Por Rodobaldo Martínez Pérez
rodo@ahora.cu
Con abril, Holguín llega a otro aniversario de la Ciudad. Hay talleres, abrazos de amigos de otras latitudes y, en medio de la fiesta, un momento dedicado a alzar las copas de vino y brindar por el nuevo onomástico de un pueblo acunado entre los ríos Jigüe y Marañón. Precisamente, como este último nombran la bebida insignia fabricada en esta región nororiental: Marañón.
Su incorporación a los agasajos fundacionales es una manera de darle categoría socio- cultural al vino artesanal de aquí, precisamente, en una tierra donde los dioses Dionisos y Baco depositaron sus dones.
La historia comenzó el 20 de diciembre de 1994, cuando nace el Club de Vinicultores de la Ciudad de los Parque hoy nombrado Bayado, en honor al cerro más prominente de estos lares, devenido símbolo de la región: La Loma de la Cruz.
En el alumbramiento mucho sobresale Raquel López Durañona, su fundadora, quien desde niña comienza en este arte, inspirada por su abuelo paterno, el que llegó a esta zona Oriental desde su natal Villar, provincia española de León.
De retorno del V Festival de Tradiciones de Villa Clara, en 1994, cundo alcanzó los primeros lugares y el premio de la popularidad, Raquel comenzó a embullar a otros aficionados alrededor de la milagrosa bebida y crean el club, con unos 10 miembros. Su primer nombre surgió en 1995: Areito, en evocación del baile aborigen. En 1998 cambia para Bayado.
La Dama de los Vinos, como la conocen, es la mujer con más premios ganados en festivales nacionales de vinos artesanales, tiene el reconocimiento de Gran Maestra del Vino otorgada por el Ministerio de la Agricultura Urbana, en el 2006, e Hija Ilustre de la Ciudad de Holguín. Para Cienfuegos es invitada de honor a todos sus festejos.

Sus primeras producciones las saboreaban en familia y entre amigos, luego con vecinos, pero en la década del 90, del Siglo pasado, lo comercializa desde su misma casa, en la calle Prado en la Ciudad de los Parques, donde un cartel reza: Vinos Raquel.
Bayado extiende su activismo al sumarse a eventos importantes, como en las Fiestas de la Cultura Iberoamericana, en octubre, donde levantan las copas en Bariay para brindar por nuestra América, en las Romerías de Mayo, en la Semana de la Cultura y otros eventos de interés.
Nombres como Freddy Peña, Osmany Laffita, Pedro Roque, Gisela Castro, Ivett Pupo, Avilio Torres o José Ramón Torres para la vinicultura holguinera, en franco desarrollo con la prometedora idea de crear un festival del vino dentro de la Fiesta de la Cultura Iberoamericana, magnífica inventiva para conjugar historia, tradición y cultura de un pueblo fiel a sus tradiciones.
Con sus 18 años, ya cruzó la línea de la niñez, desde 1998 hasta la fecha acumulasn 14 festivales provinciales, eventos, catalogados por Rosell Martínez Pérez, su actual presidente, como la oportunidad de acrecentar el acervo cultural de los vinicultores, perfeccionar las enseñanzas y debatir criterios tendentes a mejorar la calidad de las producciones. De estos encuentros territoriales seleccionan los asistentes para el evento nacional.
La competición trascurre en 8 categorías: Vinos Blancos, Rosados y Tintos, estos tres acogidos a los parámetros internacionales, así como: espumosos, secos, semisecos, dulces y semidulces.
El jurado tiene en cuenta el color, sabor, olor y gusto, de acuerdo con normas estándar de calidad y premia por categoría a los excelentes. Efectúan una sesión teórica, con ponencias de las provincias. Todo trascurre en un clima de confraternización a favor de enriquecer la cultura vinícola artesanal y rescatar las tradiciones más autóctonas de muchos pueblos y ciudades del país.
El Festival número 20 acaeció en la histórica ciudad de Bayamo, del 23 al 26 de febrero del 2012. Hasta el momento las provincias más ganadoras en festivales son Ciego de Ávila, 8 veces, y Sancti Espíritus 6.
Cayetano Rodríguez Burgo, presidente del Club La Trocha de Morón, en Ciego de Ávila, el más ganador de los Festivales dijo que el trabajo fundamental, en los últimos años, es enseñar la cata a sus 35 vinicultores, para que evalúen mejor sus muestras, en aras de elevar la calidad y reconoció el ascenso en Holguín.
