Columnas

Thursday, July 16, 2015

El Moncada del Palacio de Convenciones



Rodobaldo Martínez Pérez
rodo@enet.cu
El papel de la juventud cubana en la preservación de la Patria, ante los retos y amenazas actuales, tiene en el X Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) un escenario significativo para definir como hacerlo sin ambigüedades ni disfraces expresivos, durante los debates del evento  desde el 17 al 19 de julio, en La Habana.
Es importante el arsenal de ideas y razones para enriquecer las discusiones que  utilicen, porque como refieren dirigentes históricos de la Revolución: “Hoy, la gran mayoría de los cubanos solo conoce por referencias lo acaecido antes de 1959.
 “Las razones para luchar y vencer se multiplican cada día”, una frase del líder histórico de la Revolución cubana Fidel Castro, requiere traducirse en actitudes ante el estudio, trabajo, patriotismo, sentido del deber y compromiso de las nuevas generaciones que nacieron después del Triunfo de la Revolución, cuando la realidad  era otra antes de esa fecha en la mal denominada República Cubana.
Existe un empeño marcado de  falsificar aquella  realidad por quienes quieren la  restauración capitalista aquí,  de ahí el ascenso en la subversión ideológica.
Los jóvenes deben comprender y razonar, desde su ideología, valores patrióticos y revolucionarios la trascendencia de preservar la  unidad por sobre todo las cosas, pues estamos conscientes de que la lucha no puede concluir, solo cambia la manera en la que pretenden destruirnos.
No por gusto este X Congreso se convoco el 2 de diciembre del 2014, en Los Cayuelos, sitio por donde arribó el yate Granma en 1956 al Oriente cubano, procedente de México con una preciosa carga: 82 de sus mejores hijos, todos jóvenes, como ustedes y comprometidos iguales por el destino de su Patria.
Esos jóvenes, comandados por Fidel Castro, el 26 de julio de 1953 encendieron la llama de combate al asaltar la segunda fortaleza del país, el cuartel Moncada, en Santiago de Cuba y el Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, nombres de dos bravos generales mambises que esas instituciones del crimen afrentaban.
La mayoría de los miembros de las células clandestinas, apenas tenían 20 años, pero ya soñaban con transformar la triste realidad imperante en la Cuba de entonces.
La Seudo República no tenía nada que ver con la idealizada por  los jóvenes  de 1868 y 1895,  representados  en Céspedes, Maceo Agramonte, Gómez, Martí y tantos valientes hijos e hijas de la Patria que dieron lo mejor de sí por la libertad que se alcanzó definitivamente  en Enero de 1959.
Los jóvenes de la Generación del Centenario, aunados por la prédica y la decisión de lucha de Fidel Castro, no dejaron morir a Martí en su centenario, con la  victoria de la moral y de la dignidad.
Por eso en este Congreso de la UJC es muy oportuno escuchar a Fidel cuando refiriéndose a la juventud, puntualizó: “Queremos que tengan el máximo de conciencia de su papel, de lo que pueden hacer por su país, de lo que pueden hacer por la Revolución, de lo que pueden hacer por su futuro.»
E n ellas está implícita la posición asignada a esta parte de la vanguardia política de la nación y su responsabilidad con el futuro del país,  a 62 años de los asaltos a los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba y Céspedes, en Bayamo.
Estos tiempos que corren, cuando Cuba actualiza su modelo económico y social,  es fundamental reflexionar sobre la implicación  de nuestros jóvenes en los asuntos de la cotidianidad, siempre con la premisa del concepto fidelista de Revolución de cambiar todo lo que debe ser cambiado, y lograr que  prime la voluntad de  transformación de lo mal hecho,  muy hermanado con el sentido autocrítico y de compromiso  con el desarrollo socialista del país.
Lo realizado hoy requiere perfeccionarlo a todo con la moral social presente en la actual generación, acorde a sus sentimientos, subjetividades, gustos y aspiraciones, que deben definir la conciencia crítica de cada uno de ellos.
Se trata de abrir los espacios de sus preocupaciones al debate, pero sin improvisaciones, con los argumentos del por qué de cada cosa, y cuando no se tienen buscarlos, evitar confusiones involuntarias y no ser ingenuos ante cualquier malintencionado, que en un mundo tan complejo no dejarán de existir.
Hay argumentos suficientes para realizar el Trabajo Político Ideológico, el legado del joven Fidel Castro, quien organizó y dirigió las acciones de aquel 26 de Julio  nos pertrecha de conocimientos, por eso es necesario que lo utilicemos y sobre todo los jóvenes, las estudien, las discutan, busquen en ellas las respuestas a los asuntos que hoy les puedan preocupar, no basta con apoyarlo y convertirlo en consignas, hay que defenderlo con pasión y compromiso, como han hecho siempre los jóvenes ante las tareas encomendadas.
Recordemos la reflexión del Comandante en Jefe, del 14 de enero del 2008, titulada: “Regalo de Reyes”.
“A los revolucionarios más jóvenes, especialmente, recomiendo exigencia máxima y disciplina férrea, sin ambición de poder, autosuficiencia, ni vanaglorias. Cuidarse de métodos y mecanismos burocráticos. No caer en simples consignas. Ver en los procedimientos burocráticos el peor obstáculo. Usar la ciencia y la computación sin caer en lenguaje tecnicista e ininteligible de élites especializadas. Sed de saber, constancia, ejercicios físicos y también mentales.
En la nueva era que vivimos, el capitalismo no sirve ni como instrumento. Es como un árbol con raíces podridas del que sólo brotan las peores formas de individualismo, corrupción y desigualdad. Tampoco debe regalarse nada a los que pueden producir y no producen o producen poco. Prémiese el mérito de los que Trabajan con sus manos o su  inteligencia”.
La nueva generación de cubanos  debe estar consciente de su responsabilidad de defender la Patria, garantizarle sus conquistas, entre ella su libertad y `para eso  el Palacio de Convenciones de la Habana es un bonito escenario, `para reflexionar juntos la idea. .

 



Biografía del emblema de la Unión de Jóvenes Comunistas

El logotipo se exhibió por primera vez en el podio utilizado por Fidel en la clausura del Primer Congreso de la UJC, donde propuso —y los delegados acordaron por unanimidad— que la organización adoptara el nombre de Unión de Jóvenes Comunistas




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Según el blog X Congreso de la UJC, elaborado por el Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas, este es el significado del logo que acompaña las sesiones de debate a todos los niveles de la magna cita juvenil: 
«A la izquierda del número romano, dónde las líneas están más definidas significa la estructura organizativa, bien estructurada y con objetivos concretos dentro de nuestra sociedad. A la derecha y con la utilización de los colores del emblema de la Unión de Jóvenes Comunistas, se representada a la diversidad de la juventud en Cuba, su alegría y compromiso con la Patria».
¿Por qué un congreso?
«La Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), es la organización política de la juventud cubana, la proyección de su trabajo va más allá de sus miembros, está dirigida a toda la población joven del país y su principal objetivo es la formación integral y multifacética de las nuevas generaciones. El Congreso de la UJC constituye el momento cumbre de la organización debido a que en este encuentro los jóvenes dialogan sobre sus principales preocupaciones y sobre otros temas de interés actual».
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