Columnas

Friday, December 06, 2013

Jóvenes asesinados por la tiranía batistiana en 1957, historia que narra la joven periodista Zoila Álvarez



 


 Zoila Álvarez Fonseca es una inteligente joven, recién egresada de la Universidad de Holguín , quien con mucho deseo de aprender y contar historias cotidianas,  labora en el periódico ¡ahora.
 Con maestría, para enorgullecer a quienes les tratamos de enseñar, lo poco que sabemos, en las aulas de la Carrera de Periodismo, en Holguín, ellas exhibe esta historia  sobre Manuel Angulo
Rubén Bravo, Atanagildo Cajigal Torres, Ramón Flores Carballosa, Mario Pozo Ochoa y Pedro Rogena Camayd  asesinados por la tiranía batistiana en 1957.
Así título esta conmovedora historia: Charito recuerda sin llanto
Zoila Álvarez Fonseca
Rosario es una niña curiosa e intranquila hasta la médula. Le encanta retozar y sacar de las casillas a su abuelo Antonio. Este señor ya pasa de los 80, pero se conserva muy bien para su edad. Dicen los vecinos que sabe de todo, es como una enciclopedia viva. Charito sabe robarle una sonrisa , cuando él menos se lo espera. En honor al libro más querido por los niños, él la llama nene traviesa.
Hace algunos días, mientras Toño escuchaba la radio holguinera y se mecía en su comadrita preferida, la niña le preguntó: ¿Abuelo por qué se llama Radio Angulo?
- Mi pequeña, no dejas de sorprenderme. Manuel Angulo, entrañable amigo y gran luchador fundó esta emisora en 1936.
Ahora que recuerdo, por estos días debo ir al cementerio, junto a los trabajadores de Radio Angulo, para rendirle tributo.
- ¿Abue y de qué murió?
- No murió de muerte natural. Él al igual que Rubén Bravo, Atanagildo Cajigal Torres, Ramón Flores Carballosa, Mario Pozo Ochoa y Pedro Rogena Camayd fueron asesinados por la tiranía batistiana en 1957. En honor a ellos se erige un monumento de seis columnas, obra del arquitecto holguinero Luis Felipe Rodríguez Columbié.
- Yo quiero conocerlo.
- Pues no se hable más del asunto. Bastón y sombrero en mano, partieron rumbo Carretera Central y Circunvalación norte. Por el camino la niña fue recolectando diferentes flores, hasta tener en sus manos seis.
Llegados al lugar Charito comenzó con la “preguntadera”, como le suele llamar cariñosamente su abuelo.
Antonio comenzó a destilar historia. Viajar al pasado acompañado de su nieta era una grata experiencia. Bien sabe este abuelo holguinero que contar el pasado, significa inmortalizar la valentía de quienes cayeron intentando revolucionar nuestro país.
- En el año 1960 se hace el primer monumento, mas no fue hasta 1983 que el propio Columbié emprende una reconstrucción. Fueron levantadas seis columnas de hormigón de seis metros cada una.
- ¿Y la escultura del centro?
- Es bueno que lo preguntes. Esta obra fue idea del escultor Luis Silva Silva. Él decide darle forma de semilla.
- Ni me digas por qué una semilla. ¿No te interesa saber?
Con la sabiduría que la caracteriza, pese a sus pocos años, Charito responde como una futura abogada.
- Imagino por qué una semilla. Para que un árbol crezca, primero se planta la semilla.  Ellos fueron la semilla, nuestra Revolución es el árbol y nosotros somos los frutos. El abuelo no puede evitar una de sus más típicas carcajadas.
- Charito, Charito eres tremenda, pero tienes toda la razón.
De pronto le suelta la mano al abuelo, se acerca a las seis columnas y buscando el cielo para visualizarlas hasta la punta final, coloca una flor en cada una de ellas.
Vuelve al lugar donde se encuentra Toño. Él disimula la nostalgia que siente al recordar el triste pasaje que le costó la vida a estos jóvenes.
Charito lo mira y mientras le acaricia los escasos cabellos, le dice:
- Abuelo yo sé que es triste, pero recuerda que a los héroes se les recuerda sin llanto.

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