Lecciones de la experiencia
Actualmente no solo se utiliza la uvilla en vino artesanal cubano, son conocidas otras variedades nacionalmente como el marañón, tamarindo, cereza, ciruela, caña, fruta de maya, canistel, frutabomba, níspero, mora, jengibre y flores como las de majagua, marpacífico, rosa o romerillo.
Tanto Raquel como Rosell, con varios años en el oficio, coinciden en afirmar que, aunque hay quienes consideran el vino solo de la vid, ya es el momento de vindicar la fermentación de otras frutas.
Rosell, quien debuta en el complejo andar de la cata, afirma: “En Cuba, de cualquier parte de la planta, brota vino: fruto, grano, raíz, flor, todo depende del vinicultor, su destreza y amor durante el proceso de fermentación.

Rosell Martínez Pérez. presidente del Club Bayado de vinicultores holguineros
El vermuts de la cosecha de Rosell, con primer premio en el Festival de Cienfuegos, parte de una fruta base: uva o manzana y una maceración de 16 componentes entre varias partes de diferentes plantas, con desiguales aromas, amargor y tónicas, pero al final resulta homogéneo en el aroma, equilibrio y gusto.
¿Cuál es el secreto para un excelente vino?, tanto Raquel, como Rosell, concuerdan en: combinar manos, corazón, mente y tranquilidad. Selección optima de los componentes, el trabajo calmado, de ahí viene la formación del mosto: azucares, frutas, agua y levadura y la trasformación de los azucares en alcohol, Co2 (gas carbónico) y el color.
Es importante seguir bien el proceso formativo, muy al tanto de la crianza de ese vino e incluso Raquel prefiere decantarlo varias veces. Conserva un vino de naranja desde 1986, y otros de tamarindo, uva de hasta 15 años, todas con excelentes propiedades. Su filosofía es que el buen vino artesanal jamás desploma. Si nace derecho, muere derecho. El vino lleva tu sabor, tu olor y hasta tu personalidad.
Es importante, aconseja Raquel, saber darle el tiempo requerido a cada etapa, sin violentar ninguna: Montaje -con las medidas exactas de cada ingrediente- y la fermentación, violenta al inicio o tumultuosa y luego disminuye y debes ponerle el oído para seguir esos causes hasta que las frutas bajan, y coge el color trasparente.
Luego viene el primer decante, al desechar los residuales de las frutas, la clarificación prefiere hacerla con clara de huevo- más saludable-, el segundo decante, el filtrado, el correcto envase y listo para deleitarlo.
Muchos ya distinguen el vino para consumirlo acá en Holguín y, no solo en días escogidos, sino en cualquier momento, como atestiguan miembros del Club que incrementaron sus expendios. La predilección prevalece por los dulces o semidulces.
Otros comentan, con cierto orgullo, como cuando algunos extranjeros de visita en el país saborean el vino artesanal, lo certifican y hasta los comparan con marcas distinguidas en el mundo.
Rosell siempre recuerda el de rosas de Cristo, producido hace más de diez años, pero jamás reeditado, aunque intenta con otras variedades de rosas. Él, como otros integrantes del Club, afirman: “ el vino para acompañar las comidas es el seco”, con más ventajas para la salud por encima del dulce.
Para vivir más
No solo es el placer de tomar, las uvas poseen efectos restauradores en el organismo humano, como multiplicar miles de veces las consecuencias del resveratrol.
De esas experiencias, ellos guardan anécdotas. Según Raquel a su casa llegó un señor procurando vino de uva para una dieta. La esposa quería rebajar al ingerir unos dientes de ajo en un vaso con agua, y una copita de vino.
Personas operadas del corazón gestionaron el vino tinto para estimular la circulación, otros el de marañón o jengibre, como afrodisíacos y la flor de Majagua, contra la bronquitis, el asma o catarro.
Una persona, comenta Rosell, todas las mañanas consumía una copita de vino de tamarindo, y prescindió del captopril, para estabilizar la presión arterial. El marañón apetecible para los diabéticos, pues regula los niveles de azúcar en sangre.
Pero los integrantes del Club Bayado apuestan por continuar los estudios en el Hospital de Medicina Tradicional y Natural Tomás Roig de aquí y otorgarles bases científicas, para emplear la bebida con fines terapéuticos, al dominar sus propiedades antioxidantes.
Catar
Antonio Brunet Moya, licenciado en Letras, de Santa Clara, hace unos 40 años decidió incorporarse al rescate del vino como una tradición.
Villa Clara concentra el mayor progreso de la vinicultura artesanal en el país con 9 clubes en municipios y uno provincial. Brunet es su coordinador y un prestigioso catador, con presencia en Festivales nacionales de los vinos artesanales y provinciales.
