Columnas

Monday, March 17, 2014

Doctor en Ciencias (Dr Cs) Rafael Manuel Trinchet Soler.





Razones sobran para la satisfacción y la alegría. El viernes último, en la capital cubana, el galeno, del pediátrico Octavio de la Concepción y representante de la Universidad Médica holguinera, defendió con éxito un segundo doctorado, para convertirse en el tercero que en la provincia ostenta hoy el más alto escaño científico, dice el colega del semanario ¡ahora!  Alexis Rojas Aguilera.
Antes, en relativamente poco tiempo, lo habían logrado otro infatigable y consagrado médico, Luís Velázquez Pérez, director fundador del Centro de Investigaciones y Rehabilitación de las Ataxias Hereditarias y autoridad mundial en la materia y el excepcional matemático de la Universidad Oscar Lucero Moya, Ricardo Abreu Blaya, quien incursiona en la Transformada de Clifford Cauchy y otros temas.
Un poco más lejos, preciso es rendir homenaje a quien fuera el primer DCs en prestigiar esta tierra, el ilustre arqueólogo camagüeyano José Manuel Guarch Delmonte, quien impulsó como nadie el estudio de las más profundas raíces holguineras.
Este nuevo éxito del director científico del Centro Regional de Cirugía Neonatal de la Provincias Orientales, radicado en Holguín, generó un nuevo diálogo que permitió visualizar varias aristas de una apasionante labor.
Rotundo y como para marcar el curso de la conversación precisó que "la creación científica es una tarea de colectivos humanos, no solo de individuos, en lo que el nivel de integración, comunicación y funcionabilidad resulta esencial a la eficiencia."
También que identificar y comunicar las regularidades para diferenciar lo fundamental y los epifenómenos, socializar las ideas y los saldos, así como la difusión del método científico deviene fundamental. "El logro de mis doctorados en Ciencias Médicas y en Ciencias en General, es consecuencia dela aplicación de esta filosofía".
La amena conversación entre amigos cuasi de la infancia, trascurre en su casa de la calle Cables esquina a Avenida de los Libertadores, como muchas otras veces.
Entonces Rafael, tras meditar sobre una idea que le ronda con frecuencia, puntualizó que la medicina en la Isla, sustentada por la ciencia, resulta uno de los principales logros del proyecto Socialista cubano y es hoy su principal fuente económica.
Sonríe. Y penetra en su mundo más cercano, el de la Cirugía Neonatal. Comienza por las bases. "El análisis de la historia de la especialidad desde su surgimiento hasta los tiempos actuales, pasa por la labor de los pioneros y en ella intervienen tres ingredientes principales, la cirugía general, la propia neonatología y la anestesiología, en el mundo, en Cuba y la provincia.
Trinchet apuntó que la cirugía pediátrica es una subespecialidad de la cirugía, dedicada al diagnóstico, cuidado preoperatorio, operación y manejo postoperatorio de los problemas que presenta el feto, el lactante, el escolar y el adolescente.
Extiende su mirada por la historia. Tuvo su inicio en América el 16 de diciembre de 1917, cuando ocurrió la explosión No nuclear más grande de la humanidad en el puerto de Halifax, Estados Unidos, la cual arrasó esa ciudad. Fueron muchos los niños afectados. Entonces el cirujano William Laad, se dedicó a partir de ese momento a la atención exclusiva de infantes y con ello nació la especialidad.
Razonó en consonancia, que una característica de la raza humana hace que en lugar de rechazar a los más débiles y enfermos, como ocurre en la selección natural, la solidaridad y la compasión lleven a buscar la curación y el rescate de aquellos que no tendrían otro destino que la muerte.
En Cuba, fue el doctor Guillermo Hernández Amador, el padre de la cirugía neonatológica, mientras en la provincia los antecedentes se remontan a 1973, cuando los hoy doctores en ciencias médicas Rafael Vázquez Fernández yPura Avilés Cruz lograron la exitosa separación de las siamesas tuneras Mayelín y Maylín, un genuino hito de la cirugía cubana.
