“De todos los peligros, el mayor es subestimar al enemigo” Pearl S. Buck
En comentario de testigos directos del ataque yanqui por Playa Girón se decía de personas que murieron, porque como los aviones norteamericanos traían las insignias cubanas, muchos creyeron eran nuestros y no se protegieron. Es decir, fueron víctimas del engaño y perdieron la vida por su confianza, me comentó mi colega Hilda Pupo Salazar.
Ese mismo ardid es empleado, actualmente, por los imperialistas norteamericanos, para penetrarnos y tratar de destruir a la Revolución Cubana desde adentro.
El trabajo con las mentes o la llamada guerra sicológica es una de sus estrategias de lucha, de esta manera tratan de introducir sutilmente plataformas de pensamiento neoliberal y de restauración del capitalismo neocolonial, manipulan la historia nacional y hacen creer en la inutilidad de tener una ideología y apuestan por la desideologización.
De esta forma sus objetivos son
acrecentar las dudas en la dirección de la Revolución, menoscabar
los genuinos valores por los cuales adquirimos fortaleza, favorecer el individualismo, el egoísmo y el
interés mercantilista por encima de la moral individual.
Como parte de su artificio presentan las ventajas
de vivir en su sistema y la inutilidad de defender el nuestro, para ello
argumentan un pasado edulcorado, solo existente en mentes impregnadas en la
ideología de la clase burguesa derrotada por la Revolución de 1959.
Incluso circula una lista de datos con su intención de demostrar la superioridad
de Cuba antes del triunfo.
Y ojo con su nuevo discurso
completamente manipulado, con frases dichas por el sector izquierdista, le
introducen entre líneas su veneno, para dar la impresión de querer ayudar sin
ningún interés con alto grado de conciliación y esconden su verdadero rostro
imperial. Enemigos vestidos de “amigos”
o lobos con traje de oveja.
Han desaparecido las
expresiones amenazantes de los mandatarios estadounidenses respecto a Cuba, y
se modela un seudo discurso de cooperación y
diálogo. El acercamiento con recalcitrantes que solo desean nuestro mal, no es bueno para Cuba, pues se pierde la
percepción del riesgo y aunque esa frase ha sido utilizada en otro contexto,
específicamente en Salud Pública, siempre quiere decir que subestimamos el
peligro.
Debemos aclarar que solo nos
referimos a personajes de la ultraderecha radical al estilo de Iliana Ros o
Marcos Rubio, no a quienes sinceramente desean se termine el conflicto entre
Estados Unidos y Cuba.
Existe mayor inteligencia en las
formas de ataque. La estrategia de la propaganda burda, el mensaje grotesco y
la farsa vulgar, ha sido sustituida por una avalancha de información, que pareciera concebida en laboratorios,
dirigida a impactar directa y positivamente en las mentes de nuestros
ciudadanos, para crear el espejismo de no ser tan fieros como lo pintan.
Antes del debacle del socialismo
europeo y el desmembramiento soviético se dijo:
“Sembraremos el caos en la Unión Soviética, sin que sea percibido,
sustituiremos sus valores por otros falsos y les obligaremos a creer en ellos.
Encontraremos a nuestros aliados y correligionarios en la propia Rusia.
Episodio tras episodio se va a representar por sus proporciones una grandiosa
tragedia, la de la muerte del más irreducible pueblo en la tierra, la tragedia
de la definitiva e irreversible extinción de su autoconciencia.
La honradez y la honestidad serán
ridiculizadas como innecesarias y convertidas en un vestigio del pasado. El
descaro, la insolencia, el engaño, la mentira, el alcoholismo, la drogadicción
y el miedo irracional entre semejantes, deben ser nuestros objetivos. Haremos parecer chabacanos los
fundamentos de la moralidad, destruyéndolos”.
El objetivo final sigue siendo derrotar
en el terreno de la ideas cualquier vestigio de la opinión de que el
capitalismo es malo, lograr el
deslumbramiento, la persuasión, la manipulación del inconsciente, hasta comprender y compartir la lógica de los “verdugo”
sobre sus víctimas.
EE.UU. despliega contra Cuba
una bien hecha campaña de desmontaje cultural, con la historia como primer
objetivo. Todo está calculado, para
contar los hechos al revés y argumentar sucesos para que parezcan reales.
Esta guerra es tan peligrosa
como con bombas, silenciosa y de poco a poquito. Obama, por ejemplo, no ha amenazado nunca con
el empleo del poder militar contra nuestro país. Aparenta deseos de diálogo y
cooperación, y llegó a insinuar públicamente, que es Cuba quien ha quedado
atrapada en la historia y no quiere, o no tiene interés, en mejorar sus
relaciones con el vecino del norte.
Estas fueron sus palabras en la Cumbre de las Américas, en
Trinidad y Tobago, el 17 de abril de 2009, cuando los líderes del continente le
exigieron la presencia de Cuba en estos cónclaves.
"Para avanzar, no podemos
permitirnos ser prisioneros de pasados desacuerdos. No he venido aquí para
debatir el pasado. He venido aquí para enfrentar el futuro. Creo, como algunos
de los anteriores oradores han declarado, que debemos aprender de la historia,
pero no podemos quedar atrapados por ella".
Pura demagogia en su expresión,
no mencionó el bloqueo económico con su alcance extraterritorial al cual somos
sometidos, sus acosos mediáticos, el terrorismo fabricado en su nación contra
nuestro país, los cinco cubanos presos allá por su lucha antiterrorista, la
ilegal base naval de Guantánamo… estaría bueno decirle al “Novel”, eso no es
pasado, mister, es mucho presente,
aprenda tanto de paz como de tiempos verbales.
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