Rodobaldo Martínez Pérez
rodo@enet.cu
Holguín necesita aprender a
no regalar ni lo más mínimo en el juego de peloto, de lo contrario correrá
igual suerte que el fatídico juego de este martes, cuando pudo ganarlo muchas
veces y al final la Isla logró la
victoria, 3-2, en el primer choque entre ambos en la presente Serie Nacional de
Béisbol.
Para muchos de los miles de aficionados en un Calixto García
totalmente repleto el árbitro Juan José Cuevas
le dio el triunfo a Los Piratas cuando el cerrador por excelencia de los
Cachorros, Pablo Millán Fernández, con
las bases llenas, a la altura del inning once pio el polémico boleto que enmudeció
a sus enardecidos seguidores.
En el aciago episodio pegó doble Ronny Proenza y tras bolear a Michel Enríquez, llevó
a primera a Luis Felipe Rivera, al recibir boleto y
quedó todo listo para la discutida transferencia a Luis Castro.
Independientemente
del arbitraje de Cuevas, para muchos desacertado los holguineros regalaron el juego con malos
corridos de las bases y lo de Laindel
Leyva al entrar de pies en home, en el
cierre del octavo, tras una línea bien de Yunior Paumier ante el supersónico Héctor Mendoza, ganador
del choque. Así no se gana a la pelota, incluso ni al flojo.
Por eso la Isla anotó
3 con solo siete indiscutibles y Holguín, con nueve. Y como posibilidades para más solo hizo 2, y dejó solo en la cima a los Azules
de la Capital, con 8-3, en el segundo
puesto Villa Clara y Matanzas, con 8-4.
Y con 8-5 se sitúan ahora Pinar del Río,
Mayabeque, Santiago y los Cachorros.
Hay que destacar la pasión y
fidelidad del público holguinero que
permaneció en su Calixto García hasta el último out. Muchos de esos aficionados
y otros por las calles extrañan la conga, testigo de los juegos de
pelotas en Cuba, con el cierre de la trocha, en Santiago de Cuba, cuando el
cobrero Manuel Alarcón la mando a cerrar, seguro que el equipo de Oriente
derrotaría a Industriales.
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