Rodobaldo Martínez Pérez
Lo positivo del buen hacer es la correspondencia
lograda entre el mucho esfuerzo y los resultados. No esperen obras bien hechas con empeños a medias.
Por eso, una de las cuestiones de la importancia de
insistir tanto en la calidad es por la satisfacción de ofrecer frutos óptimos,
en la medida de adecuadas entregas, porque suena a inútil desplegar energías al
máximo, con elevados gastos y obtener churros.
Además de alimentar la insatisfacción de quienes
reciben esos trabajos mediocres, botan recursos
– materiales y humanos- mueren ilusiones
y fomentan el desprestigio de todos los
responsables.
La lucha por la eficacia es más definitoria dentro
del mundo de la competencia. El precio de lo obtenido debe avenirse a su valor
cualitativo, de lo contrario no adquirirlo, aparte de saber elegir al vendedor
más adecuado, desde los mejores valores agregados como la honestidad, seriedad
y profesionalidad.
El cómo de los ofrecimientos caracteriza al
ofertante. Hay quienes solo de oír mencionar el nombre dicen: “Ahí ni te metas,
porque recibirás basura”·Cada vez más aumenta el interés por servicios o
productos con mejores hechuras.
Y en la economía el costo de la imperfección es
alto. Dinero y tiempo fenecen por gestiones
inacabadas, porque detrás de esos actos impropios crecen los
incumplimientos e improvisaciones.
¿Por qué no se ejecutan al cien por ciento muchos
planes de inversiones? Sencillamente,
porque falla la organización, no hay suficiente exigencia con los constructores
en materia de cronogramas y casi total ausencia de reclamaciones ante las no
terminaciones. Esas son labores mal planificadas desde un inicio.
En un reciente análisis revela que la producción
mercantil de la provincia tuvo sobrecumplimientos, aunque varios ministerios y
empresas no llegaron a la meta. En sentido general la marcha es satisfactoria,
sin embargo, en el orden particular hay
inejecuciones por errores en la
proyección, control, disciplina o productividad y eso se traduce en no hacer
las cosas bien desde un principio, por no haber incorporado la calidad como
cultura laboral y estar acostumbrados a informalidades.
En
la vida cotidiana pululan los ejemplos de las pérdidas ocasionadas por
productos defectuosos o malos servicios en los cuales incluyen prestaciones ineficientes. ¿Cuántas veces ocurren demoras en una solicitud realizada o recibir un trato
descortés, en un comercio, farmacia,
cafetería, en un ómnibus, restaurante. Con seguridad no volvemos o se llega
prejuiciado, dónde te golpean con esas
malas actitudes.
Esa es una
de las consecuencias desfavorable de obrar con dificultades siempre: adquirir
el sello de lo inservible, porque el lugar de las acciones defectuosas, los
mismos usuarios la trasmiten a otros en forma de alerta. “No vayas a ese sitio,
sino quieres amargarte”·
Muy ligado
al comportamiento individual ante el trabajo están los valores de cada quien.
Nadie responsable, disciplinado, ético y consagrado comete errores que los ponen en tela de juicio en
contra de su prestigio..
Por el significado de una buena labor colectiva, los integrantes de
colectivos, desde su sentido de
pertenencia, realizarán con la mejor
excelencia lo suyo; el ambiente contribuirá a favor de las culturas
organizacional y comunicacional y
reinará la exigencia con el respeto a la profesionalidad.
Pero mientras
existan las malas actuaciones generadoras de problemas en los diferentes
ámbitos, holguineras y holguineros no podrán distinguirse positivamente, ni
aspirar a solucionar los contenes del camino, para hacernos la vida mejor.
Las labores
conscientes y sistemáticas en aras de
las acciones bien hechas chocan con las imperfecciones, como esos fósforos
incapaces de prenderse, ese pan pésimamente elaborado, las asperezas en la
oficina de atención al público, los malos ambientes en el centro de trabajo, la
burocracia culpable de ir a solucionar un problema tres o cuatro veces o
aguantar las malas formas de un jefe, compañero de trabajo, vecino o hasta de
un propio familiar.
Sigo defendiendo la frase: La recompensa del trabajo
bien hecho es la oportunidad de hacer más trabajo bien hecho, porque sino
incorporamos esa verdad a nuestros quehaceres en vez de línea ascendente
actuamos en círculo vicioso.
No comments:
Post a Comment