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#Holguín vinos artesanales |
Por
Rodobaldo Martínez Pérez
en la Feria Internacional de Boyero, en La Habana, lo ganó Luis Bermúdez Rodríguez, con un seco de uva angolana, del club Bayado de la provincia de Holguín.
La provincia
triunfadora fue Sancti Espíritu, con su club el Trópico, el segundo puesto para La Trocha, en
Ciego de Ávila, el tercero Viniprinci,
de Pinar del Río y el cuarto Bayado, de Holguín.
En ponencia
el peldaño cimero lo obtuvo el holguinero José Ramón Torres Sarmiento, quien disertó
sobre el incremento de la efectividad de la fermentación suplementando
levaduras con hidrolisis de las hojas de la
Moringa, mientras Ivett Pupo Pupo logró el tercero en la categoría de espumoso, con la cereza y Roberto Ruiz Mojarrieta en blanco,
con la tropical fruta de guanábana, todos del Bayado.
El Festival
inició el 8 pasado, en la capital del país, con la presencia de uno 120
vinicultores de 12 provincias. La competencia abarcó 8 categorías: blanco, rosado,
espumoso, tinto, seco, semiseco, dulce y
semidulce y un prestigioso jurado, presidido por el experimentado Fidel Dago, de Pinar del Río, analizó las 80
muestras en concurso y determinó a los ganadores por el olor, sabor y color de los licores, los cuales fueron los mejores en los
eventos de las provincias.
Noel Morales Rojas,
presidente de la Coordinadora Nacional de Vinicultores, denominó a La Habana
como una excelente sede, con todas las comodidades y atenciones para la
realización exitosa del Festival y anunció que el XXVI será en Ciego de Ávila.
Recordó que precisamente por La Habana inició la tradición del encuentro
nacional en 1991, del Siglo pasado y, desde entonces, busca la excelencia de estas
bebidas artesanales, que cada vez son más vistosas las envolturas, devariedad
y calidad.
Felicitó a los ganadores que, para satisfacción de los experimentados
vinicultores, hay caras jóvenes y
ratificó el liderazgo entre las provincias de Sancti Espíritu y
Ciego de Ávila.
El Festival,
a sus 25 años, patentiza el interés en el país por fomentar los vinos
artesanales con un sello único de las variedades de nuestras frutas tropicales, a favor de acrecentar la cultura vinícola desde las
mismas localidades y barrios.
Insistió en la idea de vigorizar los equipos
de catadores, con la fortaleza de las
experiencias acumuladas, dotes
naturales, habilidades y técnicas en
aras de llegar a la excelencia en cada bodega artesanal, de una bebida que llegó a Cuba hace más de 520
años.
Más de
cuatro millones de botellas de vino se comercializan anualmente en el país por
los miembros de la Asociación Nacional de Vinicultores.
En Cuba
unos 417 vinicultores artesanales están
integrados a los clubes, la mayoría en las provincias de Cienfuegos, Villa
Clara, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Camagüey, Holguín, territorios donde la
comercialización creció considerablemente en los últimos tiempos, con
iniciativas populares como expendios en
establecimientos estatales y presentación, en el caso de esta provincia,
en las Noches Holguineras.
Para la tradición de mezclar azúcar, jugos de frutas y levadura para
obtener una bebida alcohólica a partir de la fermentación usan frutabomba,
naranja, guayaba, piña, mango,
carambola o pera china, uvilla,
marañón, tamarindo, cereza, ciruela, caña, fruta de maya, canistel,
níspero, mora, jengibre y flores como las de majagua,
marpacífico, rosa o romerillo.
Manuel
Marrero Cruz, ministro del Turismo en
Cuba, elogió, en noviembre del 2014, la presentación y la calidad de los vinos
artesanales del Club Bayado, al recorrer
una de las versiones de las Noches
Holguineras, catalogadas por muchos como todo un espectáculo cultural
Entre los clubes de vinicultores más antiguos de la Isla figuran, el
Cubanicay, de Villa Clara; el Guanaroca, de Cienfuegos; y el Canario, de Sancti
Spíritus, que data de 1948. Recuerda, uno de sus fundadores, Noel Morales
Rojas, el más premiado y el único fabricante del país que expende sus vinos caseros
en una tienda con la marca Don Noel, elaborados a partir de la miel de abeja.
Inmortaliza
a sus abuelos, productores de vino,
oriundos de San Bartolomé, Lanzarote, en las Islas Canarias, que en 1933
llegaron a Remedios, al continuar la tradición por sus padres, Agapito y Ramona
y con su familia.
Con su
magisterio en esta magia resalta la
calidad del vino holguinero y aboga por incrementar la cultura de preferir el vino, por encima de cualquier
otras bebidas, como siempre quiso el Comandante en jefe Fidel Castro.
La historia del Club Bayado
comenzó el 20 de diciembre de 1994,
cuando nace entre los vinicultores de la
Ciudad de los Parque, que luego lo nombran
Bayado, en honor al cerro más
prominente de estos lares, devenido símbolo de la región: La Loma de la Cruz,
desde dónde el Papá Francisco bendijo la ciudad, en su primera visita histórica al territorio en septiembre del 2015.
En el alumbramiento mucho sobresale
Raquel López Durañona, su fundadora, quien desde niña comienza en este arte,
inspirada por su abuelo paterno, el que
llegó a esta zona Oriental desde su natal Villar, provincia española de
León.
La Dama de
los Vinos, como la conocen, es la mujer
con más premios ganados en festivales nacionales de vinos artesanales, tiene el
reconocimiento de Gran Maestra del Vino otorgada por el Ministerio de la
Agricultura Urbana, en el 2006, e Hija
Ilustre de la Ciudad de Holguín, e invitada de honor a todos sus festejos
vinicolas en la provincia de Cienfuegos.
Bayado
extiende su activismo al sumarse a
eventos importantes, como las Fiestas de la Cultura Iberoamericana, en
octubre, donde levantan las copas en Bariay para brindar por nuestra
América, en las Romerías de Mayo, en la Semana de la Cultura y otros eventos de
interés.
El presidente actual del Club Bayado y representante de la Coordinadora Nacional de Vinicultores en el Oriente Cubano, Rosell Martínez Pérez, defiende la importancia de elevar cada vez más la calidad de los vinos artesanales, que con características aromáticas y marcado sabor a frutas nacionales, son idóneos para ofertarse en cualquier establecimiento del turismo en el Archipiélago, como se patentizó en este Festival de La Habana.
El presidente actual del Club Bayado y representante de la Coordinadora Nacional de Vinicultores en el Oriente Cubano, Rosell Martínez Pérez, defiende la importancia de elevar cada vez más la calidad de los vinos artesanales, que con características aromáticas y marcado sabor a frutas nacionales, son idóneos para ofertarse en cualquier establecimiento del turismo en el Archipiélago, como se patentizó en este Festival de La Habana.
Apuntó que entre los turistas, sobre todo
canadiense y europeo, hay tradición en el consumo de vinos.
Cayetano
Rodríguez Burgo, presidente del Club La Trocha de Morón, en Ciego de Ávila, el más
ganador de los Festivales y sede el Festival 26 en el 2017, dijo que el
trabajo fundamental, en los últimos años
en profundizar en la calidad de esta bebida.
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