El poder de los poderosos
Por Rodobaldo Martínez Pérez
rodo@ahora.cu
Hoy más que
nunca, el poder de la información es
cada vez más aprovechado por quienes tienen el dominio mediático absoluto, en un
mundo totalmente unipolar, donde el rugir de las armas impone sus deseos.
Los dueños de
la manipulación la manejan a su antojo, de acuerdo como deciden aparejar una
realidad para que los receptores (lectores, oyentes, televidentes, internautas)
la conozcan e interpreten según las conveniencias de los poderosos de turno.
No les importa mentir, fabricar situaciones, emplear
medias verdades, tienen licencias incondicionales para lograr sus fines con la distorsión
de la realidad para su mayor beneficio.
Es el poder para sojuzgar, un arma valiosísima para
dotar a la Opinión Pública de los intereses que desean, cuando ellos mismos
legitiman que “la verdad es la primera víctima
de la guerra”, como dijo Hiram Johnson, senador de los Estados Unidos en 1917.
Triste filosofía ahora en la cima de la política de los todos poderosos y
como afirma el profesor Carlos Álvarez Teijeiro, de la Universidad Austral de Buenos Aires…”
las guerras se libran cada vez más en el terreno de la seduinformación”.
Jean Baudrillard, ensayista y
sociólogo francés, quien fue profesor en la facultad de Letras y Ciencias
Humanas en París-, dijo que la Guerra del Golfo no era «la continuación de la política por otros
medios», sino «la continuación de la ausencia de la política por otros medios».Con esta ayuda humanitaria que «cambió el Golfo« hasta los recientes destructores bombardeos en Libia, los medios de comunicación occidentales levantan un perfil editorial cómplices con la maldad bélica, totalmente a favor de los Estados Unidos y sus aliados.
El periódico español El País el 22 de febrero del 2002 publicó que el Pentágono había creado, tras los atentados del 11 de septiembre del 2001 en Nueva York y Washington, una Oficina de Influencia Estratégica “destinada a / colocar/ noticias favorables a los intereses de los Estados Unidos en medios informativos internacionales, verdaderas o falsas y afectar, sin demasiado escrúpulos, a países amigos o enemigos”.
Como afirma Álvarez Teijeiro “si algo es radicalmente contrario a la violencia, ese algo es la comunicación, o dicho a la inversa, que el engaño y la manipulación pueden ser definidos con justicia como una violenta forma de opresión porque se opone a la comunicación…”
El experto agrega “es triste porque nos enfrenta a la realidad, inocultable, de que la manipulación informativa parece haberse instalado como una rutina cotidiana, también en los tiempos de paz y bonanza, tiempos en los que tantas mala prácticas informativas siguen avivando otras /guerras/”.
Al aprovecharse del Poder de la información los “dueños hoy del mundo” explotan las mejores habilidades y destrezas profesionales en combinación con la flamante tecnología para llevar a la Opinión Pública a un estado de servidumbre, que oculte la verdadera maldad y codicia de los modernos terroristas, quienes humanitariamente regalan bombas, sin distinguir blancos y luego se reparten los botines como hacen en estos momentos en Libia.
Ya perdió la información su definición académica “como saber, para examinar, juzgar, e interpretar la realidad, entenderla y poder explicarla de ahí que:” La «guerra» que fue transmitida por la televisión, y en consecuencia, la guerra tal como fue entendida por la mayoría de la gente, no fue realmente real”.
Nada que para el Poder el único objetivo es dominar, sin importar los medios ni la conciencia de los receptores de tanta maldad.
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