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La crítica periodística siempre le hace falta
a la sociedad, para protegerla como guardián desde una alerta pública, de buena fe, sobre problemas que perjudican, dañan, agreden el orden y, conjuntamente con las
autoridades responsables, solucionarlas radicalmente,
El abanico de conflictos incluye las más disímiles aristas, desde un mal servicio,
una instalación deteriorada por la
indolencia de quienes deben de cuidarla, locales desaliñados, equipos por
instalar y, hoy, al sol y sereno, en espera de no seguir perdiendo dinero por
tanta dejadez, recursos botados,
inversiones abandonadas, erróneas
conductas, valores maltrechos, prepotencia, abuso de poder, falta de exigencia
o déficit de control.
La crítica requiere de solida investigación,
trabajo en equipo, con datos y argumentos sólidos, fundamentados y probados
convenientemente.
En Martí, como paradigma y elegante pluma cubana y
del mundo, podemos beber constantemente:
“ese mezquino afán de hallar
defectos, ese celo del ajeno bien, ese placer del mal ajeno, huéspedes
ciertamente indignos de pechos generoso”.
Cuantas enseñanzas en dos líneas, jamás ser
mezquinos, ni usar el gran poder el medio, sino un ejercer generoso, para, en
nuestro caso, perfeccionar el modelo
cubana con la participación de todos.
Defiende que:
“criticar, no es morder, ni tenacear, ni clavar en la áspera picota, no es
consagrarse impíamente a escudriñar con miradas avaras en la obra bella los
lunares y manchas que la afean; es señalar con noble intento el lunar negro, y
desvanecer, con mano piadosa, la sombra que oscurece la obra bella.”
Es el deber de nuestra prensa saber hallar el “lunar
negro que oscurece la obra bella” que es la Revolución de los humildes y para
los humildes de Fidel Castro y cualquier accidente que dejemos crecer, sin el
valor de atacarlo por censura o la
peligrosa autocensura pone en peligros tantos sueños abonados por el sacrificio
y la sangre de los mejores hijos de la
Patria.
“Criticar es amar y aunque no lo fuera, no está en
que iniciemos época favorable a la agitadora y dura crítica…”, como lo dijo el Maestro en su discurso en el Liceo
de Guanabacoa, en el ya lejano 21 de
junio de 1879 y desde entonces nos convoca a saber seducir, galantear con
nuestros textos periodísticos.
Para el Apóstol "La prensa debe ser examen y la censura, nunca el odio ni la ira que no dejan
espacio a la libre emisión de las ideas. Nunca se acepta lo que viene en forma
de imposición injuriosa; se acepta lo que viene en forma de razonado
consejo".
Es la importancia de explicar todo
lo relacionados con el pueblo, como mediadores que somos entre la sociedad y
las instituciones estatales, para no dejar dudas, ni incomprensiones de temas
complejos en el modelo cubanos y saber el desempeño de cada uno en las tomas de
decisiones y para Martí es imprescindible tener ética: "Sólo quien sabe de periodismo, y de lo costoso del desinterés,
puede estimar de veras la energía, la tenacidad, los sacrificios, la prudencia,
la fuerza de carácter que revela la aparición de un
diario honrado y libre".
Añade:
"El periódico es una espada y su empuñadura la razón. Solo deben
esgrimirla los buenos, y no ha de ser para el exterminio de los hombres, sino
para triunfo necesario sobre los que se oponen a su libertad y progreso”
Y redunda la
idea al exponer: "Odio la pluma que no vale para clavar la verdad en los
corazones y sirve para que los hombres defiendan lo contrario de lo que les
manda la verdadera conciencia, que está en el honor, y nunca
fuera de él".
Para nadie constituye un secreto que el más grande patriota, revolucionario
e intelectual cubano del siglo XIX, ejerce con elegancia y moral nuestra
profesión y, que puso su verbo encendido, como látigo con cascabel, al servicio
de Cuba.
Con su
extraordinario talento y visión de futuro, el Maestro dedica más de 25 años de
su vida a defender, con su pluma ardiente, bella oratoria y de luchar constantemente por un mundo mejor para todos los hombres. Nos
deja consejos útiles y observaciones para nuestra profesión con mucha vigencia
para la prensa que necesita la Revolución en estos difíciles momentos.
Fidel, quien en el VII Congreso de laUPEC, en 1999 nos pide: “Ténganme como uno de ustedes” y el mejor discípulo del Héroe Nacional, también, refiere la importancia del periodismo
en la construcción de la nueva sociedad al decir: “Nosotros estamos seguros de
que nuestra prensa y nuestro periodismo, al igual que la Revolución, tendrán en
el futuro un gran porvenir, y que el trabajo de nuestra prensa revolucionaria
será cada vez más importante, más decisivo, en la medida en que nuestro pueblo
será —como decíamos— cada vez más exigente”.
En su reflexión, La
historia real y el desafío de los periodistas cubanos, el
Comandante escribe: “La verdad en nuestros tiempos navega por mares
tempestuosos, donde los medios de divulgación masiva están en manos de los que
amenazan la supervivencia humana con sus inmensos recursos económicos,
tecnológicos y militares. ¡Ese es el desafío de los periodistas cubanos!”
Como demuestran estos pensamientos, Fidel siempre otorga gran importancia a
la prensa como factor contrahegémonico en las luchas internacionales y como
guardiana de la Revolución, encargada por excelencia de detectar y combatir los
errores internos y. siempre, considera que su misión primordial es defender laObra de Enero.
El
Comandante en Jefe, varias veces nos dijo, que prefería la equivocación ante el
error de no hacer crítica, porque la gran dificultad de la crítica periodística, la
más peligrosa: No hacerla.
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