Sí se puede de Fidel 

Rodobaldo Martínez Pérez

rodobaldo@ahora.cip.cu

Cuando ya son 7 años de la partida física del Gigante y cada vez más complejos los problemas del país, con superiores desafíos de la política imperial debemos aprender cada día más de la importancia de la unidad, la conciencia revolucionaria, optimismo,  la fe en la victoria y el Sí se puede que siempre  caracterizan al Comandante en Jefe.

El máximo tributo a su memoria constituye la defensa cotidiana de la Revolución en todos los campos, en homenaje perpetuo a su colosal aporte al pueblo cubano,  la gran obra iniciada en 1959, a la cual dedica  una perpetua consagración en su fructífera vida y logra,  bajo su conducción, una transformación radical, con la realidad  de los sueños de los mejores hijos de la Patria, desde el  10 de octubre de 1868.

Cuba entera es Fidel y. como líder indiscutible, inicia, desde los primeros momentos, el desarrollo de programas económico-sociales para transformar, radicalmente, a campos y ciudades: “Por donde pasa hace Revolución”, repite la voz del pueblo.

La Revolución cubana cumple 65 años, el próximo primero de enero, en un momento crítico, crucial y decisivo para preservar sus enormes conquistas sociales y avanzar en la solución de inmensos desafíos como el económico, para la construcción de un socialismo viable y sustentable.

Los agradecidos en este 25 de noviembre les rinden homenaje de diversas formas: poemas, canciones, dibujos, concursos, actos, conversatorios, flores o recuentos. Como dijo el poeta: “no hay altares sin una luz por ti”.  

 Y toma más fuerza como afirma Raúl y defiende tanto: “Fidel nos enseña el Sí se puede” resistir, sobrevivir y desarrollarnos, sin renunciar a los principios ni a las conquistas del socialismo, su lección es  la capacidad para sobreponernos a las más duras condiciones sin desfallecer la voluntad de vencer”.

A siete años de su partida continúa  aleccionando a todo un país y muchas otras regiones del mundo y, con su Si se puede, e interiorizado por los cubanos, es una página de certeza de que aún, en los más duros momentos, pueden alcanzarse objetivos, a partir del uso de nuestras potencialidades internas.

 Todos los días ese trabajo creador y sin descanso se requieren para vencer el bloqueo y no esperar que lo levanten, como repite, constantemente, Miguel Díaz-Canel, primer secretario del Comité Central, quien afirma: “Cuba es un sentimiento… Y es una fuerza capaz de enfrentar y vencer los peores vendavales…”

Con el Si se puede, entre todos, conquistaremos el mayor grado de justicia social posible y felicidad, con cada vez mayor unidad, equidad y  participación, tanto a nivel individual como colectivo para lograr sostenibilidad y prosperidad, como tradición en la historia de Cuba de superar retos y hacer realidad  imposibles.

 Como siempre enseña Fidel sabemos que podemos y  lograremos los sueños de progreso para toda Cuba, cuando cada día agudiza más la guerra no declarada contra la economía,  la sociedad por la crueldad del bloqueo reforzado para hacer más compleja  la vida cotidiana en todas las esferas.

Para reafirmar su continuidad en la defensa permanente de su impronta necesitamos convertir la excepcionalidad en  cotidiano, con total responsabilidad para cumplir con el deber asignado y poder estar a la altura del actual momento histórico.

Fidel, como simplemente lo llama su pueblo, identifica su nombre  con Cuba, la bandera, el escudo, el himno nacional, porque en nuestra  historia, llena de hombres extraordinarios, ocupa un lugar central por sus aciertos en la conducción de la Revolución, en las mismas narices del prepotente y poderoso  imperio.

Dio lecciones imperecederas en cuanto a prestigio, honestidad,  ejemplo y altruismo,  pero su más abarcador legado es, sin dudas, lograr la Obra del Primero de Enero y garantizar su continuidad.

Por eso el cumplimiento de todo cuanto nos propongamos debe ser la primera premisa para  salvaguardar y perpetuar su eterna continuidad. 

En Fidel encontraremos respuestas para este mundo caótico y para saber obrar con inteligencia, porque el talento no puede faltar en cualquier estrategia que signifique supervivencia, en un escenario internacional de violencias, confrontaciones mediáticas, ideológicas,  subversiones  e injerencias.