Hilda Pupo Salazar
A veces pretendes emprender tus metas qué es una decisión buena en tus propósitos, pero quieres llegar muy rápido al final y obvias que todo lleva un proceso antes de llegar al éxito.
De ahí la importancia de saber definir el proceso que te llevará a materializar el sueño y apasionarte por cada escalón que debes subir con mucho trabajo, dedicación, pasión, esfuerzos, aprendizaje, estudio, paciencia y elevada autoestima.
Con mucho control de las emociones debes educarte para, con optimismo objetivo, si te caes poder levantarte, aprender de los errores y analizarlos como posibles oportunidades y al volver a hacerlo, desde tu autocultura forjarte la constancia, para realizarlo con constante amor y así poder vencer desilusiones, tedio, dejadez y lograr saltar los obstáculos sin jamás dejarte vencer.
No se debe pensar constantemente en terminar tus propósitos, casi siempre todo proceso para materializar sueños son complejos, por eso el enfoque es enamorarte de cada paso que requieres dar, con la estrategia bien precisada, para hacer lo correcto en cada momento con el propósito de alcanzar lo deseado, al ser feliz con cada meta que vences.
Una buena recomendación es conocer bien tus realidades de acuerdo con las posibilidades que cuentas, a sabienda que nada será fácil, requiere de una buena combinación de sacrificio y entusiasmo para no abandonarlo a medias y como recompensa será cada resultado que obtengas.
Cuando, por ejemplo, un campeón olímpico lleva su medalla de oro en el pecho, muestra lo máximo en su carrera, pero cuántos sacrificios de él y de otras personas, fracasos, desilusiones, desvelos, vacilaciones, incertidumbres, caídas y hasta el adiós de personas deseadas por amar tanto su proceso para al fin saborear el éxito.
Por eso debes saber escoger lo que realmente desees, que sean tus propios sueños, no los de otros y así te puedes apasionar sin importante el sacrificio y al valorar cómo te conviertes en una mejor persona con importantes saberes para tu vida.
Así te autofortalece ante cada inconveniente y enriquece tus decisiones con excelentes hábitos de disciplina, incentivos hasta para los más complejos problemas, que antes ni te imaginaba resolver, al poder mezclar ahora talento y pasión.
Es alimentar, con constantes motivaciones, la razón por la que decidiste emprender el camino para tus propósitos y los mismos resultados van a ser la recompensa.
Podemos reflexionar con Jorge Bucay, escritor y terapeuta gestáltico argentino: “El camino marca una dirección.. Y una dirección es mucho más que un resultado… La felicidad es la certeza de no sentirse perdido… Tú eliges hacia dónde y tú decides hasta cuándo, porque tu camino es un asunto exclusivamente tuyo… El verdadero amor no es otra cosa que el deseo inevitable de ayudar al otro para que sea quien es… El deseo solamente sirve mientras este se dirija hacia la acción que lo satisfaga… Porque nadie puede saber por ti. Nadie puede crecer por ti. Nadie puede buscar por ti. Nadie puede hacer por ti lo que tú mismo debes hacer. La existencia no admite representantes.”
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