Columnas

Tuesday, November 29, 2016

Lágrimas o festejos




Rodobaldo Martínez Pérez
rodo@enet.cu
Ante el fallecimiento del líder de la Revolución Cubana, muchos lloran, pocos celebran, pero la principal diferencia no es la ideológica, sino la pobreza ético-espiritual de quienes, sin la mínima cordura, convierten la muerte de un ser humano en motivo de festejos.
En eso somos distintos, quienes derramamos lágrimas por el ser querido, desde lo más profundo del corazón y los que se regodean en sus miserias.
 Podemos estar en bandos diferentes, pero nunca festejamos la pérdida de un enemigo, no obstante, de cuanto discrepemos, sencillamente, porque el respeto es un principio irrenunciable. Falta de moral reflejan quienes actúan tan mezquinamente.
A continuación pongo ejemplos del cumplimiento estricto, de una parte, del concepto de Revolución, hecho por Fidel Castro en el año 2000: “es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos…”
 Supimos de la muerte de Pinochet, sin embargo, no hubo fiestas en Cuba a pesar de que se trataba de un hombre al que Chile le debe tanto dolor, crimen y hasta, la desaparición física, de Salvador Allende.
 Mario Terán, antiguo suboficial jubilado,  tristemente famoso por haber asesinado al legendario guerrillero Ernesto Che Guevara, el 9 de octubre de 1967 en la escuelita de La Higuera, en Bolivia, se incluyó entre los pacientes beneficiados con la operación Milagro. El ejecutor del Che fue operado por médicos cubanos y recobró la vista.
En 1984,   la seguridad cubana salvó la vida  al ex presidente norteamericano Ronald Reagan, cuando alertó a los servicios de seguridad de Estados Unidos de la preparación de un atentado al gobernante por extremistas de Carolina del Norte.
Reagan fue uno, de los mandatarios del Norte, con una de política más acérrima contra nuestro país, sin embargo, cuando murió aquí no se festejó, como tampoco se  agasajó la muerte de Jorge Mas Canosa,  activo opositor del régimen castrista. De origen cubano y reconocido, mundialmente, por su fuerte oposición a Fidel Castro y su liderazgo en la Fundación Nacional Cubano Americana.
Igual conducta seguimos con el deceso  de Orlando Bosch el  27 de abril de 2011, aún cuando estuvo  implicado en el atentado terrorista contra el vuelo 455 de Cubana de Aviación, del 6 de octubre de 1976. Por ese abominable crimen desaparecieron 73 personas inocentes.
Los escasos de mente y  fanáticos no pueden entender la dimensión de quien se va físicamente. Fidel seguirá siendo el hombre inmenso, el luchador incansable,  el  hacedor de utopías imposibles y la figura excelsa del siglo XX y XXI, pésele a quien le pese.

Con su mochila de campaña y botas para desandar el tiempo, como Guerrillero Victorioso  del Planeta  y continuará allanándonos los caminos, para evitar confundir riqueza con lodo y “seguirá matando canallas consu cañón de futuro”.

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