Rodobaldo Martínez Pérez
rodo@enet.cu
Todas las actividades desarrolladas en Panamá, en
ocasión de la VII Cumbre de las Américas, giran alrededor de un asunto
específico: lo defendido por los pueblos y los intereses de la derecha imperial, aferrada aún a política de dominio, chantaje,
terrorismo para acallar la verdad de los oprimidos de las Américas.
Martí lo dijo hace más de un siglo y dejó clara las
diferencias, la América nuestra, con la que no lo era, por su naturaleza distinta,
idiosincrasia y los elementos que la
componen, por eso resulta bastante
difícil una unión del Continente, con dos integrantes tan disímiles: Latinoamérica
con el Norte.
Se pide diálogo y respeto, pero hay que preguntarse
si el Imperio va a escuchar la voz de la
que, siempre, consideró su traspatio.
Esa misma naturaleza voraz es la que le empujó sus
instintos de atacar a Venezuela, con un risible Decreto Ejecutivo, en el cual
la considera una amenaza a su soberanía, en medio de un acuerdo de la CELAC que
declara a la zona de paz.
Ya hemos visto un adelanto de lo que ocurre en
Panamá, con el desarrollo de la contra
cumbre. Verdaderas sociedades civiles sin acceso, mientras mercenarios y
asesinos acreditados.
No se trata de permitir entrar a los foros de los
pueblos, a personas con distintos pensamientos, eso es legal y entendible, pero
es un dislate pretender sentar juntos, en
un mismo espacio, a gente revolucionaria, que dedica casi su vida al desarrollo
de su país, con tremenda dignidad, con personajes siniestros, quienes destruyen
a su Patria por un poco de dinero. Es como ligar el aceite con el vinagre.
Más injustificado constituye darles cabida en un
sitio, dedicado a reflexionar y discutir temas populares a quienes tienen un
prontuario de actividades violentas contra su nación y celebran de ser amigo de
terroristas.
Todo este desorden previo a la Cumbre tiene una
enérgica protesta por parte de las organizaciones, las cuales no fueron
acreditadas. El Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez
Esquivel y el Reverendo Raúl Suárez enviaron, este jueves, una carta al
Comité Organizador del Foro de la Sociedad Civil, para demandar la expulsión de las
personas que empañan el objetivo del evento, afiliadas a la contrarrevolución
cubana y venezolana.
La misiva expresa que los objetivos han sido dañados
“por
la arbitrariedad de no entregar acreditación a quienes habían sido aceptados
inicialmente. Tal es el caso de ciudadanos de la República de Cuba.
Tampoco se aceptó la inclusión de las víctimas de
las guarimbas de Venezuela, ni la solicitud de participación del organismo de
derechos humanos más antiguo de la región, la Liga Argentina por los Derechos
del Hombre, miembro fundador de la Federación Internacional por los Derechos
Humanos, con asiento permanente en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y
acreditado ante el Consejo de Europa.
“Este Foro fue convocado por la Red de Derechos Humanos de Panamá, por eso
no entendemos cómo pueden incluir y conceder acreditación a quienes hacen
apología del asesinato, trabajan a sueldo de potencias extranjeras y mantienen
estrechos vínculos con terroristas internacionales como Luis Posada Carriles,
quien en el año 2000 intentó colocar bombas en el Paraninfo de la Universidad
de Panamá, y en 1976 provocó el estallido del avión de Cubana de Aviación donde
murieron 73 personas; y Félix Rodríguez Mendigutía, asesino de Ernesto Che
Guevara”.No empezó bien la Cumbre con tantas irregularidades. Organizaciones sindicales y sociales panameñas exigieron hoy al Ejecutivo nacional de Panamá abstenerse de utilizar a la nación istmeña como plataforma de una política que intenta cambiar gobiernos legalmente constitucionales como Cuba y Venezuela y afirmaron que si el gobierno nacional no actúa, ellos sí.
No comments:
Post a Comment