HOLGUIN AHORA

 Ni demonio ni neoliberalismo

Rodobaldo Martínez Pérez

rodobaldo@ahora.cip.cu

Si los enemigos de siempre apuestan por las mipymes como un sector de oposición: “agentes de cambio”, entonces  seguimos o paramos.

El propio marxismo la valida en la construcción del socialismo,  por el bajo desarrollo de las fuerzas productivas y carácter heterogéneo de las relaciones de propiedad, como se refleja en nuestro proceso, acentuado por todos los vaivenes que hemos sufrido.

Hay en el país propiedad privada de la tierra, transporte, vivienda, servicios, trabajadores por cuenta propia, actividad de pequeños productores individuales en sectores,  ramas, fábricas o talleres de la economía, sobre las cuales, incluso, accionó la llamada Ofensiva Revolucionaria de 1967 e inversión de capital extranjero, entre otras.

 En la actualización del modelo económico cubano las micro, pequeñas y medianas empresas, proceso detenido en los duros años de 1970,  desempeñan hoy un importante papel en su establecimiento y evolución, como está en los lineamientos del séptimo y octavo congresos del Partido.

La construcción socialista en sí lleva implícito la innovación como cambio o gestación de las nuevas relaciones sociales de producción, que demanda otra formación económica social.

Miguel Díaz-Canel, presidente de Cuba, en varios momentos reitera la necesidad de retomar el estudio de las obras del marxismo- leninismo, desde la creativa y dialéctica, que va a contribuir a reflexionar en diferentes fundamentos teóricos sobre la edificación del socialismo en el siglo XXI.

La organización de la economía en Cuba es un proceso cada vez más complejo, que tiene como punto de partida la existencia del carácter heterogéneo de las relaciones de propiedad, siendo esto un escenario propicio para las mipymes.

 Entonces serán exitosas las capaces de interpretar los cambios socioeconómicos y aprovechar las oportunidades actuales con  creatividad, innovación y calidad, sin las perniciosas pérdidas.

 De conjunto con el sector estatal son actores que pueden contribuir a dinamizar la economía, para mejores aportes a nuestra sociedad, sin neoliberalismo.

De acuerdo con un cierre de junio 22 de 2023, hay más de 8 mil 774 mipymes en el país y actualmente revisan  las normas jurídicas que rigen su funcionamiento, así como la lista de actividades prohibidas.

Independientemente de todo hay quienes dicen que son el mismo demonio, porque al no tener capacidad de compra para determinados productos o servicios ofertados, les achacan la culpa de todos los males que tenemos,  pero en realidad no los engendraron, como el de la alta inflación que nos golpea a todos.

Si alguien decide iniciar un emprendimiento, de este o cualquier otro, lo hace  cuando se perciben oportunidades para generar ingresos, que permitan recuperar la inversión realizada y dar beneficios adicionales a los creadores. 

Como dicen los estudiosos del tema una empresa, de estas características, no es una obra de caridad, ni está concebida para resolver las ingentes demandas de los menos beneficiados. No obstante, a través de productos y servicios, responden a una necesidad de la población y en especial de los consumidores, pero aportan a una demanda insatisfecha, entonces cumplen un objetivo social. 

Salvo en algunos productos priorizados, para los que el Estado puede limitar los precios de venta de las mipymes, por regla general se rigen por la ley de la oferta y la demanda, aunque en Cuba se enreda, al traducirse en oferta y una insatisfecha necesidad. 

A pesar de todo para este complejo escenario, precisamos optimismo en cuanto al futuro de este tipo de actores, que aparecen bajo el amparo de nuevas legislaciones, que apuestan por la participación de todos los sectores para el desarrollo del país.

El entramado en la nación es desfavorable desde los desequilibrios macroeconómicos internos, alta inflación,  brutal y recrudecido bloqueo, acelerada crisis económica internacional, guerras, prepandémica, el más amplio grado de internacionalización de los capitales que dictan  características muy diferentes a la humanidad y obligan a aplicar todas las vías posibles para dinamizar la economía, generar alimentos, servicios,  empleos y riquezas para el heroico pueblo cubano.