Columnas

Saturday, December 29, 2018

Economía, sin pases mágicos



#Cuba economía 2018
Rodobaldo Martínez Pérez. 

              rodo@enet.cu
Acaba de definirse a la economía nacional como prioridad primera en el 2019 y, es que, de su marcha, depende el futuro de la  Cuba prospera y sostenible.
Hablamos, en una sola palabra,  de la rama azucarera, producción de alimentos, precios, salarios,  turismo, trasporte, minería, inversiones  sobre todo la extranjera, exportación, importación, rescate de nuevos rublos, industria nacional en general, desarrollo local, entre otros, muy complejos y aguardados por la gente que apostamos por un mejor país.
 Díaz- Canel  precisó: “El pueblo espera una respuesta económica que impacte en su día a día, por eso la mayor parte del tiempo de todos nosotros tiene que estar dirigida a esa batalla, a cómo le quitamos hojarascas al camino que conduce a la solución de los problemas económicos”.

La  economía es el vocablo más repetido  hoy en los asuntos relacionados con el perfeccionamiento de la sociedad cubana, por tanto, si esa palabra y su consiguiente traducción se llegaran a entronizar a lo largo y ancho del Archipiélago habríamos alcanzado un gran porcentaje en los propósitos de diseño de los años venideros.
Como es lógico no es  querer hacer economistas a todo el mundo, pero hay que  concientizarse del lugar que ocupa la economía en el programa político y social de la Cuba de hoy, para tratar de entender su compleja intríngulis y poder aportar al análisis  convocado con cierto conocimiento de causas.
Si asumimos el examen de esas  cuestiones medulares con ideas románticas e hijas de un idealismo barato, ciaremos en el facilismo y de nada servirá nuestra  intervención, igual inutilidad significaría si creyéramos que no  hacen falta los cambios para eliminar mentalidad  cerrada e inflexible.
El Presidente Cubano defiende: “Sobre las deficiencias presentes en el cumplimiento del Plan 2018, se deben a la compleja situación económica que enfrentamos, la cual está relacionada con problemas acumulados en el orden estructural, de funcionamiento, así como de insuficiencias propias que tenemos que resolver”.
Lo primero a tener en cuenta ante el problema económico es apreciar su concatenación, el requerimiento de enfoques integrales.  Es imposible la solución de un aspecto sin antes haber resuelto otros.  Para llegar al aumento salarial y a bajar los precios, dos de las mayores inquietudes del pueblo,  se impone pasar por urgencias indiscutibles y que constituyen el meollo del asunto: Aumento de la productividad.
Pero, para crecer en los rendimientos se impone trabajar con eficiencia con el principio de  involucrarnos en la defensa de la Revolución.
“No está dicho en ningún programa, ni está dicho en ninguna parte, ni nadie lo dijo nunca en ninguna parte, que se pudiera desarrollar un país, hacer avanzar a un país y enriquecer a un país sin el trabajo”, alertó Fidel en 1986, entonces para que Cuba no  sea el único territorio del mundo, donde se vive sin trabajar, hace falta una  transformación radical en los estilos y, sobretodo interiorizar la necesidad  de esa radical modificación.
La realidad no tiene segundas lecturas: Las personas no sienten la necesidad de trabajar para satisfacer sus necesidades por otras vías  y, si la cantidad de dinero no los incentiva ¿qué presión puede haber para sacar el sudor de  la frente y sentir estímulo por  lo que se devenga?
La fórmula socialista de cada cual según su capacidad, para  que cada cual reciba por su trabajo  no se cumple, por tanto, el fruto de lo percibido mes  tras mes no constituye incentivo para continuar laborando y mucho menos esforzarse.
Si con los niveles actuales de producción material, se nos ocurriera elevar los salarios iríamos directo a un exceso de circulación: mucho dinero en manos de la población  y nada que comprar, el abismo entre salario medio y productividad se ahondaría y continuaríamos consumiendo lo que no hemos creado todavía.
Y con los precios pasa igual, si estos no descienden por la lógica de aumentar las producciones,  tener más bienes materiales y de servicios,  para acercar más las ofertas y las demandas no actuaríamos con efectividad, pues si se produjera por decretos solo lograríamos acrecentar el poder adquisitivo de los que tienen más dinero,  se continuaría en el círculo vicioso de no estimular la productividad y acabaríamos por asfixiar el pago con arreglo al resultado.
Al principio mencionamos que la economía es una realización en cadena y que si un elemento falla, toda la polea lo sufre.  Reiteramos, la Economía es un complejo  mecanismo, cuyo buen funcionamiento depende de cómo se comporte cada una de las piezas. Somos esos elementos del engranaje, de nosotros depende, entonces, arrancar y andar bien, ah, otra cosa, démosle tiempo al tiempo, no  esperemos los cambios con pases mágicos al estilo de un  mago. 



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