Columnas

Saturday, October 19, 2013

Gorgojos del maní llegan a Holguín



 

La noticia no es que desde la lejana Europa llegó a la provincia el Palembus dermestoides o conocido como gorgojo del maní, sino la creciente cifra de holguineros consumidores del “bichito negro” con la esperanza de curar sus males. Cuando Tania se refirió a él, enseñó una vasija de boca ancha, tapada con gasa más un pedacito de pan “cundío” de esos insectos negros a manera de criadero, imagen provocadora de un rictus en el rostro mezcla de asco y repulsión. Su información “ya aquí media cuadra los tiene”, fue la motivación para acopiar más datos sobre los “prometedores” animalitos que tantas expectativas han despertado y habitan en muchos hogares nuestros. Ese gorgojo lo transportaron desde China a América para utilizarlo en campañas relacionadas al tratamiento de pacientes con problemas asmáticos y tumorales. Fue descubierto en 1891. Se denomina “Coleoterapia” o “Gorgojo terapia” a este método creado por el argentino Dieminger Ruben, quien lo hizo por un gesto solidario y el objetivo es instar una investigación científica al respecto. Especialistas entrevistados en varios trabajos sobre el tema aseguraron: “los estados de desarrollo del insecto son huevo, larva, pupa hasta adulto, y viven de 160 a 600 días”, tienen un tamaño aproximado de 5 mm, activos, móviles y de gran capacidad de dispersión, sería muy interesante estudiarlos porque tienen la particularidad de aumentar las defensas y aclaran: “No hay que dejar la medicina tradicional sino acompañarla”. Según estudiosos puede ser de utilidad contra enfermedades como: cáncer, artritis, diabetes, parkinson, psoriasis, cicatrización, la osteoporosis, el SIDA e incluso el asma. Su consumo actúa en el organismo reactivando el sistema inmunológico. El tratamiento dura 140 días, para lo cual se necesitan 4 mil 969 gorgojos.
La ingesta se hace de forma creciente, es decir desde un insecto el primer día hasta llegar a los 70, punto desde el cual se invierte y disminuye hasta llegar al uno. Las causas explicadas del por qué se comen vivos, es porque al llegar al estómago los gorgojos mueren y liberan proteínas, aminoácidos y una sustancia desconocida denominada coleotoxina, esta presentada en su organismo se libera en contacto con las enzimas del estómago de la persona. Pueden ponerse en la heladera del refrigerador para bajar su metabolismo. Así no se mueven y por ejemplo lo podemos incorporar al yogur o colocarlos en cápsulas vacías, para evitar el contacto directo. En cuanto al consumo recomiendan tragarlos, no masticarlos, porque provoca ardor en la lengua, y un cierto efecto anestésico en la cavidad bucal y se exhorta hacerlo antes del almuerzo o cena, para disminuir cualquier efecto gástrico que pudiese ocasionar, porque las personas con gastritis pueden padecer efectos negativos, alerta a quienes tienen estómagos sensibles. Entre los consejos incluyen la ingestión de un vaso de leche, por su pH alcalino. El particular insecto se alimenta de granos de maní, mazorcas de maíz, arroz, sorgo y soja, y materiales con base de harinas. Recomendación Sucede igual con este “bichito” a quienes ingieren fármacos sin asesoramiento médico. Es muy importante conocer que la constante afirmación de la falta de avales científicos en dicha terapia exige consultarlo con un galeno, porque lo beneficioso para algunas cosas, puede ser perjudicial para otras. El propio inventor del método dijo: " no tengo ninguna formación en salud para avalar la investigación científica de los gorgojos". Según Dieminger, su objetivo es propiciar su investigación por los aportes curativos -si es que los tuvieran- de los tenebriónidos, los cuales, afirma, aumentarían el nivel de defensas del sistema inmunológico. Para esto, organizó con su familia y "pocos amigos" la Fundación Avanzar, en Oberá. Con ella respalda la Cadena del Gorgojo, que fomenta el consumo de estos bichitos a través de una red de distribución gratuita formada por 380 familias que los crían en sus hogares. Para todos ellos, los tenebriónidos son "un antibiótico antitumoral y un antineoplásico natural". Se insiste en que apoya, no sustituye la medicina tradicional, por tanto es complementaria. Ahora es una terapia, porque solo puede ser considerada tratamiento cuando es administrada y supervisada por un médico. Como en todos los casos de este tipo, hay testimonios de lo positivo de su consumo, incluso de pacientes en grado terminal en sus enfermedades, pero otros alegan no tener ningún efecto favorable a pesar de llevar tiempo. A parte del resultado obtenido, lo importante es que cuando llegue a una casa y le pregunten ¿usted toma el gorgojo de maní?, sea afirmativo o negativo sepan sobre el tema de la conversación.
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