Columnas

Sunday, March 05, 2023

 Acto de conciencia por la Patria

Por Rodobaldo Martínez Pérez

rodobaldo@ahora.cip.cu

¿Qué representantes precisa la Cuba de hoy? Es una interrogante constante para la nueva constitución del Parlamento, cuyos diputados serán electos en el país este 26 de marzo, cuanto estamos convocados todos a un acto de conciencia por la Patria.

 Al hacerlo participamos de forma directa para la integración de la Asamblea Nacional del Poder Popular, órgano supremo del Estado cubano, con hombres y mujeres del pueblo, quienes, en lo individual,  tienen responsabilidades con deberes y derechos que entrañan esta condición.

Los electores podrán demandar respuestas ante sus insatisfacciones, mejores gestiones para la solución de las problemáticas sociales y, a su vez, con el deber para los representados de complementar la actuación representativa del diputado con su participación directa en estos asuntos.

Estos servidores públicos de la nación para cumplir con sus deberes y derechos necesitan mucha idoneidad, fidelidad a los ideales, sabiduría, emprendimiento y la importante flexibilidad, para encarar las actuales circunstancias.

 La agenda de los diputados requiere responder a las preocupaciones cotidianas del pueblo que representan, con la mayor compenetración con sus intereses, para jamás defraudar esa confianza.

Vivimos momentos complejos y esos méritos deben patentar cada día en empeños, virtudes y resultados en tantas complejidades por resolver.  Ya lo dijo Martí “la mejor manera de decir es hacer”.

El diálogo reflexivo y saber encauzar esas preocupaciones son requisitos imprescindibles, para garantizar el ejercicio de la democracia socialista, al exaltar la relevancia del modelo político cubano, desde el ejercicio del criterio y la libertad de expresión. Son más válidas las opiniones entre más respetuosas sean, sin  la agresividad verbal que no cabe aquí, en ningún momento.

Necesitamos más poder y popularidad del nuevo parlamento, a donde  se va a  hacer políticas en nombre del pueblo, trazar estrategias y ejercer la confianza depositada. La positiva actuación le da un sentido hondo a la frase de Fidel: “El poder del pueblo, ese si es poder”.  


El destino del país depende, en un alto porcentaje, de los miembros del  Parlamento,  como las voces genuinas de los que saben luchar por el bien y la justicia a brazos partidos, con acierto, entre una pluralidad de criterios en los debates, saber discrepar, con la mejor oratoria, por tanto, la preparación, el estudio constante y el conocimiento con el oído bien pegado a la tierra que debe perfeccionarse cada vez más,  porque la democracia hay que construirla todos los días.

Esos representantes no solo son valiosos por su hoja de servicio, sino por su emprendimiento y la comprensión de que vale mucho las convicciones en los momentos de decidir, sin renunciar a ningún principio.

 Raúl Castro,  más de una vez, subraya: “demanda de los dirigentes, de cualquier sector e instancia,  ser autocríticos y oír las reclamaciones de la gente, aunque no agrade lo que nos digan".

Para estar a la altura de los tiempos que corren,  a los diputados les corresponde hacer cosas diferentes para remover la burocracia, formalismo, eliminar, para siempre lo superfluo y concentrarse en lo realmente decisivo, criticar siempre "cara a cara las actitudes incorrectas" y no hacerle perder tiempo a la gente al no hallarle las soluciones a los problemas como se espera con la implicación de todos.

  La principal responsabilidad de los electos es ser fieles servidores de su pueblo y establecer la correspondencia entre lo dicho y lo hecho. Estos momentos son muy complejos para el país y la defensa de la Revolución es prioridad en todos los campos, sin desaprovechar un segundo para hacerlo.

En este mandato se impone la responsabilidad de conducir, controlar y exigir que continúe el avance en la construcción de una sociedad mejor al lograr prosperidad y sostenibilidad, siempre por los caminos del socialismo cubano, en un país sumamente retador para los diputados, con el máximo aporte que cada uno pueda hacer, siempre desde el ejemplo personal, en la función principal de defender su voluntad soberana.

Los diputados que resulten seleccionados son potenciales integrantes  para la dirección de la Asamblea Nacional del Poder Popular - presidente, vicepresidente y secretario-, del Consejo de Estado, de la Presidencia y Vicepresidencia de la República,  para todas estas responsabilidades es exigencia indispensable la condición de diputados.

 La Asamblea Nacional tiene la alta responsabilidad de regular o pautar el desarrollo de la  vida en sociedad cubana, como  único órgano con potestad constituyente con la posibilidad de reformar o cambiar la Constitución y legislativa con la facultad de dictar leyes con carácter general para toda la ciudadanía, con una interpretación general y obligatoria.

Son los diputados quienes  ejercen el control  constitucionalidad sobre leyes y demás disposiciones generales; discuten y aprueban los objetivos generales y metas a corto, mediano y largo plazos; así como el presupuesto del Estado, además de  fiscalizar su cumplimiento.

Tienen la responsabilidad de acordar los sistemas monetario, financiero y fiscal; establecer, modificar o extinguir los tributos; declarar el Estado de Guerra o la Guerra; así como conocer, evaluar y adoptar decisiones sobre los informes de rendición de cuenta que le presenten el Consejo de Estado, Presidente, Primer Ministro, Consejo de Ministros, Tribunal Supremo Popular, la Fiscalía General de la República, la Contraloría General de la República y los organismos de la Administración Central del Estado, así como los gobiernos provinciales,

Los diputados, en lo individual, tienen como función esencial representar los intereses del pueblo en su conjunto y no de forma exclusiva a los intereses de un determinado territorio, aunque  estarán estrechamente vinculados al lugar por donde fueron elegidos a fin de atender sus planteamientos, sugerencias, críticas, explicarles la política del Estado, así como rendir cuentas de manera periódica como parte del control popular a las tareas realizadas.

Una característica típica de nuestro modelo es que al ser elegidos diputados no los convierte en profesionales de la política, por lo que durante el tiempo que empleen en el desempeño efectivo de sus funciones, mantienen su vínculo laboral y perciben la misma remuneración por su trabajo.

Cómo define Fidel: “Los valores que defendemos son muy sagrados, son muy altos, son muy poderosos, son los valores de la Patria, son los valores de la Revolución, son los valores del socialismo son los valores de la justicia, son los valores de la igualdad, son los valores de la dignidad y del honor del hombre. Esos valores tienen un peso tremendo”.

 

 

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