Columnas

Thursday, October 10, 2013

Céspedes, 145 años del alzamiento del 10 de octubre. Holguín bicentenario de Verdi. Médicos cubanos en Brasil



 


El alzamiento protagonizado por Carlos Manuel de Céspedes el diez de octubre de 1968, hace 145 años, fue algo más que el inicio de nuestras guerras de independencia, fue un grito de cubanía en busca de la identidad nacional.
Céspedes  fue el encargado de  llevar a vías de  hecho, la materialización  de un pensamiento de carácter identitario, que desde inicios de siglo  habían iniciado otros por vías reformistas. En La Demajagua se inició la batalla por fundar una nación, un estado  en los albores de  la era moderna.

Es cierto que la principal misión de la causa era librarnos  por la vía armada, al ver fracasado ya los otros caminos, del yugo que nos ataba a España y eliminar con ello las crueldades de la esclavitud,  pero la batalla no fue solo en el  campo  insurrecto, se dio en el orden jurídico y cultural.

Para ese entonces ya se podía hablar de una cultura  cubana no solo vista  como manifestación del arte, si no de una cultura de pensamiento, pero no de una identidad nacional, al no existir la nación.

Céspedes lo previo todo. Un himno glorioso, una bandera y un gobierno en armas. Aquel himno cantado el 20 de octubre en la toma de Bayamo, se convertiría en nuestro himno nacional. El gobierno constituido en Guiamaro  sería  el inspirador del gobierno con todos y para el bien de todos que diseñaría luego Martí.

La guerra del 68 fracasó, pero sus experiencias  sirvieron de acicate  en las siguientes contiendas libradas hasta  lograr nuestra definitiva independencia, pues como dijera nuestro máximo líder  Fidel Castro, en Cuba ha habido una sola Revolución,  la que inicio Carlos Manuel de Céspedes y la que continúa  hoy nuestro heroico pueblo.

 Lidia Ester
El grito de La Demajagua más que un grito de guerra, fue un grito de cubanía e identidad. Gracias a aquellos hombres que se fueron a la manigua redentora,  hoy podemos hablar de una Cuba, de una nación, y de un pueblo dispuesto a sacrificarlo todo por no perder sus conquistas.
El 10 de Octubre de 1868 es una de las fechas más sagradas del calendario histórico cubano, y en fecha tan gloriosa la imaginación nos lleva al ingenio La Demajagua, en Yara, junto a sus pobladores, cuando los hombres supieron empinarse y los primeros eslabones de la cadena opresora fueron cercenados.

Justamente en aquel entorno oriental se inició la lucha emancipadora encabezada por el abogado bayamés Carlos Manuel de Céspedes, el hombre que en gesto sublime dio la libertad a sus esclavos, quienes desde aquella fecha de 1868 comenzarían a ser dueños de sus vidas en la mayor de las Antillas.

A los 15 años de edad José Martí escribió el primer soneto inspirado en el 10 de Octubre, versos sinceros salidas del gran patriotismo que habría de acompañarle toda su vida y en cada una de sus acciones: "No es un sueño, es verdad: grito de guerra/ Lanza el cubano pueblo, enfurecido; / El pueblo que tres siglos ha sufrido/ Cuanto de negro la opresión encierra".

"¡10 de Octubre!" fue publicado a principios de 1869 en el periódico manuscrito "El Siboney", que circulaba de mano en mano entre los estudiantes de la Segunda Enseñanza de La Habana. En el soneto el joven Martí demostró gran valentía: "Gracias a Dios que ¡al fin con entereza/ Rompe Cuba el dogal que la oprimía/ Y altiva y libre yergue su cabeza!"

En el ingenio la Demajagua se estrecharon las manos por primera vez el amo y los esclavos, que desde ese mismo momento serían hombres solamente, todos libres para empuñar las armas por la independencia de Cuba, colonizada por la metrópolis española, distante, intransigente y altanera, como madrastra recalcitrante y despiadada.

Veinte años después del Grito de Yara, José Martí honraba nuevamente la sagrada fecha, junto a los emigrados cubanos en un discurso pronunciado en la ciudad norteamericana de Nueva York, al vislumbrar la continuidad del gran combate por la Libertad de Cuba:... "Nosotros somos espuela, látigo, realidad, vigía, consuelo. Nosotros unimos lo que otros dividen. Nosotros no morimos ¡Nosotros somos la reserva de la Patria!".

Ese año de 1888 fue para José Martí una etapa de labor fecunda, se propuso, y lo logró, juntar a los pinos nuevos y a los veteranos, y así los jóvenes imberbes y los hombre curtidos se alzaron en armas en la Guerra Necesaria de 1895, una manera heroica de enaltecer nuevamente al 10 de Octubre y a los cubanos que convirtieron a los campos de batalla en la Manigua Redentora Mambisa.

