Columnas

Tuesday, January 11, 2022

Unidad: principal fuerza

Rodobaldo Martínez Pérez

rodobaldo@ahora.cip.cu

Como siempre, en la historia de Cuba, la unidad es la principal fuerza para seguir adelante y, ahora, en este retador 2022 es crucial, como ejemplo de dignidad, resistencia y solidaridad, que sirven de aliento e inspiración  para todos  los que, en este planeta, aspiran a un mundo mejor.

Nadie como Martí y Fidel lucharon  tanto por la unidad, en todos los momentos de la historia nacional, como único pilar para  garantizar y conservar la victoria.

Por eso el Presidente de Cuba, Díaz-Canel, genuino representante de la generación de la  continuidad histórica de la Revolución, ratifica: “El único modo de resolver nuestros problemas es que todos y cada uno de los que amamos la Revolución nos preguntemos cotidianamente: ¿qué puedo hacer?, ¿qué puedo aportar?, ¿cuál puede ser mi cuota de entrega personal para el crecimiento colectivo?”.

Es un realidad que demanda  sabiduría ante las encrucijadas de hoy, como mejor aprendizaje de Fidel Castro y Raúl Castro  para “desechar el lamento inútil y a concentrarse en buscar salidas, a convertir los desafíos en oportunidades y los reveses en victorias”, como continuadores del Si se puede, por oscuro que esté el túnel.

En todos los lugares, en cada pedacito del país hay que “entregarse en cuerpo y alma” por el bienestar común, como principal fuerza de los cubanos amantes de su Patria.

Por eso ahora esa unidad, absolutamente necesaria, debe de saber defenderse, para que podamos concentrar todos nuestros esfuerzos contra quienes impiden nuestro avance y como ejemplo de dialéctica, según el momento actual, fieles al Concepto de Revolución de Fidel, en cada uno de sus percepciones.

Hay que fortalecer la unidad, como enseña Fidel, desde una construcción, un proceso y, como todo fenómeno social, es dialéctico desde lo objetivo, sin subestimar la realidad subjetiva, según la multiplicidad de factores cambiantes, desde lo interno y externo, con  la diversidad de nuestra sociedad, a sabienda que no puede ser  absoluta en todo, pero si a la necesidad de adaptarse a trabajar con lo que hay, desde lo real.

Fidel, al definir ¿Qué es la Revolución?  Afirma: “Es un gran tronco que tiene sus raíces. Esas raíces, partiendo de diferentes puntos, se unieron en un tronco; el tronco empieza a crecer. Las raíces tienen importancia, pero lo que crece es el tronco de un gran árbol, de un árbol muy alto, cuyas raíces vinieron y se juntaron en el tronco. El tronco es todo lo que hemos hecho juntos ya, desde que nos juntamos; el tronco que crece es todo lo que nos falta por hacer y seguiremos haciendo juntos...”

El Partido cubano, como ratifica el 8vo Congreso, desde el propósito que tanto defiende Raúl, hay que hacerlo, cada vez, más democrático para cumplir mejor  la función integradora que unifique a los sujetos populares y los representes de manera legítima sin importar la diversidad de intereses, valores y aspiraciones de éstos, en lo que la ideología revolucionaria  desempeña un papel crucial.

Hay que entender bien  la ideología de la Revolución cubana, capaz de  articular el pensamiento de Martí, Marx, Lenin y Fidel, cuando el capitalismo global despliega una intensa guerra por la hegemonía cultural, para su desideologización.

Por eso  Fidel, como pilar en su estrategia antes y después de la victoria, como  uno de sus mejores aportes, en los más definitorios momentos de Cuba, evita siempre lo superfluo y confía mucho en que la práctica lograría resolver, con menos desgastes internos, las diferencias ideológicas y políticas de los distintos grupos revolucionarios.

La unidad debe ser construida, por todos, desde la diversidad y no solo tomar en cuenta una determinada organización con estructura, funcionamiento y autonomía propia, sino a través de la imprescindible acción de todas las existentes, desde la cognición que exige  la subordinación de intereses individuales a los colectivos, de los de grupos y sectores a los más generales en toda la sociedad.

Esta realidad del 2022  reclama del respeto entre todos, despojándonos de cualquier sentimiento de odio, de cualquier vulgaridad, de cualquier comportamiento indecente, pero exigiendo las normas de disciplina, que garantizan, en nuestra sociedad, esa tranquilidad social, como reitera el Presidente Cubano.

Y subraya: “El que quiera ver ¿cómo está Cuba?, ¿cómo se vive en Cuba?, ¿cómo cada día este pueblo construye páginas de heroísmo?, ¿cómo este pueblo, en medio de las circunstancias ha enfrentado la pandemia?, ¿cómo un gobierno, todos los días, está volcado a trabajar con los temas que más afectan a la población?, podrá ver cuán diferente es el mundo por el que nosotros apostamos, el mundo que queremos construir”.

La perseverancia cotidiana de la Cuba revolucionaria muestra su absoluta verdad y cada día, derrota al asesino imperio.

 

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