#Cuba los Cinco con #Fidel |
Hoy 17 de diciembre es el primeraniversario de la liberación de los tres héroes antiterroristas presos injustamente en cárceles yanquis, ya René y Fernando estaban en Cuba.
Terminaba uno de los más tristes episodios de injusticia norteamericana. Años de arbitrariedades, de mala fe de la Fiscalía, de contubernio gubernamental con la Mafia miamense y de odio visceral a la obra revolucionaria..
Como lo prometió el Líder Histórico de la Revolución Cubana, Comandante en
Jefe Fidel Castro Ruz, los Cinco ya están en la Patria, desde aquel 17 de
diciembre e inició el complejo proceso de restablecimiento de
las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos
El sol con 5 puntas escribió la colega Hilda Pupo Salazar
Las
víctimas del terrorismo de Estados Unidos contra Cuba las comenzamos a
acumular desde 1959, cuando a los nueve meses del triunfo se
produjeron cinco incidentes violentos
los días 11, 19, 21, 22 y 26. Los ametrallamientos a Ciudad de La Habana y a un
tren de pasajeros en Las Villas fueron los más significativos.
Desde entonces no hubo método o vía, por muy
impensada que fuera, no utilizada para derrocar a la Revolución Cubana, pero
1961 fue el año de la sistematización en los sabotajes después de aprobado el programa de acción encubierta
contra Cuba por el presidente Eisenhower.
Aquel propósito yanqui de arrebatarnos la victoria del Primero de Enero
mediante el apoyo o la dirección de acciones dentro o fuera del país, ya
cumple más de 50 años, con un saldo de 3 mil 478 muertos y unos dos mil mutilados.
Para nosotros ha habido, por culpa del Norte, innumerables 11 de septiembre, muchas Torres Gemelas
desplomadas, por las cuales las madres
han tenido que llorar a sus hijos asesinados, los hijos la pérdida de sus
padres, familias enteras desgajadas para siempre. Tras la pérfida política
imperialista sólo de luto y dolor se han llenado miles de hogares cubanos.
Respuesta a lo yanqui
El FBI recibió de las autoridades de la
Seguridad de Estado Cubano más de 230
páginas sobre actividades terroristas fabricadas en Estados Unidos contra Cuba, cinco videocasetes con conversaciones e
información transmitidas por la televisión,
donde se reflejada ese proceder y
ocho casetes de audio, con dos
horas y 40 minutos de llamadas telefónicas
de terroristas centroamericanos detenidos con sus padrinos en el exterior.
Eso ocurrió el 16 y 17 de junio de 1998. El FBI reconoció sentirse impresionado por la
abundancia de pruebas y prometió dar respuesta en dos semanas. Tres, cuatro,
cinco, seis semanas... y casi a los tres meses de tales sucesos vuelven a dar
“señales de vida”, cuando en la madrugada del 12 de septiembre detienen a un grupo de cubanos, acusándolos de
“espías” en Estados Unidos.
A partir de ese momento de la detención
de René Gonzáles, Antonio Guerrero, Ramón Labañino, Fernando Gonzáles y GerardoHernández, comenzó la más triste historia de falacia, doblez, parcialidad,
juego político, irregularidades y violaciones en un proceso judicial
estadounidense.
Sin que mediara acusación alguna, ni contaran
con abogados para su defensa, ni fueran presentados ante la justicia, los sometieron durante tres
días a intensos interrogatorios, poniéndole al hecho su ropaje político desde
esos primeros momentos, cuando el FBI, muy intencionalmente, informa a Iliana
Ross- Lehtinen y Licon Díaz-Balart sobre el caso de los cubanos, a pesar de
existir 25 legisladores en la Florida.
La información anticipada era un regalo
en bandeja de plata hecha por el FBI a la Fundación Cubano-Americana. Llegó en
momentos que trataban de certificar el robo de los fondos cubanos congelados en
Estados Unidos por el pago de las llamadas telefónicas hacia La Habana, para
destinarlo a indemnizar a los familiares de los pilotos de las avionetas.
Ambos encabezaron la más atroz de las campañas difamatorias,
cargada con todo el odio, la impotencia y su política fracasada de más de 50
años. Al cuarto día son presentados ante
el tribunal federal y acusados de espionaje contra Estados Unidos.
Espionaje es un delito contra la
seguridad de un estado y que consiste en obtener información sobre secretos
políticos, económicos, militares y
comunicarlos a otro estado. Ninguna de esos cargos se avenía a la labor anónima que el grupo
estaba precisado a realizar: infiltrase entre los terroristas de Miami, para evitarles más muertes a este país por las acciones
violentas perpetradas desde allí.
