Horario normal en Cuba desde este domingo

Rodobaldo Martínez Pérez

rodo@enet.cu

Lo que ocurrirá el domingo 3 de noviembre en Cuba, con el cambio de horario, es decir al atrasar una hora a nuestros relojes y asumir nuevamente el horario normal, fue una genialidad aplicada por primera vez el 30 de abril de 1916.

Ese invento fue ideado por el constructor británico William Willett en 1905 durante su paseo matutino a caballo y está basado en la adaptación de las horas laborables a las solares y así disfrutar de más tiempo de luz solar.

Fue  aplicado por la mayoría de los países europeos y Estados Unidos lo hizo en 1918.  Entre sus principales beneficios se encuentra el ahorro energético al permitir de más horas de luz solar durante la jornada laboral y un mayor aprovechamiento del día.
Actualmente se utiliza en prácticamente todos los países de Europa, América del Sur, África y en algunas zonas de Estados Unidos y Canadá. Entre los países que no cambian sus relojes se encuentra casi toda la zona asiática, México y zonas de EEUU y Canadá.
Se hace durante el descanso de fin de semana, para afectar lo menos posible nuestra vida laboral y empezar el lunes más preparados, después de dormir una hora menos o una más.
Ahora los días serán más cortos y las noches más largas. En Cuba tenemos el de verano desde el segundo domingo de marzo y se estableció por primera vez en 1928, y luego del triunfo de la Revolución cubana, en 1959, siguió aplicándose  dos veces al año, lo que permite adaptar las actividades de los cubanos al ciclo de luz solar.
     Con la aplicación de esta medida se hará un mayor uso de la luz artificial, pues al iniciarse los meses de invierno, las noches son más largas. Ello hace que encendamos más las luces en el hogar, coincidiendo con el momento de la cocción de alimentos, lo que incrementa la demanda eléctrica en el conocido horario pico, de 5:00 de la tarde hasta las 9:00 de la noche.

Por este motivo autoridades de la Unión Eléctrica hacen un llamado, tanto al sector estatal como residencial, a intensificar las medidas de ahorro, para utilizar en ese horario solo los equipos y la iluminación necesarios, y así, hacer un uso más racional de la corriente.