Columnas

Thursday, March 18, 2021

Por la Patria

Rodobaldo Martínez Pérez

rodobaldo@ahora.cip.cu

Siempre la política en Cuba, desde el mismo triunfo de la Revolución, vigoriza una ideología con prioridad en las masas, democrática justa y humanista, por tanto, reforzarla, ahora, es un gran desafío para el VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba,  previsto del 16 al 19 de abril próximo.

El trabajo distintivo, en ese sentido, es consolidar esas ideas, cuyos principios piensa en las mayorías y el Estado elabora los planes para beneficiarlas: Salud Pública y  Educación que, de manera gratis para todos, son ejemplos.

 Si existe algo  muy fundamental, actualmente, son nuevas formas  para saber interpretar esas acciones propias de nuestra Sociedad, porque en la medida que las más jóvenes generaciones las conozcan, cada vez más, la podemos  defender, entre todos, con plena conciencia.

No debemos desaprovechar, ni un instante, para enriquecer esos planes revolucionarios, para poder analizar esas conquistas o bondades, de lo contrario parecen, por ser de la cotidianidad,  que son normales y “me tocan socialmente”, sin más importancia.

Es hasta risible quienes dicen “que me lo cobren todo, pero que haya” sin tener la  más mínima idea del significado de garantizar el servicio de Salud en medio de un criminal bloqueo yanqui con 60 años.

Algunos médicos internacionalistas cubanos donaron hasta sangre para salvar niños, porque sus padres  no tenían dinero y “había de todo”. Y que me dicen  de cuánto vale la Educación y cómo es el acceso a sus respectivas enseñanzas.

Hoy, cada vez, es más compleja la batalla que no se libra con las armas en las manos, sino en el terreno de pensamiento, desde una cognición distinta en los intentos plattistas de restauración capitalista.

 Las redes sociales y otros soportes de la Internet son  escenarios permanentes de confrontación de ideas, donde, también, deben prevalecer nuestros argumentos frente a las campañas enemigas, como una canción provocadora llamada: “paria y vida”.

Tenemos que dar  a conocer la historia, lo mismo  a los niños, adolescentes, jóvenes  y pueblo en general, porque es una forma  de entender que de ahí surge lo sagrado de defender la bandera de la estrella solitaria de Patria o Muerte, en  la Cuba de hoy.

Las ideas son hoy el instrumento esencial en la lucha de nuestra especie por su propia salvación. Martí prefirió trinchera de ideas y Fidel la convirtió en batalla para devolver al niño Elián González, secuestrado por la mafia en Miami.

Y las ideas nacen y se fortalecen desde la educación. Los valores fundamentales, entre ellos la ética, se siembran en el aprendizaje.

La batalla de ideas, nuestra arma política más poderosa, proseguirá sin tregua en el actual Reordenamiento de la Nación. Nos acompaña la convicción, muy bien aprendida,   de que las ideas pueden más que las armas por sofisticadas y poderosas que estas sean.

Una vez más,  con la pandemia covid-19,   muestra ante el mundo la verdad de Cuba y sus valores, como la solidaridad y el interés de ayudar a los más desposeídos, junto a la capacidad organizativa del país y el desarrollo científico alcanzado, nos permite traducir, en resultados visibles, el compromiso con la vida y el bienestar de nuestros compatriotas y de otros pueblos hermanos, a pesar de la constante agresividad del gobierno de Estados Unidos.

El capitalismo y sus defensores neoliberales demuestran no tener solución alguna ante problemas cardinales de la humanidad. Sus teorías del papel mínimo del Estado y la magnificación del mercado, solo refuerza su incapacidad para salvar vidas y el imperio más poderoso del mundo es puro ejemplo.

En las soluciones que se demandan para enfrentar la aguda crisis mundial  y continuar las transformaciones para fortalecer la economía nacional, se cuenta con una vasta experiencia de lucha en la construcción del socialismo, como única opción de desarrollo y con el ejemplo imperecedero del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

Ante la guerra cultural y de símbolos que  nos hace, la defensa de la identidad nacional y la cultura, así como el conocimiento de la historia, reafirman nuestra soberanía e independencia.

Hoy adquiere mayor importancia el trabajo político para robustecer nuestra ideología frente a los intentos de restauración capitalista. Los mercenarios tienen su lugar y quienes le hacen el juego ofenden a la Patria.

 

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