Columnas

Saturday, August 13, 2022

Mis coberturas con Fidel

Rodobaldo Martínez Pérez

rodobaldo@ahora.cip.cu

Por nuestro Aniversario  60 y, en ocasión del cumpleaños 96 de Fidel, la dirección de ¡ahora! me pide, para esta columna de unas 40 líneas,  mis experiencias en las coberturas noticiosas con el Jefe de la Revolución.

Un enorme privilegio para mí, de esta suerte que inicia el 27 de julio de 1977 con la inauguración de la fábrica de combinadas cañeras, hasta el 26 de Julio del 2006, su última comparecencia oficial en el acto de apertura del mayor grupo electrógeno, construido en el país y sincronizado al sistema electroenergético nacional, ambos en la ciudad de Holguín.

Como siempre, la primera vez muy retadora, al designarme hacer una crónica del trascendental acontecimiento, el equipo lo dirige el excelente periodista y escritor Pedro Ortiz Domínguez, quien realiza la noticia y hace el recorrido con Fidel por la fábrica, con el mago de la fotografía, Rafael Nogales Fombellida, extraordinarios profesionales, nunca supe porque yo era el otro. La concentración de la







prensa fue en el hotel Praga.

Recuerdo cada una de sus palabras, dedicadas, entonces, al progreso de la industria cañera.  Aprendí, en la práctica, un concepto teórico enseñado en la academia: El valor de la prominencia de la noticia depende mucho del talento de quien la protagoniza.

Luego estuve en el centenario de la Protesta de Baraguá, el XI Festival de la Juventud y los Estudiantes, el IV Congreso de la UJC, rendición de cuenta de nuestra provincia a la Asamblea Nacional del Poder Popular en 1986, reunión con secretarios del  Partido en Holguín, con centrales azucareros en sus zonas, visitas a “Urbano Noris”, “Rafael Freyre” y Banes,  actos nacionales por el 26 de Julio en la Plaza Mayor General  Calixto García y en Santiago de Cuba, aniversario 15 de la fábrica de Implementos Agrícolas, tribuna abierta y varios recorridos en el 2002, luego en Birán y  Polo Turístico holguinero.

Engrosan esas oportunidades la VIII cumbre Iberoamericana, efectuada en Oporto, Portugal  y los Congresos y Plenos de la UPEC desde 1999 hasta el 2003, en ellos me detengo, porque esos espacios de conversaciones entre periodistas con Fidel fueron verdaderas lecciones de sabiduría y práctica en el ejercicio profesional de la Pluma: “Me gusta el oficio,  de verdad… Ténganme por uno de ustedes”.

En todos los momentos siempre Fidel es defensor del Sí se puede que lo caracteriza aún en los momentos más difíciles, como el Moncada o luego en Alegría de Pio, que jamás califica de derrotas, sino  costosos reveses. 

Debemos aprender de su optimismo y la fe en el triunfo, sin nunca aceptar la derrota, por eso cuando en la prisión de Boniato, por los acontecimientos del 26 de Julio, cuando los esbirros de la tiranía Batistiana lo sacaron para tratar de humillarlo al ver llegar a sus  compañeros sobrevivientes en condiciones tétricas, como me comenta luego Raúl,  refleja en el rostro su gallardía, como un pase de revista por las victorias futuras.

 

Nos dio lecciones imperecederas sobre: prestigio, honestidad, ejemplo personal y altruismo, pero su más abarcador legado es, sin dudas, lograr la Obra del Primero de Enero y garantizar su continuidad, que corresponde a los agradecidos de hoy y de siempre.

Nunca lidia con el desorden y la chapucería en cualquier acción, ni renuncia a los principios. Proclama la equidad, optimismo y la resistencia como acciones irrenunciables.

Da lecciones para la posteridad en cada diálogo, hay que interiorizar su pensamiento para tener todo un diseño de desarrollo en cualquier disciplina. Hiperquinético, audaz, inquisidor, ávido de conocimientos, antidogmático y con una increíble capacidad de previsión.  “Fidel viaja al futuro, regresa y lo explica”, dice el expresidente argelino Abdelaziz Bouteflika.

A Fidel podemos ir permanentemente para encontrar respuestas para este mundo caótico y para saber obrar con inteligencia, porque el talento no puede faltar en cualquier estrategia que signifique supervivencia, independientemente de la compleja situación en la Cuba de hoy.

 La mejor respuesta está en las calles cubanas: resistencia y valentía, para preservar el designio de construir el socialismo hoy,  a cualquier precio, a sabiendas de la persistente  nocividad del imperio y sus aliados.

Fue aquel 26  de julio del  2006,  junto al actual Presidente de Cuba, la última vez que lo vi físicamente, entre aquellas más de 20 veces que había compartido con el Comandante en mi vida periodística. Los holguineros dijeron: “Te queremos Fidel” y su respuesta fue eminente: “Yo también los quiero”. Nadie pudo predecir el futuro, pero en la ciudad permanece por siempre el eco del líder.

 

 

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