Rodobaldo Martínez Pérez
rodo@enet.cu
Después de 7 días de navegación desdeTuxpan, México, llega a la playa Las Coloradas, Niquero, Cuba, el yate Granma
con su carga de 82 hombres dispuestos a ser “ libres o mártires”. Era el 2 de
diciembre de 1956.
La expedición la organiza, desde México, por el
Movimiento 26 de Julio y su líder máximo Fidel Castro Ruz, para llevar a un
grupo, entrenado militarmente, con el fin de comenzar la lucha armada contra
la dictadura de Fulgencio Batista, en las montañas de Oriente,
Para lograrlo adquieren el pequeño
yate Granma, de poco más de 13 metros de eslora y 4.76 metros de manga. La
mayoría de los tripulantes sin experiencia marinera. El mareo predomina y
golpea el fuerte oleaje.
Ernesto
Guevara, médico de la expedición,
describe, luego del triunfo, la situación reinante en el yate:
“(…) el barco presentaba un aspecto ridículamente
trágico: hombres con la angustia reflejada en el rostro, agarrándose el
estómago. Unos con la cabeza metida dentro de un cubo y otros tumbados en las
más extrañas posiciones, inmóviles y con las ropas sucias por el vómito (…)”.
En esas difíciles condiciones llegan a
tierra cubana, por el sur de
Oriente, un terreno cenagoso que les
hizo muy difícil todo. El desembarco fue tan enredado como el viaje, pero nada
amilana a estos dignos hijos de la Patria.
Desde su arribo estuvieron vigilados
por la aviación y perseguidos por tropas del ejército batistiano. El día 5 llega el bautismo de fuego, con
la sorpresa en Alegría
de Pío, donde acampan. La novel
tropa tiene sus primeras bajas y se dispersa en la desconocida zona.
Quienes quedaron logran, poco a poco,
reagruparse y establecen un conjunto guerrillero en las montañas, como núcleo primario del futuro Ejército
Rebelde.
El 2 de diciembre marca el inicio de la lucha por la independencia total del
territorio nacional, iniciada en el siglo XIX.
Sobre ese importante hecho, dijo el Che Guevara: “ Debemos estar apercibidos
contra todos los intentos y propósitos de dividirnos, luchar contra quienes
pretendan sembrar la semilla de la discordia entre nosotros, los que amparados
en designios conocidos aspiran a sacar partido de nuestras discordias políticas
y azuzar prejuicios imposibles en este país.
“Hoy todo el pueblo de Cuba está en pie de lucha y debe seguir así unido
para que la victoria contra la dictadura no sea transitoria y sea éste el
primer paso de la victoria de América."
Con el triunfo revolucionario, el Primero de Enero de 1959, termina la lucha
insurreccional en las montañas y comienza el viraje radical de la nación cubana
liderado por Fidel, quien desde el primer momento sentencia: “No nos engañamoscreyendo que en lo adelante todo será fácil; quizás
en lo adelante todo sea más difícil. Decir la verdad es el primer deber de todo revolucionario. Engañar al pueblo, despertarle engañosas ilusiones,
siempre traería las peores consecuencias, y estimo que al pueblo hay que
alertarlo…”
A lo largo de estos años, su fe en la victoria nos acompaña siempre, desde aquella seguridad,
cuando el desembarco del yate Granma, “si salgo llego, si llego entro y si
entro triunfo”.
O la alegría contagiosa cuando al encontrarse
con Raúl, en Cinco Palma, después del revés de Alegría de Pío: “Cuántos fusiles traes, le
preguntó, cinco dijo Raúl y yo 2, ahora si ganamos la guerra”.
La confianza en la victoria y la
capacidad de vencer los obstáculos son enseñanzas de Fidel, el hombre que
sobrevive a más de 600 atentados y mure cuando quiso, precisamente, un 25 de noviembre del 2016 a 60 años de la
salida del Granma de México y enterrado en el
cementerio Santa Ifigenia, próximo
a su mejor maestro: Martí, el histórico
2 de diciembre.
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