La
información publicada por los organizadores permite conocer que el primer panel del evento
sobre “Cuba y sus desafíos actuales” realizado por Cuba Posible en
la sede neoyorkina de la Open Society Foundation del multimillonario
Gorge Soros estuvo moderado por
el Señor Uwe Optenhogel, director de la Oficina de la Fundación Friedrich
Ebert en Bruselas, quien hizo las preguntas a los panelistas, otorgó la palabra
y también opinó, destacando, y ofreciendo para Cuba, su “experiencia asistiendo
a algunas sociedades en transición” según su propia expresión.
Aunque el Señor
Optenhogel con esas palabras se refería explícitamente a la “asistencia” de su
organización en las transiciones al capitalismo de los países de Europa del
Este -que como
ha documentado la académica británica Emily Morris no se pueden calificar de exitosas y mucho menos
ejemplares para Cuba-, no mencionó el papel de la Fundación Friedrich
Ebert en “algunas sociedades en transición” sobre el que el ex agente de la CIA Philip Agee declaró
en marzo de 1987 en una entrevista a la revista Zona Cero, citada
por Alfredo Grimaldos en la página 150 de su libro de 2006 La CIA en España
y publicado en Cuba en 2007:
“Dentro delPrograma Democracia, elaborado por la Agencia, se cuida con especial atención a las
fundaciones de los partidos políticos alemanes, principalmente a la Friedrich Ebert
Stiftung, del Partido Socialdemócrata, y la Konrad Adenauer
Stiftung, de los democristianos. Estas fundaciones habían sido establecidas por
los partidos alemanes en los años cincuenta y se utilizaron para canalizar el
dinero de la CIA
hacia esas organizaciones, como parte de las operaciones de ‘construcción de la
democracia’, tras la
Segunda Guerra Mundial. Después, en los sesenta, las
fundaciones alemanas empezaron a apoyar a los partidos hermanos y a otras
organizaciones en el exterior y crearon nuevos canales para el dinero de la CIA. Hacia 1980, las
fundaciones alemanas tienen programas en funcionamiento en unos sesenta países
y están gastando cerca de 150 millones de dólares. Operan en un secreto casi
total… Las operaciones de la
Friedrich Ebert Stiftung (Fundación), del SPD, fascina a los
norteamericanos, especialmente sus programas de formación y las subvenciones
que hicieron llegar a los socialdemócratas de Grecia, España y Portugal, poco
antes de que cayeran las dictaduras en esos países e inmediatamente después… En
Portugal, por ejemplo, cuando el régimen de Salazar, que había durado cincuenta
años, fue derrocado en 1974, el Partido Socialista completo apenas habría
bastado para una partida de póker y se localizaba en París, sin seguidores en
Portugal. Pero con más de 10 millones de dólares de la Ebert Stiftung, y
algunas otras remesas de la CIA,
el Partido Socialista Portugués creció rápidamente y en poco tiempo se
convirtió en el partido gobernante.”
En la página 152 de su
libro Alfredo Grimaldos cita a Justo de la Cueva, miembro de la comisión mixta de
reunificación del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en Madrid y
proveniente del sector histórico del PSOE, que “deja desalentado la militancia”
en 1979 declarando a la revista Tricolor:
“el PSOE va donde
diga la CIA a
través de Willy Brandt. Hasta en el propio Bundestag alemán se acaba de
denunciar que la
Fundación Friedrich Ebert del SPD recibe dinero directamente
de la CIA”
Un artículo de Agee
publicado en el número de verano-otoño de 2003 de Socialism and Democracy
titulado “Terrorism and Civil Society as Instruments of U.S. Policy in Cuba”, y
traducido por el sitio La
Haine dice:
“Los éxitos de los
movimientos revolucionarios de Etiopía, Angola, Namibia, Zimbabue, Grenada,
Nicaragua y otros países reunieron a veteranos de la guerra fría del Partido
Demócrata y a “internacionalistas” del Partido Republicano en la creación, en
1979, de la
American Political Foundation (APF). La fundación tenía por
función estudiar la viabilidad de establecer una fundación legal financiada por
el gobierno para subvencionar las operaciones en las sociedades civiles de
otros países por intermedio de organizaciones no gubernamentales
estadounidenses.
“En el seno de la APF se crearon cuatro grupos
especializados –task forces— para llevar a cabo el estudio: uno de los
demócratas, uno de los republicanos, uno de la Cámara de Comercio de EE UU
y uno de la gran confederación sindical estadounidense AFL-CIO. El trabajo conjunto
recibió el nombre de Democacy Program. Estos grupos consultaron una amplia
serie de organizaciones nacionales y extranjeras, y las que más les llamaron la
atención fueron las fundaciones de los principales partidos políticos de
Alemania Occidental, financiadas con fondos públicos: la Fundación Friedrich
Ebert, del Partido Socialdemócrata (SPD); y la Fundación Konrad
Adenauer, del Partido Cristianodemócrata (CDU/CSU). Cuando se crearon estas
fundaciones, en la década de 1950, su tarea consistía en construir una (…)
sociedad civil basada en el modelo parlamentario occidental, a la vez que
utilizar su fuerza para reprimir los movimientos políticos comunista y otros de
izquierda.
“Desde muy pronto, la CIA canalizó fondos a través
de estas fundaciones para las organizaciones y grupos no gubernamentales de
Alemania. Luego, a partir de 1960 estas fundaciones comenzaron a apoyar a los
partidos políticos y otras organizaciones afines de otros países, a la vez que
canalizaban dinero de la CIA
con este fin. En la década de 1980, estas dos organizaciones tenían programas
en funcionamiento en cerca de 60 países y gastaban alrededor de 150 millones de
dólares al año. Y lo que es más interesante, operaban en un secretismo casi
total.
“Una de las
operaciones desarrolladas por la Fundación Friedrich Ebert demuestra el alto grado
de efectividad que pueden alcanzar.
En 1974, después de 50 años en el poder, el régimen fascista de Portugal (país
miembro de la OTAN)
fue derrocado, y un puñado de oficiales militares comunistas y de izquierda se
hicieron cargo del gobierno. En ese momento, el número de socialdemócratas
portugueses, encuadrados en el Partido Socialista, a duras penas daba para
formar un equipo de fútbol, y vivían todos en París sin ningún tipo de
seguidores en Portugal. Gracias a no menos de diez millones de dólares
provenientes de la
Fundación Friedrich Ebert, además de otros fondos de la CIA, los socialdemócratas
regresaron a Portugal, crearon un partido de la noche a la mañana, lo hicieron
crecer como los hongos y en pocos años el Partido Socialista fue el partido
gobernante en Portugal. La izquierda, en plena confusión, se vio relegada a un
segundo plano.”
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