#Holguín Portada de la Revista Serranía, de la casa editora ¡ahora! |
Rodobaldo Martínez Pérez
Hay fechas impregnadas para siempre en la historia
de un centro, y esa fue el dos de diciembre de 1995 para ¡ ahora! En ese histórico día para Cuba, por haberle marcado el nacimiento de sus
Fuerzas Armadas en 1961, surgió
Serranía, la revista para la montaña holguinera.
Desde aquel momento, nuestro Semanario contó con una
nueva publicación para el Plan Turquino, esta vez sumada a su matriz central,
con el mérito mayor de ver la luz en los complejos momentos del país, sometido a las cruentas escaseces del Período
Especial.
Por las circunstancias del alumbramiento, Serranía
fue símbolo de resistencia desde su creación, una digna respuesta de sumar,
precisamente, en un crítico momento en
que el país restaba.
¡ahora! ya había trastocado su salida diaria por una
semanal, su número de páginas decreció y en medio de las limitaciones de
imprenta, la existencia de Serranía fue como una respuesta a no dejarnos
derrotar por las limitantes.
El Departamento Ideológico del Comité Central había orientado
esa opción de información, conocimiento
y cultura de las regiones de geografía especial, que en esta provincia
abarca los municipios Cueto, Mayarí, Sagua de Tánamo, Frank País y Moa y aunque varios periódicos cubanos decidieron
aumentar su número de ejemplares, ¡ahora! se decidió por una revista.
Ese fue el antecedente de Serranía, aquella acertada
determinación que nos permitió contar con páginas dedicadas a destacar,
específicamente, la vida de los montañeses.
En estos 19
años de intenso bregar han sido muchas las satisfacciones del equipo de
realización, para que no quedaran en el anonimato las hermosas anécdotas de un sacrificado agricultor, una
ama de casa, un médico, un maestro, un estudiante, un niño, un joven, o toda la heroicidad guardada en
esos agrestes parajes.
Conocimos de cerca la inigualable vivencia de vivir
en las lomas, la sana costumbre de levantarse al primer cantío de los gallos,
para sorprender a los surcos en la madrugada; las hiervas dobladas por el
rocío, el buchito de café mañanero, singulares paisajes de tierras rojas, ríos
de abundantes aguas, palmeras de copiosas cabelleras y angostos caminos de
continuo ascenso.
Pero, lo más llamativo son los saludos afectuosos de los hombres y mujeres,
protagonistas de una especial cotidianidad lejos de pueblos y ciudades.
La oportunidad de escribir para Serranía está
acompañada de la alegría de compartir con habitantes excepcionales, llenos de
anhelos, muchos esfuerzos y el sacrificio de enfrentar las rudezas de abruptos
lugares a fuerza de voluntades.
En un nuevo aniversario, en el que los primeros
homenajeados son los montañeses, merecen destacarse quienes cumplieron o
cumplen la honrosa responsabilidad de darle forma al contenido encontrado en el
lomerío, porque hombres y mujeres del
campo junto a periodistas, fotógrafos, choferes y directivos comparten esta
linda historia de familia.
Muchos espacios se han dedicado a resaltar valores, desde aquella
primigenia ocasión en que Agustín Garcell condujo la fabulosa nave editorial,
seguido de María Julia Guerra entre los años… y continuado por Eglis Ricardo
Girbau hasta la actualidad.
Formar el equipo que iba a visitar la montaña
equivalía a recorridos de kilómetros por
carreteras y caminos, sentir el frio de
las madrugadas golpeándote el rostro a través de una ventanilla indiscreta y
las ocurrencias o chistes de los compañeros de trabajo tratándole de robar el tedio al viaje.
La revista fue cambiando sus textos con el paso de
los años. Mediante miles de cartas adecuó su perfil a las tantas peticiones hasta amoldarse más a los gustos
de quienes va dirigida. Serranía se hizo más serrana.
En su historia sobresale el Segundo Festival Nacional de la Prensa Escrita, cuando recibió
el premio de la Mejor Revista de Cuba, un hecho que enaltece su currículo.
En este recorrido de casi dos décadas, posición
destacada tienen los compañeros del Poligráfico, los cuales con su colaboración
le alimentan la vida. Están las aventuras botelleras de reporteros no detenidos
por la falta de transporte, la inquietud de su directora para evitar atrasos y
la preocupación de los diseñadores por ofrecer un formato cada vez más
atractivo.
Montañeses reciban todo nuestro amor y en este
diciembre, muchas felicidades.
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