Columnas

Wednesday, July 01, 2015

Unidad es la palabra clave


#Holguín #NuesttrasRazones


La unión de los viejos combatientes con los nuevos fue una de las hazañas logradas por José Martí en la organización de su revolución.  Esta constituye una de las ideas de su vasto ideario  de crucial importancia en nuestro actual proceso, precisa la periodista  y estudiosa Martiana  Hilda Pupo Salazar.
Unir todas las fuerzas independentistas en el mismo objetivo libertario llevó a Martí muchos años de esfuerzos y cuando lo creyó oportuno, porque a las condiciones objetivas se sumaban las subjetivas, pensó en quienes iban a dirigir su proyecto.
Por supuesto, meditó en los que le otorgarían experiencia a la lucha y conducirían mejor el Ejército, por ese escribe al General Máximo Gómez y a Antonio Maceo en julio de 1892, porque fueron hombres líderes en la contienda de 1868. 
Así le expresa a Gómez  “Porque Vd. sabe, General, que mover un país, por pequeño que sea, es obra de gigantes. Y quien no se sienta gigante de amor, o de valor, o de pensamiento, o de paciencia, no debe emprenderla “. De tamaña estatura consideraba al Generalísimo, y le propone ponerse al frente del destacamento  militar como General en Jefe. 
Lo pone al tanto de  toda la obra emprendida, además, “para pedirle su cuerdo consejo, y para saber si en la obra de aprovechamiento y dirección de las fuerzas nuevas que en Cuba surgen ahora sin el apoyo de las cuales es imposible una revolución fructífera”. 
En su pedido Martí le pregunta a Gómez “¿Como puede ser que Vd. que está hecho a hacerlo, no venga con toda su valía a esta nueva obra?”.
Y a Maceo, también le dice: “Ni comprendería yo que se tratase de hacer,  obra alguna seria en las cosas de Cuba, en que no figurase Vd. de la especial y prominente manera a que le dan derecho sus merecimientos”.
Por desavenencias en métodos el plan no fructifica y Martí se retira. Tres años después emprende de nuevo los trabajos y vuelve a pensar el Gómez: “Con la fe de la honradez y la fuerza del patriotismo nos dirigimos a Vd. por encargo de los cubanos de New York excitados y acompañados por los de Cayo Hueso y Filadelfia, para tomar su parecer, y exponerle el de los cubanos de esta ciudad, sobre el modo más rápido y certero de organizar por fin, dentro y fuera de Cuba, con la cordialidad digna de las grandes causas”.
Y entre los objetivos para la nueva contienda estuvo: “Unir, con un plan digno de la atención y respeto de los cubanos, el espíritu del país”. La revolución martiana se hizo con los combatientes del 68 y sus llamados  “pinos nuevos”.
 Cuando en 1953, Fidel y sus hombres decidieron asaltar el Moncada y comenzar de nuevo la insurrección no tuvieron un  importante  antecedente patriótico al cual acudir,  como en época martiana,  por no estar vivos  ya  batalladores radicales del pensamiento revolucionario en la primera mitad del siglo XX  de la estirpe de   Mella, Villena…
Durante medio siglo prevalecieron las manadas corruptas que desangraron al país y con esas no podía contarse, por tanto carecían de referentes directos,   por eso jóvenes en su mayoría   fueron los iniciadores de la acción. Ya han pasado más de 50 años del Triunfo del Primero de Enero, los noveles se curtieron en las batallas y en Cuba conviven, hoy, varias generaciones. La histórica le está dando paso a los jóvenes.
Como diría Raúl: “Hoy más del 70 por ciento de los cubanos nació después del triunfo de la Revolución.  Podría decirse que convivimos en suelo patrio varias generaciones, cada una de ellas con historia y méritos propios, en correspondencia con el momento que les tocó vivir.

“La  Generación Histórica va cediendo su lugar a los “pinos nuevos” con tranquilidad y serena confianza, está en marcha el proceso de transferencia paulatina y ordenada a las nuevas generaciones de las principales responsabilidades de dirección en la nación”.

Para asegurar el éxito en este empeño jamás podrá descuidarse la importancia estratégica que tiene, como predijo  Martí y nos enseñó Fidel,  a  preservar   la unidad de todos los cubanos dignos por encima de todo. Unidad es la palabra clave.



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