Columnas

Wednesday, July 03, 2019

El llamado a ser proactivos


Rodobaldo Martínez Pérez
rodo@enet.cu
Cuando se llama a una actitud proactiva, inteligente y concreta de los dirigentes se  refiere, también, a la resiliencia, es decir, no solo al desafío de actuar con eficiencia  en condiciones difíciles, utilizar el talento y la concreción de lo ansiado, sino a la capacidad de afrontar las adversidades con éxitos y transformar los malestares en fuerza motora para la acción vigorosa.
Es, realmente, lo más necesitado para la Cuba actual, cuando las complejidades son evidentes y, los requerimientos, pasan por los comportamientos particulares, para traducirlos en desarrollo, con personas  comprometidas con su país y dispuestas a sacrificarse para el bien de los demás.

Los desafíos cotidianos son, cada vez, superiores, muy difíciles y no es correcto desconocer la economía, como ciencia, porque sino ella desacredita para el importante ejercicio de desplegar las políticas en aras de fortalecer nuestra ideología.
El  Presidentecubano dijo: “Economistas del pueblo, y hoy para ser economistas del pueblo deben ser economistas políticos; y los políticos deben ser políticos, con un mínimo de conocimientos económicos y si es posible con un máximo de conocimientos en ese campo”
Añadió: “Se realmente sobre la cual se está jugando el destino la humanidad, la base sobre la cual se desarrollan nuestras luchas. Y los políticos que no entiendan, o no quieran entender, o que no se esmeren en conocer la economía, no son dignos de ejercer las funciones que ejerzan como tales políticos”.
Son conceptos definitorios en  momentos determinantes por los que pasamos, con el recrudecimiento del bloqueo yanqui y el acoso a la Revolución impone un gran desafío, porque se trata de avanzar y cuidar la soberanía al mismo tiempo con una actitud proactiva.
No es una palabra para ponerla de moda, ni hacer consignas, sino un sentido para en cada acción a ejecutar  priorizar la eficiencia y velar, constantemente, por la cultura del detalle como prácticas de vida que favorezcan despojarnos de la inercia,  indolencia, trabas,  burocracia,  falta de sensibilidad  y enriquecer la inquietud revolucionarias.
Nos esperan tiempos de lucha, pero también de esperanzas y de conquistas, de victorias, sin  chapucerías, ni demoras en las repuestas y las acciones,  venciendo la inercia de los cansados, parásitos y contagiando de entusiasmo a los comprometidos.

 Cuando decimos comportamientos proactivo y reactivo, nos referimos a actitudes contrarias,  que pueden marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso personal y profesional. El primer es positivo, responde a la responsabilidad de acuerdo a nuestros valores.

Por el contrario, la reactividad conlleva al conformismo ante las situaciones, una reacción que lleva a las personas a seguir las pautas de otros, el contexto o que la sociedad le imponen, sin anticiparse a los problemas, todo lo contrario a lo que necesitamos.

Mientras el espíritu proactivo permite al individuo aprovechar cualquier dificultad y convertirla en una oportunidad, sin esperar que el viento sople a favor, sino que adaptará las velas para sacar partido a la corriente.
En el maniobrar  proactivo  se analizan las alternativas, buscar enfoques diferentes, aportar argumentos convincentes, ser perseverante  y ver los cambios como oportunidades,  lo contrario es asumir nuestra inutilidad, el conformismo, ideas inamovibles, obligatorias y ver las transformaciones como problemas.
El  llamado de hoy es a ser proactivo con más innovación, sacrificio, entrega de uno mismo para, de esta forma,  pensar como país, sin detenernos en la grandeza de los obstáculos.

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