Columnas

Tuesday, November 14, 2017

Saber ser #Fidel



#Fidel hasta la victoria siempre
Sin indolencia ni irresponsabilidad. Todos somos uno. El máximo tributo a su memoria constituye la defensa cotidiana de la Revolución en todos los campos.Cuidar las conquistas es un imperativo, porque como advirtió Fidel, el 30 de agosto del 2002: “No permitamos jamás que lo que hoy nos alegra a todos sea mañana, por indolencia o irresponsabilidad, motivo de tristeza y frustración”. 
Rodobaldo Martínez Pérez
rodo@enet.cu
Este 25 de noviembre marca el primer aniversario de la partida física de Fidel. Los agradecidos les rinden homenaje de diversas formas: poemas, canciones, dibujos, concursos, actos, conversatorios, flores o recuentos. Como dijo el poeta: “no hay altares sin una luz por ti”. 

Pero, el máximo tributo a su memoria constituye la defensa cotidiana de la Revolución en todos los campos, su colosal aporte al pueblo cubano,  la gran obra, iniciada en 1959, a la cual dedicó  una perpetua consagración en su fructífera vida y logra,  bajo su conducción, una transformación radical del Archipiélago, con la realidad  de los sueños de los mejores hijos de la Patria, desde el  10 de octubre de 1868.


Cuba entera es Fidel y. como líder indiscutible, inicia, desde los primeros momentos, el desarrollo de programas económico-sociales para trasformar, radicalmente, a campos y ciudades.  “Por donde pasa hace revolución”, repite la voz popular.

Huellas de las evidencias de las miserias nacionales cambian por dichas y esperanzas, comienza el ascenso de los humildes, los olvidados y marginados. La Cuba de Fidel, que es lo mismo la de todos, inicia su valiente prestigio internacional y solidaridad con los más sufridos del mundo.
  Entonces recordemos que, como parte de los funerales de Fidel Castro Ruz, ocurre la firma, por una gran mayoría del pueblo, del concepto de Revolución dado, por el Comandante en Jefe, en mayo del 2000. La rúbrica  confirma, en primer lugar, la ratificación  de las masas para la salvaguardia de su libertad, decoro, humanismo, patriotismo.
 La certera concepción inicia por: el sentido histórico. Convencido del actual contexto, muy diferente, incluso,  a pocos años atrás. La brújula que no podemos descuidar ni por un segundo.  La preservación de la soberanía, actualmente,  difiere a tiempos cercanos al Triunfo, la batalla de Ideas hurgue, ahora más que nunca y  la inteligencia, para los presentes y futuros combates es vital para poder  consolidar la victoria  entre todos.
Adquiere primacía la batalla ideológica cuando  tratan de asfixiarnos y demostrar la superioridad del sistema capitalista, por diversas vías y con la facilidad de las nuevas tecnologías,  de ahí la importancia de un trabajo político atemperado a la realidad presente, cuando  algunos piensan en el triunfo personal solo fuera de Cuba.
La pregunta no puede ser otra: ¿Qué protegemos los cubanos? El precio de ser dignos desde el propio 1959, la necesidad de perfeccionar nuestra obra, la verdad, el altruismo, solidaridad, la importancia de tratar a los demás como seres humanos, la modestia, el desinterés, el heroísmo, la unidad, la ética, el desafío que representa encarar
las poderosas fuerzas de los ámbitos social y nacional,  cuidamos los valores en los cuales creemos, la justicia, independencia, la audacia y la libertad al precio de cualquier sacrificio.
El bloqueo yanqui a Cuba, ahora más reforzado, sigue siendo un freno, porque no se puede planificar avances dependiendo de mercados, que pueden o no abrirse a las demandas del Archipiélago.  Basta que sean productos norteamericanos, incluso proveniente de filiales en terceros países, para estar vedados para Cuba.
Por eso, Fidel, por su vasta experiencia, insistía tanto en proveernos de nuestras riquezas. Uno de los sectores ungidos de tales imperativos es la agricultura, porque cuánto podíamos ahorrar si cosecháramos nacionalmente lo que traemos del exterior.
 La firma del concepto de Revolución es el cumplimiento del deber cotidiano, es el mayor compromiso con ese Gigante, quien solo se nos fue físicamente, es ser fiel a su legado, es la salvaguarda de las conquistas alcanzadas en décadas y ratificarles al mundo la confianza de no defraudarlo.
Los cubanos seguiremos siendo una mano abierta para los pueblos que nos solicitan. Así nos enseñó el Comandante.
Cuidar las conquistas es un imperativo, porque como advirtió Fidel, el 30 de agosto del 2002: “No permitamos jamás que lo que hoy nos alegra a todos sea mañana, por indolencia o irresponsabilidad, motivo de tristeza y frustración”.

 Todos tenemos que seguir siendo uno, como cuando la Crisis de Octubre, con los cañones ideológico despiertos al cielo de la Patria.

#Holguín despide al mejor de sus hijos



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