Rodobaldo Martínez Pérez
Democracia es una palabra repetida hoy, para nombrar
esas “elecciones libres” en la cual las amplias masas tienen “el derecho” de
seleccionar a sus dirigentes.
Las preguntas son elementales, ¿Es el pueblo,
realmente, quien escoge a sus representantes? ¿Existe tal albedrío, para decir
y realizar lo que nos venga en gana? ¿Puede
decirse que hay democracia por el simple hecho de haber pluripartidismo?
Estamos ante
un magnífico espejismo, en el cual hacen creer, a las mayorías, que poseen la
potestad de decidir en su nación y plena autonomía, para vivir emancipados.
Por ejemplo, en Estados Unidos están los partidos de
los Elefantes y los Burros, aunque es conocida sus plataformas políticas, son muy
semejantes que, al decir de Martí, “nada hay más parecido a un demócrata que un
republicano”, está arraigada la idea de existir en un lugar dónde hay
independencia, para seleccionar al presidente. “País de la libertad” les llaman.
Somos testigos, cada cuatro años, del show armado
como sucede ahora, con esas “elecciones libres”. Con los millones de dólares
detrás de cada candidato y el poder de los estados de la unión a la hora de
nombrar al elegido.
Laselecciones en Cuba son la antítesis de las que tienen lugar en Estados Unidos,
en primer lugar, si no eres rico o puedes contar con mucho dinero allá ni
aspirar a ser elegido en un cargo importante, aunque el mérito sobresalga y
como tenemos el Partido único de la Revolución y un sistema electoral diferente,
traemos acompañadas las frases de falta de
democracia, inexistencia de elecciones desde 1959 y dictadura, sin un mínimo
análisis del por qué tenemos esa estructura y su funcionamiento.
En su trabajo “Nuestro Camino: Análisis del proceso
de rectificación”, el filósofo, escritor y ensayista cubano Darío Machado,
escribió hace ya algunos años: "...No escapa a la sociología política el
hecho irónico de que se nos exija a los cubanos fórmulas aparentemente
democráticas, como el pluripartidismo, que hace tiempo no puede exhibir nada
ejemplar respecto a ese tema".
¿Por qué partido único, pensó Martí? Porque para liberar a Cuba se
necesitaba unir a todos los sectores y fuerzas independentistas e impedir la
anexión a EE.UU, partiendo que la división fue la causa de los fracasos ¿Y esos
objetivos no se mantienen hoy? La salvaguarda de la soberanía pasa por el hecho
de fabricarnos y sustentarnos partidos, confundir a los votantes y hacerlos
ganar por sus ardides, como hay ejemplos en nuestra región americana.Algunos quieren aquella Cuba antes del 59, con 100 partidos y el pueblo a 100 km del poder. Sus partidos de oposición deseados ya los imaginamos, empezaría a correr el dinero y los mercenarios internos a obedecer al amo, como lo que nos fabrican hoy. Recuérdese que la unidad es nuestro escudo.
Nuestra democracia no es perfecta, pero si se le compara con la ficción de la democracia representativa burguesa, nuestro modelo es un sol resplandeciente. Tenemos muchos problemas, lo sabemos y total intención de que los elegidos, representen mejor al pueblo, y éste, cada vez, lo sepa elegir sin ningún formalismo y adecuado a las circunstancias. Temas como este y todos los análisis del VII Congreso del Partido deben chequearse a tenor de los nuevos escenarios. Creo que no puede perderse la posibilidad de clarificar conceptos y uno de los más grandes desafíos centrarlo en la lucha ideológica para estos tiempos.
Hay que fomentar la disciplina, la organización y la certeza de encontrar
soluciones a los problemas en plazos razonables; trabajar con intencionalidad y
llevar más resultados al pueblo. El valor de la dignidad debe
rescatarse.
Deseo razonamientos lúcidos y amplias visiones. En
momentos en el cual chequeamos el destino de Cuba nunca debe faltar
inteligencia, para saber lo que nos conviene. Prohibido confundirse con los
cantos de sirena. Unidad es una palabra constante en
cada una de las acciones.
Para algunos, la ideología del
capitalismo, con su poderosa máquina publicitaria, quiere que la humanidad posea
como sentido el tener y no el ser, formar consumistas y no ciudadanos y
ciudadanas, una nación de individuos, no una comunidad nacional de compañeros y
compañeras.Defendamos nuestro sistema humanitario, la verdad de sentir en nuestra mejilla el golpe dado a una mejilla ajena, el papel primordial del hombre y los derechos humanos. Es imposible un país con política socialista y economía capitalista.
El capital simbólico de Cuba está fundamentado en valores espirituales, como el sentido de la libertad y la independencia, de cooperación y solidaridad, entonces, aboguemos por ese futuro para la Patria.
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