerse unido. Esa ha sido una de las mayores experiencias de la Revolución. Los cubanos, desde las tempranas edades, conocen que aquí nunca puede dividirse y, ante una acción del enemigo, la reacción, inmediata, es estrechar filas.
El comunismo, para nosotros, es independencia y pensar, siempre, en los más humildes. Con esos antecedentes defendamos la sociedad cubana. La propaganda capitalista, de los Estados Unidos, arremete contra el comunismo y tratan de denigrar todo lo que huela a él.
En más de 60 años hemos aprendido que para que el socialismo prospere en
Cuba, la consulta con el pueblo es vital. Intercambiar criterios, conectar
propuestas diversas, que son fruto del estudio y fundamentalmente de la
práctica, ayudan a iluminar el camino. El desarrollo, la prosperidad, el
bienestar que espera y merece nuestro pueblo, no pueden instalarse por decreto.
Entre propósitos y conquistas median las circunstancias.
Decía Fidel que “Cuando la patria se enfrenta al imperio en un gesto sin precedente
y sin paralelo, cuando se ha convertido en la primera trinchera de la defensa
de América, cuando la patria es lo que quiso hacer Martí, es un verdadero
privilegio ser cubano”.
De esa certeza nació nuestro llamado a: “Pensar como país”, entre todos los
cubanos.
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