Por Rodobaldo Martínez Pérez
La exhortación de la última reunión del Consejo de Ministro es que las proyecciones de gobierno son la guía y ninguna institución puede estar ajena a ellas, con la importancia de acompañar el proceso desde todas las instancias y estructuras del país.
Para eliminar distorsiones y reimpulsar la economía, durante 2024, requiere, en cada lugar, un profundo ejercicio de pensamiento innovador para, desde la misma base lograr con solidez la transformación que necesita el país.
Lo dijo Manuel Marrero Cruz, primer Ministro, sobre la necesidad de que "todos tengamos identificadas, en primer lugar, cuáles son las distorsiones, cuáles son aquellas cosas que no están funcionando bien, incluso aunque sean las establecidas y que en su momento jugaron un papel, pero que a la luz del actual contexto requieren ser transformadas, actualizadas, corregidas".
Todo eso requiere concientizar a cada colectivo de las transformaciones necesarias, que no es un cambio impuesto “desde arriba”, de lo contrario choca con el mismo muro que impide el progreso ascendente del llamado constante para cambiar la mentalidad o los métodos y estilos de trabajo.
Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución Cubana, nos recuerda: “Más de una vez hemos dicho que nuestro peor enemigo no es el imperialismo, ni mucho menos sus asalariados locales, sino nuestros propios errores y, si son analizados, con profundidad, se transforman en lecciones…”
Ahora hay que erradicar toda esta visión estrecha y excluyente de manera definitiva y ajustarla a la realidad, con una metodología o proceso de trabajo apropiados a cada sitio, de acuerdo con las necesidades del momento, las herramientas e indicaciones propuestas por los mismos trabajadores, los principales implicados y conocedores de sus entornos.
Hay que dialogar constantemente, escuchar, analizar, corregir, convencer, razonar, sin imponer para la urgente trasformación organizacional, cuyo triunfo depende, directamente, de los integrantes del colectivo, desde la trascendental motivación, que permita, a cada persona, entender claramente ¿qué cambios ocurren? Y hacerlos suyos.
Es tener conciencia de la necesidad del momento histórico y demostrarlo al participar con responsabilidad, creatividad, conocimientos, capacidades y entusiasmo en cada jornada, con aportes concretos.
Desde la ciencia y la innovación es imprescindible consolidar una mentalidad emprendedora, de cambios que defina, diáfanamente, como alcanzar los objetivos, con el hábito del compromiso en todas las acciones propuestas.
La superación constante es una fortaleza para estar actualizados, aprender a enfocar los esfuerzos en objetivos claros, establecer metas y evitar la nociva dispersión.
Como en cualquier acción para obtener los fines previstos la constancia y repetición son claves para hacerlo correctamente y, más, si hay que cambiar costumbres el panorama suele ser muy complicado, porque el trabajo es con personas.
Necesitamos pasos sólidos para lograr las transformaciones que exige el país en estos momentos, para garantizar procesos con más eficiencia, productividad, utilidad e ingresos, que satisfagan las demandas internas, con las posibilidades de exportación y que, además, propicien bienestar, desarrollo y prosperidad al pueblo cubano.
Muy decisivo el rescate de la tranquilidad ciudadana, disciplina, orden y control en el cumplimiento estricto de lo dispuesto y, como enfatiza el Primer Ministro: “… exigir a todos los actores económicos por igual que se cumpla lo que está establecido, ya sean estatales o privados y dejar claro cuáles son los precios y exigir que quien los viole recibirá todo el rigor de la Ley".
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