Columnas

Thursday, December 17, 2015

Lo justo y lo necesario no se detienen jamás: Los Cinco en la Patria, hace un año



 

#Cuba los Cinco con #Fidel

 

Hoy 17 de diciembre es el primeraniversario de la liberación de los tres héroes antiterroristas presos injustamente en cárceles yanquis, ya René y Fernando estaban en Cuba.

Terminaba uno de los más tristes episodios de injusticia norteamericana. Años de arbitrariedades, de mala fe de la Fiscalía, de contubernio gubernamental con la Mafia miamense y de odio visceral a la obra revolucionaria..

Como lo prometió el Líder Histórico de la Revolución Cubana, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, los Cinco ya están en la Patria, desde aquel 17 de diciembre e inició el complejo proceso de restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos
El sol con 5 puntas escribió la colega Hilda Pupo Salazar 
   Las víctimas del terrorismo de Estados Unidos contra Cuba las comenzamos a acumular  desde  1959, cuando a los nueve meses del triunfo se produjeron cinco  incidentes violentos los días 11, 19, 21, 22 y 26. Los ametrallamientos a Ciudad de La Habana y a un tren de pasajeros en Las Villas fueron los más significativos.
   Desde entonces no hubo método o vía, por muy impensada que fuera, no utilizada para derrocar a la Revolución Cubana, pero 1961 fue el año de la sistematización en los sabotajes después de  aprobado el programa de acción encubierta contra Cuba por el presidente Eisenhower.
   Aquel propósito yanqui de  arrebatarnos la victoria del Primero de Enero mediante el apoyo o la dirección de acciones dentro o fuera del país, ya cumple  más de 50 años,  con un saldo de 3 mil  478 muertos y unos dos mil mutilados.
   Para nosotros ha habido,  por culpa del Norte, innumerables  11 de septiembre, muchas Torres Gemelas desplomadas, por las cuales   las madres han tenido que llorar a sus hijos asesinados, los hijos la pérdida de sus padres, familias enteras desgajadas para siempre. Tras la pérfida política imperialista sólo de luto y dolor se han llenado miles de hogares cubanos.
     Respuesta a lo yanqui
       El FBI recibió de las autoridades de la Seguridad de Estado Cubano más  de 230 páginas sobre actividades terroristas fabricadas en Estados Unidos contra  Cuba, cinco videocasetes con conversaciones e información transmitidas por la televisión,  donde se reflejada ese proceder y  ocho casetes de audio,  con dos horas y 40 minutos de llamadas telefónicas  de terroristas centroamericanos detenidos con sus padrinos  en el exterior.
         Eso ocurrió  el 16 y 17 de junio de 1998.  El FBI reconoció sentirse impresionado por la abundancia de pruebas y prometió dar respuesta en dos semanas. Tres, cuatro, cinco, seis semanas... y casi a los tres meses de tales sucesos vuelven a dar “señales de vida”, cuando en la madrugada del 12 de septiembre detienen  a un grupo de cubanos, acusándolos de “espías” en Estados Unidos.

