El Asombro de Bacon

El asombro de Bacon
Rodobaldo Martínez Pérez/¡ahora!
http://www.ahora.cu
Sin la amistad, el mundo es un desierto. ¡Cuánta actualidad tiene esa afirmación de F. Bacon!, como enarbolaron los más de 16 mil jóvenes del mundo, en la feliz Caracas de Chávez.
Que contraste con quienes siembran el planeta de tristeza, y coquetean hoy con un fascismo que deja pequeño a Hitler, en nombre de exterminar el terrorismo.
Cuanta devoción por Venezuela y Cuba florece entre los millones de apasionados del progreso, quienes apuestan a un futuro distinto, en un lenguaje de amor y solidaridad, para embellecer pueblos, ante un mundo que sangra por culpa del ambicioso hegemonismo de la dinastía de Nuevo Emperador.
De un soberbio George W. Bush, quien justifica las muertes, la destrucción y el sufrimiento y afirma, ante su pueblo, que “vale la pena”, para concentrar más riqueza en un cada vez más reducido por ciento de norteamericanos amantes de la Guerra.
Mientras dos amigos, dos revolucionarios: Fidel y Chávez quieren repartir bien por todo el mundo, que torpemente no comprenden los de la Casa Blanca que andan con “las guerras inevitables y necesarias” que ayudan a reclutar y proteger terroristas, cuando la “ inteligencia y los hechos” son rehenes de sus intenciones políticas.
Entre emboscadas, odios, acusaciones, tergiversaciones y agresiones de todo tipo se robustece la verdadera integración entre Cuba y Venezuela, ejemplo de intercambio comerciar entre países hermanos, sin la intención del saqueo y la codicia.
Y mientras el enemigo provoca y ataca Fidel y Chávez comparten el sacrificio de sus pueblos y se desvelan en las soluciones de los problemas, con misiones que hacen milagros desde la primera línea de fuego, sin dejarse intimidar por las amenazas del más poderoso imperio que haya conocido la historia.
En el país donde fabrican en serie las guerras decenas de miles de ciudadanos se quedan sin empleo y pierden beneficios ganados de años, para apuntalar tanto peso de la maquinaria militar, entre manipulaciones irresponsables de políticos y las ambiciones de las grandes corporaciones.
En Cuba y Venezuela no pasa un día en transformar las consignas en luminosa realidad, para elevar la calidad de vida de sus pueblos, en estratégicos y profundos escenarios de dos revoluciones.
Así vamos los que queremos extender la sonrisa y eliminar el llanto, por esos los estrategas y voceros del imperio se asombran cuando oyeron por estos días en Caracas ese gran coro de jóvenes exclamar Uh, Ah Chávez no se va…
Y tal vez no interpretaron que hacen Bolívar y Martí por Amé-
rica, ni porque Fidel y Chávez están seguro que la historia los absolverá, ni que estas revoluciones, de los humildes y para los humildes llegaron para quedarse, por decisión absoluta de sus mejores hijos, con sus Comandantes al frentes.
Aquí está el secreta de la fuerza que tenemos para hacer prodigios entre los desposeídos del mundo!
De esa riqueza no conoce el Imperio y jamás nos la podrá arrebatar, porque estamos dispuestos a defenderla a cualquier costo.
¡Qué diferencia entre quienes sembramos amistad y quienes convierten al mundo en un desierto! Hasta Bacon podría volver a morir de asombro.