La gusanera de Miami no escatimó ningún
recurso para aumentar los cargos y a casi a un año del arresto aparece la
imputación más grave, hecha a Gerardo: conspirar para cometer asesinato y
vinculan el incidente al caso de las avionetas. A partir de entonces, como dijo Alarcón, fue
un juicio contra la Revolución.
Desde el primer momento hubo
enseñamiento, los mantuvieron durante un año y cinco meses en
confinamiento solitario o las llamadas
celdas de castigo, locales de 15 pies de largo por siete de ancho,
llenas de moho y humedad y donde sólo tenían una hora para estirar las piernas
afuera. El sistema penitenciario de ese
país lo aplica a detenidos criminales, que hayan cometido delitos graves o
indisciplinas en la cárcel y nunca excede a los 60 días.
En esos 17 meses ninguno pudo tener
contacto con sus familiares. El día 21 de enero del 2001 Ramón se comunica, por
primera vez, con sus familiares mediante una carta y Gerardo lo hace el primero
de febrero.
Show de la prensa
La prensa constituyó el mejor aliado de la
fiscalía, a tal extremo que la acusación
de esta fue primero publicada en el Nuevo Herald y después introducida
en el proceso judicial.
Un día después de la detención, el libelo
de la mafia publicó, que en un operativo
del FBI se había detenido a una red de “espías” cubanos que obtenían información de instalaciones militares. Desde
un inicio el propósito era presentar el caso ante la opinión pública como una
labor de ataque a la seguridad de Estados Unidos y hacer creer que se
planificaban sabotajes contra la Florida, aviones y hangares norteamericanos.
Se habló incluso de 600 agentes cubanos en
suelo norteamericano, de 150 titulares
sobre el tema, en 104 aparecía espía o espionaje y con aquel barraje
informativo se dio por sentada la
culpabilidad de los acusados. No cupo
dudas que los medios de información los condenaron antes que el jurado y de
hecho llenó de prejuicio a la comunidad.
¿Imparcialidad en Miami?
Uno de los
primeros pasos de la defensa fue dirigir a la jueza Joan Lenard una moción para
el cambio de sede en la realización del juicio, alegando que Miami no era lugar
apropiado para juzgar serena e imparcialmente a los cinco jóvenes. Lenard veta
la moción.
Garin Moran, un profesor de la Universidad de
Florida, aplica una encuesta donde
demuestra el carácter prejuiciado de la comunidad del Condado de Dade y la imposibilidad de sacar un jurado
imparcial. Se desestimó el criterio y se
argumentó que Miami- Dade es un “centro urbano, extremadamente heterogéneo,
políticamente no monolítico y con gran diversidad”.
Sólo en esa comunidad hay tres
congresistas acérrimos enemigos de todo lo que huela a Revolución Cubana:
Ileana Ross y los hermanos Díaz Balart,
el alcalde de allí es de origen cubano americano y fue uno de los defensores de
que Eliàn no regresara a Cuba. Con el
mismo origen y además contrarrevolucionarios son el jefe de la policía, el del
Departamento de Bomberos, el de la Junta de Educación y el Comisionado de
la ciudad, todos esperanzados de regresar aquí para instaurar “su democracia”.
Con tales antecedentes, como lo reiteraron
los abogados de la defensa, sus defendidos estaban condenados antes de
celebrarse las vistas, y eso fue lo que ocurrió. El jurado no tuvo en cuenta ni importantes
testimonios de testigos que demostraban
el no-espionaje, ni las magníficas intervenciones de los abogados; recurrió a la
vendetta política, manipuló, tergiversó e impuso desorbitadas condenas.
Para acabar su obra de infamia, fueron designados a cinco cárceles
diseminadas por todo el territorio nacional.
A los tres condenados a cadenas perpetuas les colocaron un aditamento
llamado “caja negra, dispositivo que se pone sobre las esposas para reforzar su
cierre e identificar a distancia a los presos más peligrosos.
La evidencia mayor que la verdad se abrió
paso en este hecho fue la creación de comités pro liberación en varias naciones
de todos los continentes y entre ellos, en los propios Estados Unidos, donde la
solidaridad llegó hasta las universidades.
Martí, quien nos legó ideas que no han
podido ser tocadas ni con el paso de un siglo, escribió en Patria que “lo justo
y lo necesario no se detienen jamás”.
Por una verdadera guerra contra el terrorismo es necesario que se haga justicia esta
vez.
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