Columnas

Monday, November 13, 2023

Inteligencia emocional

Rodobaldo Martínez Pérez

rodobaldo@ahora.cip.cu

La compleja realidad cotidiana en Cuba requiere que el modo de gestionar los sentimientos utilice más la inteligencia emocional, en todos los niveles.

Miguel Díaz-Canel Bermúdez, primer secretario del Comité Central del Partido, constantemente insiste  en los atributos que debe tener un dirigente revolucionario en el país: tenacidad, firmeza, sensibilidad, preparación política, ideológica y profesional.

A tono con el concepto de Revolución de Fidel  la  inteligencia emocional debe lograr una profunda integración en todos los niveles escolares.

Con ello se fortalecerá más la educación social, con personas más proactivas, asertivas, disciplinadas, reflexivas, laboriosas al conocer mejor las modernas herramientas básicas para las relaciones humanas, a partir de las primeras edades.

En el caso de los directivos el aspecto emocional es clave al contar con competencias y aptitudes que les permitan influir en los demás, con la mejor posibilidad de irradiar confianza, potenciar el talento, superación continua y las habilidades disponibles en el equipo, para sacar lo mejor de las decisiones colectivas, hacia el logro de los objetivos propuestos.

Así hay condiciones propicias para estar siempre al servicio de los demás, con renovadas motivaciones para el autodesarrollo,  colaboración y el trabajo en total unidad, a favor del estudio de los  problemas  y con idoneidad para construir relaciones óptimas en la organización, con ética, honestidad e integridad.

El líder emocionalmente inteligente logra la estimulación necesaria para concretar las metas planteadas, con cualidad para ponerse en el lugar de los demás, poder entenderse de forma armónica  con los sentimientos,  preocupaciones, necesidades y demandas de su colectivo.

Es fundamental comunicarse desde la verdad, imparcialidad, habilidades sociales, excelente interrelación, pensamiento estratégico, capacidad de negociación como inspiración para los demás, con el propósito de poder sacar lo mejor de cada uno en eficaz colectividad.

Además es primordial poder influir en las emociones de los demás para fomentar el compromiso, la proactividad, la cooperación y el esfuerzo para conseguir que la organización logre cumplir las metas establecidas, desde las aspiraciones individuales, porque en la subjetividad está la mayor reserva de cada quien, para encender o no pasiones e inspirar lo mejor.

Porque  para lograr mover a las personas determinan las emociones, más que el poder de las ideas, la visión y las estrategias efectivas ideadas.

Y más en estos tiempos de incertidumbre y  crisis mundiales, con el más férreo bloque de los Estados Unidos, así como entornos complejos es útil aplicar nuevas líneas de actuación basadas en la inteligencia emocional, para motivar aún más el trabajo, la innovación, superiores prácticas de gestión para elevar la productividad individual y colectiva, con talento y las habilidades disponibles en nuestro pueblo.

Para Daniel Goleman, psicólogo estadounidense y autor del libro Emotional Intelligence (1995), Las habilidades que tienen y caracterizan a los grandes líderes son de carácter emocional y afirma: "la inteligencia emocional es la condición sine qua non (expresión en latín que significa 'sin la cual no') del liderazgo".

Cada vez hay que generar más confianza en un intenso proceso de elaboración, gestión y reproducción de las emociones en la totalidad  de la sociedad cubana, para que cada quien conscientemente de lo mejor de sí para lograr el país próspero y sostenible que nos merecemos.

El Presidente de Cuba asevera:…“quienes ocupen puestos de dirección precisan tener inquietudes sobre los problemas de la Revolución y el país, lo cual incluye sensibilidad con los asuntos que afectan a la población y el contacto constante con la gente…”

 


 

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