Un catador es quien, con ciertas dotes naturales y técnicas adquiridas, es capaz de definir con exactitud toda la calidad del vino, a través de una ficha de cata establecida en Cuba con parámetros internacionales,.
Desde hace 14 años, Brunet participa en el Festival de Holguín. Habla desenfadadamente de la calidad de esa bebida, y su ascenso en el Club Bayado, principalmente de la multipremiada Raquel López Durañona.
Define dos etapas en el desarrollo de los vinos artesanales. La primera cuando atizaron el interés a recuperar tradiciones, en la década de los 80, en el Siglo pasado y la segunda, al comercializarse - desde 1992 en el denominado Período Especial-, a través de patentes y luego en las granjas urbanas.
Noel Morales Rojas, vinicultor desde 1972, coordinador de la Junta Nacional de Vinicultores artesanales, afirma: “el primer Club en el país surgió en Cabaigan, provincia de Santi Espíritu, en 1971, zona de alta concentración de descendientes españoles.
En Cabaigan, municipio de Sancti Spíritus, Noel, con su esposa Inés y los hijos Naudy y Noilán tienen 4 grandes premios en festivales nacionales, 36 medallas de Oro, 8 de Plata y once de Bronce. Inés está considerada la segunda mujer más premiada del país después de Raquel.
Noel recuerda a sus abuelos, productores de vino, oriundos de San Bartolomé, Lanzarote, en las Islas Canarias, que en 1933 llegaron a Remedios, tradición seguida por sus padres, Agapito y Ramona, y continúa en su familia.
El en cuatro ocasiones ha sido seleccionado como el mejor vinicultor del país, con la doble corona-, máxima categoría que otorga el Grupo Nacional (GN) de la Agricultura Urbana en Cuba.
Con su magisterio en esta magia resalta la calidad del vino holguinero y aboga por incrementar la cultura de preferir el vino, por encima de cualquier otra bebida.
El Doctor Adolfo Rodríguez Nodals, jefe de la Granja Urbana (GN), reconoce la labor de la pequeña fábrica de vinos y el patio de la casa familiar de Adolfo cubierto por una enorme planta de uvas desde el techo de la vivienda.

La cata deben tener en consideración algunos factores que pueden ser
determinantes para clasificarlos en cuanto a su calidad, sabor, aroma y
color.
En varias provincias hay Club de vinicultores artesanales: La Habana, (Giraldilla y San Miguel); Pinar del Río,( Viniprinci); Cienfuegos, ( Jagua y Guanaroca), Puerto Padre, Las Tunas, (Don Lorenzo); Santiago de Cuba,( Baconao y Siboney); Granma, (El Bayamés); Sancti Espíritu, ( el Trópico); La Trocha, en Ciego de Ávila (es que más festivales ha ganado); Villa Clara (el Cubanicay) y Holguín, Bayado.
Más allá del paladar
La ciencia demuestra los beneficios para la salud humana de consumir vino moderadamente. Según un nuevo estudio aconseja tomar un vaso al día a los pacientes con cáncer de seno, para superar los efectos de la radioterapia.
Una investigación del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), el vino podría ser eficaz para la prevención de úlceras y gastritis producidas por la bacteria Helicobacter pylori y ahora descubrieron que el consumo moderado de vino ayuda a prevenir el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y la demencia.
Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington revelaron un ingrediente del vino tinto, hallado en la uva, los arándanos y otras plantas, el cual podría prevenir algunas enfermedades de vista derivadas de vasos sanguíneos dañados en la retina.
Raíces
Fue antes de Cristo, unos tres milenios atrás, cuando la vid llega a Egipto y corre por los países mediterráneos, ante el asombro de muchos. Según la historia, desde el siglo V, corrían vinos blancos, tintos o dulces, de varios tipos de uva.
La iglesia lo utiliza para el sacramento de la Comunión, y en los siglos VI-VII, puso, casi siempre, en manos de los monasterios la viticultura europea.
Aunque en el 2.300 a.C. los griegos y fenicios glorificaron la sapiencia del vino por el resto de las culturas y fueron, sobre todo, los fenicios quienes lo vendieron como una mercancía de gran valor.
Para los romanos el vino devino obligación social saborearlo y, por su potencial embriagador, había se bebía en el Simposio y la copa enaltecía a los dioses.
Holguín y su club Bayado aumentan esta historia de siglos. Cuando copa en mano deleitemos el paladar con la bebida y tengamos en mente los proyectos para el 2012 en los que sobresalga economía y salud, cuando tomamos un néctar que, aunque les demos toques de modernidad, hace más de 3 mil años cautivó a nuestros ancestros.