Al dedicarse en cuerpo y alma a la continuidad de la lucha por la libertad el apóstol cubano honró al 10 de Octubre con la Guerra de 1895. Una manera especial de honrar a Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, el padre de todos los cubanos que empuñaron las armas al conjuro y al repique de campanas de La Demajagua, donde salió el Sol que hizo retroceder las sombras de la más funesta opresión
Alberto Santiesteban Leyva
Fue un 10 de octubre de 1868 cuando un numeroso grupo de patriotas se lanzaron a los campos de Cuba a pelear por la libertad. Unas horas antes Carlos Manuel de Céspedes, había liberado a sus esclavos en el ingenio La Demajagua. Cubanos blancos y cubanos negros, escribirían desde esa hora una de las páginas más brillantes de la historia de Cuba.
Un abogado y hacendado bayamés, Carlos Manuel de Céspedes, fue el principal protagonista del memorable acontecimiento. Allí aquel hombre prendió la mecha de la rebeldía que alimentó las llamas insurrectas que se extenderían por toda la isla por más de un siglo.
El Manifiesto del 10 de Octubre, firmado por Céspedes, exponía las razones del levantamiento: “Cuando un pueblo llega al extremo de degradación y miseria en que nosotros nos vemos, nadie puede reprobarle que eche mano a las armas para salir de un estado tan lleno de oprobio. El ejemplo de las más grandes naciones autoriza este último recurso”.
Durante 10 largos y duros años de lucha los cubanos enfrentaron a un ejército superior en armas y recursos, demostrándole al mundo su valor, tenacidad y heroísmo.
A Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria como se le conoce también, correspondió el honor de haber iniciado, hace 145 años, una contienda emancipadora, cuyas ideas se fueron multiplicando en las nuevas generaciones de cubanos, hasta concluir con el triunfo de la Revolución el 1 de enero de 1959, cuando Cuba alcanzó su verdadera independencia.



Lydia Esther Ochoa / lochoa@radioangulo.icrt.cu /
En víspera del bicentenario de Giuseppe Verdi el homenaje al célebre músico italiano con el gran concierto en el Teatro Comandante Eddy Suñol sentará pautas entre los sucesos culturales de la ciudad de los parques de todos los tiempos, y tuvo de protagonistas a intérpretes y músicos holguineros y el director italiano Walter Themel.

Fue un ambicioso proyecto artístico que asumieron con gran rigor profesional el Teatro Lírico Rodrigo Prats y la Orquesta Sinfónica de Holguín y en el decir del excelentísimo señor Carmine Robustelli, embajador de Italia en Cuba, invitado especial, cuando se unen trabajo y talento el resultado tiene que estar acorde con el empeño como sucedió en el homenaje.

El público no escatimó aplausos en el concierto y tanto los cantantes como el coro secundados por la Sinfónica holguinera cumplieron con creces y salieron airosos del gran reto, aunque hubo tres momentos que hicieron poner al público de pie para expresar su admiración

Me refiero a los desempeños de la soprano María de los Ángeles Falcón en un área de La Traviata y al tenor Yuri Hernández en la muerte de Otelo, de la opera de igual nombre, y a la escena triunfal de Aída por el coro y la orquesta, que tuvo que repetirse por los prolongados aplausos y ovaciones.

Como dijo Concepción Casal, directora del Teatro Lírico Rodrigo Prats, la compañía se trazará proyectos tan ambiciosos como este homenaje dedicado a Verdi, y podría ser el primero de los nuevos retos la puesta de la opera “La Traviata”, que hicieron en la década del 80 del pasado siglo XX.

El embajador italiano expresó el interés de cooperar con esos proyectos para estrechar más las relaciones culturales de ambos países, especialmente con el Teatro Lírico y la Orquesta Sinfónica de Holguín, y refirió que Verdi con motivo de su bicentenario ha recibido homenaje en muchas naciones del mundo

Brasil prepara 500 médicos cubanos para mejorar atención al pueblo

Dos mil 180 médicos, la mayoría extranjeros, iniciaron hoy un curso de capacitación sobre el sistema público de salud brasileño y de conocimiento de la lengua portuguesa en la segunda fase del programa “Más Médicos”.

Los galenos participarán durante tres semanas en seminarios y charlas en universidades de Brasilia, la capital federal, Vitória, estado de Espírito Santo; Belo Horizonte, Minas de Gerais, y Fortaleza, Ceará; antes de iniciar sus labores en zonas rurales y periferias de las grandes ciudades.

Durante este periodo, los galenos visitarán igualmente clínicas y hospitales y harán evaluaciones de casos complejos, así como recibirán información sobre las enfermedades predominantes de cada región de Brasil.

El coordinador de este programa, Mozart Sales, calificó de importante este período de capacitación, pues los especialistas en atención primaria de salud adquieren conocimientos sobre las peculiaridades de la población, las principales dolencias y las características de cada zona.

Tras agradecer la presencia foránea, destacó que esta nación atraviesa por un momento crucial, el cual requiere de recursos humanos para garantizar la atención a la salud a todos los ciudadanos.

En esta segunda fase de Más Médicos participan dos mil galenos cubanos que llegaron la semana pasada a diversas capitales estaduales y Brasilia para prestar servicios en municipios con bajos Índices de Desarrollo Humano (IDH).

Un primer grupo de 400 doctores de Cuba se encuentra en esta nación desde finales de agostó último y labora ya en estados del norte como Acre, Pará, Amazonas y Tocantins.

Presentado en julio último por la presidenta Dilma Rousseff, este programa contará con el apoyo de cuatro mil profesionales de la isla caribeña, mediante un acuerdo firmado entre el Ministerio de Salud de Brasil y la Organización Panamericana de la Salud

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