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#Cuba y sus derechos muy humanos |
Rodobaldo Martínez Pérez
rodo@enet.cu
En 1959 triunfó en Cuba la Revolución de los
derechos: Salud Pública, Educación, Deporte,
Cultura, Justicia… A partir de
entonces la igualdad entre los hombres sería el rasgo distintivo de la Obra.
Nos condenan de violación de los Derechos Humanos al
tener muy limitado y, tergiversado, el concepto, porque lo hacen desde países
donde sino hay dinero tampoco puedes acceder a los servicios de un hospital, un aula o aspirar, mínimamente, a sentir el
lugar como ser humano.
“Quienes violan los derechos humanos no
deberían ser llamados a juzgar la situación de esos derechos en otros países”,
fueron palabras de un alto funcionario estadounidense un tiempo atrás y eso nos
llama a reflexionar sobre esa arma de ataque a la Revolución.
Mientras que los términos Derechos Humanos tengan
para unos una interpretación acomodada a sus intereses y una aplicación
discriminatoria sucederá esa cínica postura de reclamar decencia siendo tan
inmorales.
Aun cuando en este país para exhibir y demostrar
cuanto hace por el bien de su pueblo, a lo largo en estos más de 50 años, existe una desenfrenada campaña
mediática dirigida a negarlo o tergiversarlo, con un grupito de asalariados del Imperio aquí
adentro prestados a orquestar shows sobre supuestas violaciones.
Cuba trasciende en el área internacional por su
obra, que enaltece los principales derechos: el de los niños, educación, salud,
alimentación y, en estas últimas cinco
décadas trasciende en un excelente referente de cómo defiende la dignidad de su gente.
Y no sólo en el ámbito nacional, con la voluntad
gubernamental de atención integral a toda su población, sino en la nobleza de
pensar en los más desposeídos de otras latitudes y llevarles salud o educación.
Nuestro país tiene misiones internacionalistas en todos los continentes.
Los programas genéticos realizados en naciones
latinoamericanas, con vistas a registrar el número de discapacitados y diseñar
una atención especializada, los médicos internacionalistas, incluidos quienes
fueron a África a combatir el Ebola, muestran su obra de entrega a la
humanidad, como tuvo que reconocer la embajadora estadounidense ante Naciones
Unidas, Samantha Power, al explicar el pasado 26 de octubre su voto de abstención contra el bloqueo a
Cuba en Naciones Unidas.
Ahí está la principal diferencia, Cuba ofrece
médicos y profesores y los “campeones” de derechos humanos, bombas y
destrucción. ¿Qué derechos se defienden: los de la vida o los de la muerte?,
porque el mayor capital que se puede tener es el humano y es donde radica la fuerza de Cuba.
Una nación solo puede asegurar su futuro si atesora hombres y mujeres de
bien.
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