Rodobaldo Martínez Pérez
Después de casi tres años de haber ocurrido la mayor catástrofe ecológica en la historia de Estados Unidos, con la explosión de la plataforma petrolera Deepwater Horizon (20 de abril del 2010), comenzó, el pasado lunes, el juicio civil en Nuevo Orleans contra la compañía British Petroleum (BP).
Es posible que se suspenda como otras veces, porque las autoridades estadounidenses planean proponer a BP un acuerdo para resolver las demandas civiles, el cual implicaría que la compañía británica pague alrededor de 16 mil millones de dólares.
Según se previó, el juicio tendrá dos etapas: primero determinarán las causas de la explosión y los responsables y en segunda instancia aspectos relacionados con la cantidad de petróleo vertido al mar.
Como resultado del mencionado accidente, aparte de las 11 víctimas mortales, se derramaron en el Golfo de México casi cinco millones de barriles de crudo, que representa aproximadamente 16 veces más que los 257 mil vertidos durante el desastre del Exxon Valdez en Alaska en 1989.
Ahora, comenzará el pleito por mayores o menores cantidades de dinero, pero el mal al medio ambiente ya está hecho. Unas 250 investigaciones independientes estudian los efectos del derrame y científicos contabilizan los daños.
Ya se registran las dolencias ecológicos, por ejemplo, más de 700 delfines arrastró las mareas hasta las playas del Golfo de México, en Estados Unidos, desde el inicio de dicho derrame y aparecieron camarones sin ojos, peces con llagas, cangrejos sin tenazas, entre otras anomalías, con lo cual se ha afectado la industria alimentaria estadounidense.
Las costas de Louisiana, Alabama y Mississippi son las más dañadas. Tal vez sea por el uso de dispersantes químicos utilizados por BP para limpiar el crudo, según criterios científicos.
El vertido de petróleo causó graves daños medioambientales, por su elevada toxicidad y por el descenso en las concentraciones de oxígeno de la zona. Ocho parques nacionales de Estados Unidos estuvieron amenazados por la mancha, además de alrededor de 400 especies, entre ellas algunas ya en peligro de extinción.
Hasta el último 16 de julio, aparecieron 2 mil 624 animales muertos, entre ellos 2 mil 95 aves, 467 tortugas, 61 delfines y otros mamíferos y un reptil. También fueron observados delfines incapaces de hallar alimento y un comportamiento "como borrachos".
De acuerdo con anteriores vertidos el ecosistema tardará años en recuperarse y hasta posiblemente décadas.
La ONU calcula
los daños ecológicos por encima de los
2,1 billones de dólares, ocasionados por las 3mil empresas más grandes del
mundo, por el mal uso de los recursos naturales y el medio ambiente.
Mientras la
tendencia sea obtener más ganancia por encima de la prudencia, no se acabará
nunca ese sentido de devastación.
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