Columnas

Friday, April 27, 2018

Fuerza del patriotismo



Rodobaldo Martínez Pérez
rodo@enet.cu
Si el patriotismo es un pensamiento que vincula a un individuo con su tierra natal, es un valor relacionado con el respeto y amor hacia el suelo de nacimiento no se entiende mucho ser patriota y desear mal a su país.
Los patriotas no se exhiben con otra bandera, en lugar de la propia, ni abogan por un bloqueo económico estrangulante para la mayoría de sus coterráneos o una invasión armada, con olor a muerte y destrucción.
Carecen de tal mérito quienes aúpan a potencias extranjeras y reciben migajas a cambio de desestabilizar a su territorio y derrocarle el gobierno o los ciudadanos que no son ejemplos, ni en el trabajo, ni por su conducta, modales o respeto a las normas de convivencias en la nación.
El verdadero patriota no señala los males de su nación, los observa de lejos y se mantiene al margen, sin hacer nada, ni la ofrece en “bandeja de plata”, para desarticularla, ni complace al enemigo en su intento de estrangularla.
En nombre del  patriotismo  cometen muchas pifias y le hacemos el juego al que desea nuestra muerte, porque cada debilidad es una puerta abierta al invasor. Eso no es querer a su tierra, es patrioterismo barato.

Entre los aspectos relacionados con el amor a la patria está el de tener disposición de asumir sus prioridades a cualquier precio, ser un fiel defensor de su identidad, actuar en correspondencia con las raíces históricas, poseer sentido de independencia y orgullo por su identidad y suficiente conciencia, para poner la labor en función del desarrollo económico y social del país.
Es, además, defender lo conquistado,  enfrentar los duros retos de esta contemporaneidad,  para salir adelante y poder fortalecer, principalmente,  las esferas de la educación, salud y cultura.
  Este valor, en Cuba, forma parte de  un sistema de valores que  nos identifica como nación soberana; manifiesto en las raíces más profundas de la nacionalidad: la identidad,  sentido de pertenencia,  preservación de las conquistas de la Revolución,  solidaridad humana, amor a la naturaleza,  al trabajo en aras de contribuir constantemente con el desarrollo, el respeto y admiración por sus héroes, el conocimiento y disposición de cumplir con los deberes y derechos sociales.
Cuando se es patriota, no importa el lugar donde nos encontremos, sentimos un escalofrío profundo si vemos algo que nos identifica.
Así lo definió Martí “El amor, madre, a la patria, no es el amor ridículo a la tierra. Ni a la yerba que pisan nuestras plantas. Es el odio invencible a quien la oprime, es el rencor eterno a quien la ataca”
Ahora la Patria necesita que los buenos patriotas estemos unidos en un mismo objetivo, para hacer la fuerza de lograr prosperidad y sostenibilidad en nuestro modelo cubano.

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