Joel Suárez Rodés es coordinador general del Centro Memorial Dr. Martin Luther King Jr., fundado en 1987, "al que llegué en noviembre de 1992, cuando tomé vacaciones en la Unión Eléctrica donde trabajaba y me puse a ayudar en los preparativos de lo que fue la primera Caravana de la Amistad Estados Unidos-Cuba, coordinada por Pastores por la Paz".
Este inquieto cubano entregado a la fe religiosa e hijo de los pastores bautistas, Reverendo Raúl Suárez (director del Centro Memorial) y la fallecida pastora Clara Rodés (una de las tres primeras mujeres bautistas ordenada al pastorado en Cuba), confiesa que esa vocación se sustenta en un amplio proceso de formación, parte importante de la cual la obtuvo en su iglesia local y en el movimiento ecuménico.
Tuve la feliz oportunidad de intercambiar algunas palabras con el consagrado cristiano -que cree de manera muy convencida en el mejoramiento humano, en correspondencia con sus ideas socialistas – durante un breve receso en el Primer Encuentro Nacional de la Red ecuménica Fe por Cuba que por estos días tiene lugar en Holguín.
Estamos tratando de lograr una visión, lo más integral posible, sobre la situación que vive el mundo, la que vivimos en Cuba y la situación de las iglesias cubanas, sin pretender que sea homogénea, pero nuestra idea es salir de aquí con una caracterización lo más objetiva y exacta posible para ver dónde y cómo podemos colocar nuestras contribuciones.
Aprecio mucha objetividad en el enfoque crítico de los análisis que hacen los participantes en este encuentro.
Hay que partir del hecho de que las iglesias evangélicas cubanas tienen una herencia nacionalista, independentista y patriótica muy fuerte, pues fueron fundadas a finales del siglo XIX por cubanos patriotas, algunos incluso emigrados en Estados Unidos que apoyaron a José Martí y al Partido Revolucionario Cubano (PRC) para y durante la gesta de 1895.
Tenemos y queremos una iglesia con corazón de pueblo, una iglesia que le enseña a nuestro pueblo el mejor rostro de la fe cristiana, con la visión de Jesús de Nazaret, quien fue un luchador por la justicia. Por tanto, a esa iglesia nuestra no le puede faltar la preocupación por nuestro país, por nuestra casa que es Cuba.
Ustedes no practican el hipercriticismo, los individualismos y arrogancias de quienes creen saberlo y merecerlo todo.
Así somos los cubanos. La humildad y la sencillez no son valores privativos del cristiano, del religioso, del creyente. Creo que es un valor que ha recibido los embates de la crisis, de los cambios, del salvase quien pueda. Como decía Lesama Lima: desde la pobreza irradiante de la levita de Martí y los espejuelos de Varela...Es que hay una tradición ética que nos enaltece.
El cubano es el ser humano que está dispuesto siempre al compañerismo, a poner un plato más en la mesa, a abrirte la puerta de su casa, a solidarizarse con las causas justas, y en el caso que nos ocupa, a apoyar los nuevos programas de la Revolución que repercutirán en beneficio del pueblo.
En estos tiempos de cambios resulta vital la labor y unidad de todos los cubanos.
Sí, porque hay muchas medidas económicas que redundarán en beneficio de todos, pero hay que cuidarse de otros fenómenos como el interés desmedido e individualista del dinero, olvidarse del vecino necesitado, de dañar el medio ambiente. De ahí que hay que trabajar unidos y consagrados. No podemos estar ajenos a esas reformas y cambios que se gestan y tenemos el deber de encontrar las maneras de contribuir con ellas.
El cooperativismo, por ejemplo, es una forma socialista de trabajo, y para mí, muy cristiana. Nos da la oportunidad de sumarnos y evitar que se distorsione una idea tan necesaria y objetiva. Por supuesto, eso lleva un proceso de capacitación, de control y asesoramiento, porque es una modalidad de gestión que debe ofrecer buenos resultados, pero hay que hacerlo bajo los principios de cooperación, solidaridad y de que se compartan las decisiones.
Lo que tiene lugar en Cuba es la rectificación de errores cometidos en este largo camino y la actualización de un sistema de gestión económica.
Actualización o cambios, que ojala nos traigan la necesaria materialidad de la felicidad y que la prosperidad que alcancemos los cubanos sea entre los límites de la humildad; que cuando progresemos mediante el trabajo por cuenta propia y podamos darnos el lujo de pasar un fin de semana en la playa Guardalavaca, no nos olvidemos de la maestra que educa a nuestros hijos, del médico que nos atiende con amor y desinteresadamente en una consulta, del trabajador que se encarga de limpiar nuestras calles, el constructor...
Todos tenemos una responsabilidad social con el pueblo, con la comunidad y con el medio ambiente. En nuestro caso específico, los ecuménicos, quienes modestamente nos denominamos cristianos revolucionarios, nos empeñamos en participar activamente en la vida social del país.
Fe por Cuba celebra su primer aniversario aquí en Holguín ¿Qué otras aristas abarca el Centro Memorial Dr. Martin Luther King Jr?
Esta Red es la parte de nuestro trabajo que tiene que ver con la formación de actores y activistas de las iglesias en Cuba – y el Centro tiene también un trabajo con las personas interesadas en temas del trabajo social, socio cultural, comunitario, el desarrollo local en los municipios y vamos a incursionar ahora en el surgimiento y desarrollo de las cooperativas no agropecuarias. Todo esto lo hacemos a partir de la formación y la comunicación.
Asimismo, tenemos una Red de educadores populares, cuya pedagogía nos llega de Pablo Fred, un brasileño que ha contribuido a apropiar en la gente los valores, los sentidos, el conocimiento de prácticas que sean liberadoras, emancipadoras...Entonces, el Centro tiene un trabajo fuerte de formación socio etiológica y pastoral en el campo de las iglesias. Los egresados de esa formación están organizados y articulados en la red ecuménica Fe por Cuba y los egresados de la Red de educadores populares. Ambas redes tienen presencia en este Encuentro de Holguín y dan cuenta de su notable trabajo social.
¿En el ámbito internacional?
Realizamos un importante trabajo de solidaridad internacional que ha sido reconocido durante años, conjuntamente con el Icap (Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos), las caravanas de Pastores por la Paz, y un trabajo muy fuerte en la articulación del trabo social en la región en torno al proyecto del Alba, así como ocupamos espacios en el Foro Social Mundial. Todo eso, acompañado de un trabajo de comunicación en revistas y otras publicaciones.
¿El grupo musical Moncada tiene una canción que expresa: "Si nos damos las manos, todo se puede hacer".
Es una realidad palpable. Si cada uno hace lo que le toca y lo hace bien, es una manera de sumar a favor de la nobleza y la justeza de nuestra causa nacional. Cuando nos unimos en un camino común, el futuro tiene que ser mejor.
Mira, en estos momentos nuestra trinchera es la Red ecuménica y la Red de educadores populares. La de ustedes es hacer el periodismo que acordaron en su Congreso; los artistas desde su arte...
Desde todas nuestras subjetividades, espiritualidades y los lugares donde trabajamos, hemos de combinar el interés de uno como persona para ir adelante, pero no olvidar jamás que esa prosperidad, esa felicidad, pasan por un proyecto colectivo esencial. Un proyecto que yo quiero, desde el fondo de mi corazón, que se siga llamando socialismo, que significa tener como centro la justicia social y el respeto a la naturaleza. Ese es el ecumenismo que profesamos: sinónimo de fe, compromiso y entrega.
No comments:
Post a Comment