Columnas

Tuesday, July 01, 2014

El valor de lo ético en José Martí





El bien, la libertad, el deber y la justicia dirigieron toda la acción de José Martì hacia lo ético, afiema la colega e investigadora de la obra del Ápostol cubana  Hilda Pupo Salazar
 No podemos encontrar de forma organizada y sistemática una obra teórica con sus ideas filosóficas, un sistema filosófico, porque el propio papel de ideólogo creador le negó el tiempo  para el desarrollo de una teoría como tal, sin embargo su dedicación a la tarea concreta de libertar a Cuba siempre llevó implícito la ponderación de los mejores valores del hombre.
Martì nos enseñó la utilidad de la virtud, la limpieza en el actuar y el inmenso poder que da a un proyecto estar sustentado en la moral. Gran parte de su la obra la dedicó a la educación de los niños y jóvenes, a la formación de los protagonistas del Continente, conscientes de que cree hombres quien quiera pueblos.
Puede encontrarse a través de su copiosa existencia un modelo de conducta a seguir,  porque en él no están divorciados pensamiento y acción, sustentados en la inviolable premisa del mejoramiento humano.
El historiador cubano Pablo Guadarrama, sintetizó el objetivo martiano: “A Martì no se le juzgará nunca por la mayor o menor carga de filosofía que está contenida en su obra, sino por el efecto pràxico- espiritual que desempeñó en su tiempo y ha seguido teniendo en las nuevas generaciones”.
Consideró que su proyecto práctico se basaba en modelar la masa humana de los pueblos de Nuestra América y en especial el cubano,  y por tal motivo se dio a la tarea de profundizar su concepción del hombre para acercarlo lo más posible a su ideal emancipatorio del ser humano.
En varias ocasiones refirió ese anhelo de formación de los hombres, pero es la carta dirigida a su amigo Manuel Mercado, en víspera de la publicación de la revista infantil La Edad de Oro, cuando ilustra con meridiana claridad ese sueño emancipador de querer “llenar nuestras tierras de hombres originales, criados para ser felices en la tierra en que viven, y vivir conforme a ella”.  Es su idea de criar a nuestros niños para hombres de su tiempo y de América.
En una contemporaneidad donde cada vez más tratan de prevalecer los peores rasgos del ser humano: el egoísmo, la mentira, la ambición, el irrespeto, las ideas de Martì merecen  estudiarse, porque ellas son un arma de defensa para la conservación de lo mejor del ser humano y la dignidad de la tierra.

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