      A partir de ese momento de la detención de René Gonzáles, Antonio Guerrero, Ramón Labañino, Fernando Gonzáles y GerardoHernández, comenzó la más triste historia de falacia, doblez, parcialidad, juego político, irregularidades y violaciones en un proceso judicial estadounidense.
 Sin que mediara acusación alguna, ni contaran con abogados para su defensa, ni fueran presentados  ante la justicia, los sometieron durante tres días a intensos interrogatorios, poniéndole al hecho su ropaje político desde esos primeros momentos, cuando el FBI, muy intencionalmente, informa a Iliana Ross- Lehtinen y Licon Díaz-Balart sobre el caso de los cubanos, a pesar de existir 25 legisladores en la Florida.
      La información anticipada era un regalo en bandeja de plata hecha por el FBI a la Fundación Cubano-Americana. Llegó en momentos que trataban de certificar el robo de los fondos cubanos congelados en Estados Unidos por el pago de las llamadas telefónicas hacia La Habana, para destinarlo  a indemnizar  a los familiares de los pilotos de  las avionetas.
    Ambos encabezaron  la más atroz de las campañas difamatorias, cargada con todo el odio, la impotencia y su política fracasada de más de 50 años.  Al cuarto día son presentados ante el tribunal federal y acusados de espionaje contra Estados Unidos.
        Espionaje es un delito contra la seguridad de un estado y que consiste en obtener información sobre secretos políticos, económicos,  militares y comunicarlos a otro estado. Ninguna de esos cargos  se avenía a la labor anónima que el grupo estaba precisado a realizar: infiltrase entre los  terroristas de Miami, para evitarles  más muertes a este país por las acciones violentas  perpetradas desde allí.
    La gusanera de Miami no escatimó ningún recurso para aumentar los cargos y a casi a un año del arresto aparece la imputación más grave, hecha a Gerardo: conspirar para cometer asesinato y vinculan el incidente al caso de las avionetas.   A partir de entonces, como dijo Alarcón, fue un juicio contra la Revolución.
      Desde el primer momento hubo enseñamiento,  los  mantuvieron durante un año y cinco meses en confinamiento solitario o las llamadas  celdas de castigo, locales de 15 pies de largo por siete de ancho, llenas de moho y humedad y donde sólo tenían una hora para estirar las piernas afuera.   El sistema penitenciario de ese país lo aplica a detenidos criminales, que hayan cometido delitos graves o indisciplinas en la cárcel y nunca excede a los 60 días.
    En esos 17 meses ninguno pudo tener contacto con sus familiares. El día 21 de enero del 2001 Ramón se comunica, por primera vez, con sus familiares mediante una carta y Gerardo lo hace el primero de febrero.
     Show de la prensa
  La prensa constituyó el mejor aliado de la fiscalía, a tal extremo que la acusación  de esta fue primero publicada en el Nuevo Herald y después introducida en el proceso judicial.
     Un día después de la detención, el libelo de la mafia publicó,  que en un operativo del FBI se había detenido a una red de “espías” cubanos que obtenían  información de instalaciones militares. Desde un inicio el propósito era presentar el caso ante la opinión pública como una labor de ataque a la seguridad de Estados Unidos y hacer creer que se planificaban sabotajes contra la Florida, aviones y hangares norteamericanos.
    Se habló incluso de 600 agentes cubanos en suelo norteamericano, de  150 titulares sobre el tema, en 104 aparecía espía o espionaje y con aquel barraje informativo  se dio por sentada la culpabilidad de los acusados.  No cupo dudas que los medios de información los condenaron antes que el jurado y de hecho llenó de prejuicio a la comunidad.
   ¿Imparcialidad en Miami?
Uno de los primeros pasos de la defensa fue dirigir a la jueza Joan Lenard una moción para el cambio de sede en la realización del juicio, alegando que Miami no era lugar apropiado para juzgar serena e imparcialmente a los cinco jóvenes. Lenard veta la moción.
       Garin Moran,  un profesor de la Universidad de Florida,  aplica una encuesta donde demuestra el carácter prejuiciado de la comunidad del Condado de Dade y  la imposibilidad de sacar un jurado imparcial. Se desestimó  el criterio y se argumentó que Miami- Dade es un “centro urbano, extremadamente heterogéneo, políticamente no monolítico y con gran diversidad”.
       Sólo en esa comunidad hay tres congresistas acérrimos enemigos de todo lo que huela a Revolución Cubana: Ileana Ross y los hermanos  Díaz Balart, el alcalde de allí es de origen cubano americano y fue uno de los defensores de que Eliàn no regresara a Cuba.   Con el mismo origen y además contrarrevolucionarios son el jefe de la policía, el del Departamento de Bomberos,  el  de la Junta de Educación y el Comisionado de la ciudad, todos esperanzados de regresar aquí para instaurar “su democracia”.
     Con tales antecedentes, como lo reiteraron los abogados de la defensa, sus defendidos estaban condenados antes de celebrarse las vistas, y eso fue lo que ocurrió.  El jurado no tuvo en cuenta ni importantes testimonios de  testigos que demostraban el no-espionaje, ni las magníficas intervenciones de los abogados;  recurrió a la  vendetta política, manipuló, tergiversó e impuso desorbitadas condenas.
       Para acabar su obra de  infamia, fueron designados a cinco cárceles diseminadas por todo el territorio nacional.  A los tres condenados a cadenas perpetuas les colocaron un aditamento llamado “caja negra, dispositivo que se pone sobre las esposas para reforzar su cierre e identificar a distancia a los presos más peligrosos.

    La evidencia mayor que la verdad se abrió paso en este hecho fue la creación de comités pro liberación en varias naciones de todos los continentes y entre ellos, en los propios Estados Unidos, donde la solidaridad llegó hasta las universidades.
      Martí, quien nos legó ideas que no han podido ser tocadas ni con el paso de un siglo, escribió en Patria que “lo justo y lo necesario no se detienen jamás”.  Por una verdadera guerra contra el terrorismo es  necesario que se haga justicia esta vez.



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