Entonces en ruta su pensamiento hacia lo acertado de la Regionalización de la Cirugía Neonatal, adoptada hace pocos años, que es una forma superior de atención médica. Los resultados científicos logrados por el Centro que funciona en Holguín, permite caracterizar a los neonatos quirúrgicos, clasificarlos adecuadamente y lograr indicadores hospitalarios para la toma de decisiones y evaluación de los hechos.
Entre ellos, subrayó orgulloso, una supervivencia superior al 95 por ciento en 2013, mientras en cinco años de trabajo, se exhibe un registro del 92 por ciento en los neonatos con afecciones graves provenientes de las provincias de Santiago de Cuba, Guantánamo, Granma, Las Tunas y el propio Holguín.
Estas cifras, afirmó, no dan espacio para dudar de la efectividad de la Regionalización, asentada en la producción científica de los especialistas vinculados, la que se expresa en publicaciones de alto impacto, proyectos ramales y tesis doctorales, principalmente.
Es preciso mantener estos resultados y desarrollarlos de cara al futuro.
La estrategia de "la economía del conocimiento", indicó, funciona como la palanca para el desarrollo y la identificación de la gente interesada, calificada, motivada y comprometida con este empeño.
Trinchet Soler, mirando en perspectiva, convocó a sociólogos, economistas, filósofos y otros especialistas afines de la provincia, para que estudien variantes con el objetivo de mantener la motivación por el trabajo presente en su equipo, un elemento fundamental para la productividad y la efectividad en los servicios.
Sabe bien lo que dice, cuando la mortalidad infantil holguinera está por debajo de 5 por 1000 nacidos vivos, escenario donde la cirugía de las malformaciones congénitas se convierte en un elemento vital para continuar sostenidamente su descenso.
Por ello añadió, se requieren de nuevas estrategias a partir de la repercusión que tiene la cirugía neonatal en el crecimiento poblacional y de nuevos análisis para el asesoramiento genético en la provincia.
Precisó que la cirugía neonatal es una disciplina que requiere hoy de máxima prioridad, a partir del conocimiento científico existente y de una cultura acendrada, por lo que funciona como una fuente real de prosperidad económica y social para el territorio y el país.
Se trata de un logro indiscutible de la Revolución y del sistema de Salud por ella creado. Hoy asombra que esté reconocida a nivel mundial por su eficacia.
QUERIDO HOLGUIN, ¡CUANTO AVANZASTE!
En la provincia de Holguín, antes del hospital Vladímir Ilich Lenin, no existía prácticamente la cirugía pediátrica y, menos la neonatológica especializada.
Apenas había una pequeña clínica que brindaba atención pediátrica a la población infantil, asunto no resuelto hasta la creación del pediátrico Octavio de la Concepción que hoy tiene suficientes camas de ingreso y salas de terapia Intensiva, Intermedia y Neonatológica.
Tras la apertura del Lenin, surgió la primera sala de cirugía pediátrica y neonatológica, asumida por varios cirujanos generales. Años después, se inició la docencia, pero aún no era un servicio completo. En 1976 cambia el concepto y se constituye en servicio, que funcionó allí hasta 1986, cuando se trasladó para el pediátrico provincial. En lo adelante y hasta hoy, son muchos los logros conseguidos en este campo intervencionista.
Botón de muestra, entre cientos o miles, de la destreza y pericia alcanzada
por el servicio de cirugía pediátrica holguinera, fue el tratamiento intraparto de un defecto de la pared abdominal en una bebé santiaguera, realizado por un equipo multidisciplinario que atendió también a la madre en el hospital Lenin.
Lograrlo exigió de una exhaustiva preparación y cronométrica precisión.
Es también la gran obra del Doctor en Ciencias (Dr Cs) Rafael Trinchet Soler.

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