Cada vez más los amos de la manipulación la maniobran
a sus caprichos, de acuerdo como resuelven aparejar una realidad para que las
audiencias (receptores, lectores,
oyentes, televidentes, internautas) la entiendan e interpreten según las
conveniencias de los todos poderosos y dueños del mundo mediático.
No les importa
mentir, fabricar situaciones, emplear medias verdades, tienen licencias
incondicionales para lograr sus fines con la distorsión de la realidad para su
mayor beneficio.
Es el poder para
sojuzgar, un arma valiosísima para dotar a la Opinión Pública de los intereses
que desean, cuando ellos mismos legitiman que “la verdad es la primera víctima de la
guerra”, como dijo Hiram Johnson, senador de los Estados Unidos en 1917.
De ahí mi
decisión de compartir estas reflexiones de mi colega Aixa Hevia:
En la Cumbre
Extraordinaria de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra
América -Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) de La Habana, donde se
reunieron varios mandatarios de los países integrantes de este bloque y de
otras naciones del Caribe para abordar las amenazas del virus del Ébola, se habló
también sobre los medios de comunicación.
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Doctores y trabajadores de la salud cubanos arribaron al aeropuerto de Freetown para ayudar a la batalla contra el ébola en Sierra Leona. Foto: Florian Plaucheur/AFP/Getty Images. |
La Doctora
Carissa F. Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud
(OPS), apuntaba a su llegada a Cuba que “otro factor importante es la habilidad
de comunicarse, le llamamos comunicación de riesgo“, y explicaba que “en
la población general se crea un estado de ansiedad, y se necesita brindar
información a la población; se debe ser honestos y veraces con ellos y
brindarles aliento”.
También la
Sra Margaret Chan, directora general de la Organización Mundial de la Salud
(OMS), en su mensaje
a este evento expresaba que “los medios hacen bien en mostrar cómo los
países se preparan para una pandemia tan grave”.
Es decir que
las funcionarias de los organismos mundiales y regionales relacionados con la
salud, de una manera u otra, reconocen el papel que los medios de comunicación
pueden y deben jugar en relación con esta pandemia.
Por estos
días hemos visto con dolor cómo algunos medios españoles han dejado al lado la
ética, en el caso de la enfermera
Teresa Romero, contagiada en su país cuando atendía a misioneros que
contrajeron el Ébola en África.
Teresa ha
sido perseguida hasta la saciedad por periódicos que se ubicaron
permanentemente frente al hospital donde está ingresada para construir portadas
sensacionalistas a costa de su delicada situación.
La
fotografiaron inescrupulosamente con lentes que la captaban en su gravedad, la
mataron estando viva e incluso llegaron a hablar de que sería incinerada sin
autopsia.
Pocos medios
divulgaron lo que trascendió en uno de sus contactos telefónicos con su esposo,
Javier Limón, donde afirmaba que al curarse estaba dispuesta a seguir cuidando
personas enfermas porque “ahora tiene los antivirus y no le pasará nada”.
No fue muy
conocido el pedido de su esposo cuando dijo “parece que en este mundo
civilizado nos acordamos de los problemas cuando nos tocan directamente. Por
eso desde esta habitación de un Hospital de Madrid hago un llamamiento a las
autoridades de todo el mundo para que pongan los recursos necesarios, que todos
sabemos que los tienen, para acabar con el virus”. Tampoco se difundió su deseo
de que cada niño que muere en África, tenga el mismo eco que se dio al sacrificio
de su perro Excalibur.
Según se
informó por los medios internacionales, unas 300 mil personas firmaron en
España, en un par de días, una petición para no matar al can, en tanto, las
peticiones referidas a personas, para movilizar recursos destinados a los
infectados en África o enviar a personal de salud a ese continente no
alcanzaron la misma repercusión. El periódico español El Mundo, por ejemplo,
llegó a crear un álbum con “las fotos más íntimas de Excalibur”.
Manipulada también la ayuda médica cubana
A pesar de
que importantes medios de Estados Unidos como The
New York Times y Washington
Post reconocieran la contribución de Cuba en la lucha contra el Ébola y que
en un gesto poco común, el Secretario de Estado de Estados Unidos, John F.
Kerry, elogiara
el aporte de nuestro país, la información sobre la ayuda médica cubana a África
Occidental se manipula.
Medios de la
Florida en Estados Unidos intentan minimizar el gesto heroico de los
trabajadores de la salud cubanos diciendo que el Estado los ha enviado para
obtener cuantiosas ganancias. Solo hablan de sumas de dinero y de que están en
África occidental a cambio de una casa o un automóvil. ¿Cuán poco conocen al
pueblo cubano?
No se ha
escuchado en otras naciones que 15 mil personas, entre ellas médicos y
enfermeras, se hayan brindado voluntariamente para combatir el Ébola, como
lo han hecho los profesionales cubanos, o que dentro del grupo de los que
marchan a África Occidental exista un especialista que acumule más de cinco
misiones internacionalistas, como sucede en esta oportunidad. Pero eso no es
noticia para la prensa miamense o para aquellos que se pliegan a su línea
editorial.
Como en
otras oportunidades, Cuba antepone el deber, para preservar a nuestra población
y responder a la solicitud
de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de enviar especialistas capaces,
mientras otros mandan soldados.
teleSUR, la televisora que ahora da
cobertura desde Sierra Leona al combate contra esta mortal enfermedad, sí supo
catalogar el gesto, por eso sus reportes aparecen en una sección a la que han
denominado “Héroes contra el Ébola”.
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